EL MISTERIO DEL SOLSTICIO DE VERANO

Hay una entidad planetaria que es construida por los pensamientos y acciones de la Humanidad. A medida que encontramos el camino de la redención a través del camino de la espiritualidad, el Cuerpo de la Tierra se purifica y refina correspondientemente. 

El destino final de la Tierra es convertirse en una bola de luz flotando en un mar de éter dorado. 

La "redención" de la tierra, su futuro, su estado, posición y función, forma parte del trabajo perteneciente al exaltado noveno grado de los Misterios Menores (o Iniciaciones). 

Este grado se celebra en las noches del Solsticio de Diciembre y del Solsticio de Junio; De hecho, no es posible observar la celebración en ningún otro momento.

 El solsticio marca el momento en que la vibración de la Tierra es más alta y cuando los rayos cósmicos de la Vida Crística entran o salen de ella, el primero ocurre en el solsticio de invierno y el segundo en el solsticio de verano.

Cristo, el Gran Hierofante de estos Misterios, después de haber llamado a los Doce, presentó Sus Misterios en el Solsticio de Junio como la obra fundamental de la Religión de la Nueva Era, cuyos fragmentos fueron recogidos en el Sermón de la Montaña. 

La Gran Obra estaba impregnada del espíritu de amor, unidad y armonía que emana del mundo natal de Cristo[2]. 

En consecuencia, para aquellos que no han tocado el mundo crístico de conciencia unificada, el Sermón de la Montaña parece ilógico, sentimental y poco práctico. 

Pero para aquellos que han contactado con el reino de Cristo, el Sermón del Monte toca la nota clave de la verdadera Dispensación Cristiana. 

Y cuando vio a la multitud, subió a un monte; Y cuando se hubo sentado, se le acercaron sus discípulos; Y él les hablaba y les enseñaba. 

"Subió a una montaña". Esta era la montaña de la conciencia espiritual, los planos internos donde se encuentran todos los Templos de Misterio. 

Las iglesias, las escuelas, los grupos de estudio, las organizaciones de cualquier tipo en el plano físico, son sólo escuelas preparatorias diseñadas para preparar a los discípulos para el ingreso en el trabajo espiritual más profundo. 

El trabajo espiritual en sí, sin embargo, está más allá de su alcance. 

Nadie se convierte en Iniciado por el simple hecho de ingresar a esta o aquella escuela preparatoria; pero cuando se prepara adecuadamente en una escuela preparatoria para las Iniciaciones, como la Hermandad Rosacruz, se le acerca un Hermano Mayor de un Templo de Misterios. 

En este punto, se puede decir que se "gradúa" de la escuela preparatoria.

Todavía no es un Iniciado, aunque ha sido llamado por el Hermano Mayor; él, por así decirlo, se inscribió en la "Universidad del Espíritu", donde el curso del trabajo ocupa miles de años e innumerables vidas. 

A través del trabajo continuo, finalmente califica para la Iniciación.

En la historia de Cristo, este es el momento en que el Discípulo sigue al Maestro montaña arriba. 

El cuerpo denso ya no es una prisión. 

Es libre de trabajar con el Cristo en los planos internos, como un hermano menor puede trabajar con uno mayor que lo instruye y supervisa sus obras. Este trabajo en el plano interno, dado a los pioneros de una Era, se convierte en la Religión establecida para las masas de la próxima Era. 

Por lo tanto, a través de la evolución o progresión espiritual, Dios está constantemente revelando perspectivas cada vez más amplias de Su plan para nuestro destino final. 

Todas las obras más importantes de Cristo tienen un significado interno (esotérico) y externo (exotérico). Las masas no estaban preparadas para los significados esotéricos del Sermón de la Montaña; Ni siquiera ahora son capaces de recibirlo con sus corazones. 

Sólo intelectualmente el ser humano de este siglo se adhiere a sus preceptos, por desgracia.

(Por Corinne Heline – Publicado en los Rayos de la Revista Rosa Cruz de Mayo-Junio/2001 y traducido por la Fraternidad Rosacruz de Mexico, en Amoroso Servicio

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[1] N.T.: — 1Cuando vio a la multitud, subió a la montaña. Al sentarse, sus discípulos se acercaron a él. 

2Y comenzó a hablar y les enseñaba, diciendo: 

3 "Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. 

4Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra. 

5 Bienaventurados los afligidos, porque ellos serán consolados. 

6Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. 

7Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. 

8Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. 

9Bienaventurados los que promueven la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. 

10Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. 

11Bienaventurados seréis cuando os vituperen y os persigan, y digan falsamente toda clase de maldad contra vosotros por causa de mí. 

12Alégrense y alégrense, porque su recompensa será grande en el cielo, porque así persiguieron a los profetas que vinieron antes de ustedes. 

(Mateo 5:1-12)

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[2] El Mundo del Espíritu de Vida