LA CURACION INICIA Y SE CONSOLIDA CON CRISTO
FRATERNIDAD ROSACRUZ DE MEXICO
CENTRO DE ESTUDIOS DE LA SABIDURIA OCCIDENTAL MEXICO
LA CURACION: INICIA Y SE CONSOLIDA CON CRISTO
1ERA PARTE
LA CURACION POR EL PENSAMIENTO
Sabiendo que el origen de todo lo creado es el pensamiento y que el carácter es la causa de nuestro destino, nos encontramos con que, para curar una enfermedad en su raíz, sería necesario mejor curar los recuerdos grabados en la memoria, así como tener más cuidado con los pensamientos que emitimos.
Muchas veces la enfermedad comienza con algunas ofensas, reales o imaginarias que llegan a nosotros a través de otra persona. Los ocultistas clarividentes han comprobado que la mayoría de las enfermedades tienen su origen en los pensamientos y sentimientos o mejor dicho, la Ley de Causa y Efecto nos trae determinada enfermedad, como efecto de los malos pensamientos y sentimientos, para que aprendamos cuál es su efecto y así corregir nuestra forma de actuar.
El orgullo, la lujuria, el odio, el egoísmo, la envidia, la intolerancia, la sensualidad, etc., no sólo causan un mal destino, sino que, además, afectarán a nuestra salud en la próxima vida.
Se dice que la cara es el espejo del Alma y es cierto; cuando una persona es feliz tiene un aspecto radiante y de buena salud e incluso envejece menos.
Esto significa que su forma de actuar y de pensar es benevolente o lo que es lo mismo, se está creando un buen destino y está cuidando su salud.
No hay nadie ni nada que se imponga sobre nuestra voluntad; el único poder que alguien o algo tiene sobre nosotros, es el que permitimos que se manifieste.
Culpar a otros es un error. Hay un viejo dicho que dice:
“No seremos capaces de impedir que los pájaros vuelen sobre nuestra cabeza, pero no debemos permitirles que hagan nidos en nuestros cabellos."
Cuando hemos permitido que palabras o acciones de otro nos alteren hasta el punto de pensar en ellas persistentemente e interiormente nos encolerizamos, hemos permitido que “comiencen a hacer los nidos".
Si no ponemos medios para cambiar nuestra forma de pensar y lo grabamos en nuestra memoria, sufriendo así por una ofensa absurda o cualquier otro hecho similar, el “nido" se construye fuertemente y tan pronto como los pajarillos salen del cascarón, nos encontramos con que la enfermedad comienza en nuestro cuerpo.
Algunas veces la ofensa parece atroz y se nos hace difícil olvidar y perdonar.
Cuando nos damos cuenta de que puede ser literalmente un caso de vida o muerte para nosotros, sin embargo, vemos la importancia de limpiar, de aclarar las ruinas y empezar de nuevo.
Sabemos que los pensamientos nos dan dos opciones después de revestirse de materia del cuerpo de deseos: una es la acción directa y la otra es la acumulación de esos impulsos en lo que llamamos memoria para actuaciones futuras.
Aquí, es donde debemos hacer hincapié y comenzar a pensar de una forma positiva y espiritual.
Si cambiamos la forma de pensar actuaremos de otra forma, pero, además, lo que tendremos guardado será bueno y no nos podrá traicionar trayéndonos enfermedad u otros problemas.
Por consiguiente, si queremos obtener buena salud y mejor destino, debemos comenzar a cambiar nuestra forma de pensar.
Hoy los médicos luchan contra los microbios y los virus de la enfermedad sin saber el origen exacto de los mismos; no saben que están luchando contra algo físico que tiene su origen en el cuerpo vital, en el de deseos y en el mental.
Cuando derrochamos energía, no sólo estamos consumiendo la vitalidad que tenemos para toda la vida, sino que, además, estamos desequilibrando el cuerpo vital, esto es, los malos pensamientos atraen las bajas vibraciones de los bajos deseos y pasiones para luego desequilibrar el cuerpo vital; esto se puede manifestar en el cuerpo físico como una enfermedad normal y corriente.
Sin embargo, cuando actuamos de esa forma y creamos un hábito —también en el cuerpo vital— lo que normalmente ocurre es que se manifiesta en la próxima vida como una tendencia o una enfermedad, dependiendo de la gravedad de los hechos.
Alguien se preguntará que, cuál es el sentido de todo esto?
A eso hay que responder, que el espíritu se tiene que hacer dueño de la personalidad —sus cuerpos— para poder utilizarlos en su propio beneficio espiritual y alcanzar cuanto antes su meta.
Así como el coraje es una FUERZA INTERNA fruto de la necesidad de acción en determinada línea, así el espíritu debe desarrollar otra fuerza interna al luchar contra la enfermedad que intenta doblegar su cuerpo.
Las malas formas de pensar, los deseos materialistas y egoístas, los malos sentimientos, etc., desequilibran el cuerpo vital y se graban en el átomo-simiente para que, en la siguiente vida, este cuerpo etérico se forme con esa debilidad.
Nosotros utilizamos la energía creadora para procrear, hablar, trabajar y pensar; todo abuso o descontrol de esa energía en cualquiera de sus formas, repercutirá en nosotros y muy particularmente en la salud. La Ley de Consecuencia nos traerá sus resultados bien en esta vida o bien en la próxima, pero de una forma u otra, no la podremos evitar.
Si realmente queremos liberarnos de esta forma de actuar inmadura, debemos trabajar con todas las fuerzas del bien y con un propósito firme y sincero, hacer que la Luz y el Amor de Cristo, nos ilumine en nuestra forma de pensar.
Nosotros sabemos lo poderosa que es nuestra mente creadora y por eso, debemos imponer nuestra voluntad sobre ella para que no se deje llevar por el cuerpo de deseos. Oremos fervorosamente para que seamos capaces de limpiar nuestros cuerpos y así saber dirigir esa energía creadora hacia esferas más elevadas.
Esta es la única forma de limpiar nuestra cabeza de todos esos nidos: la voluntad en la práctica del Servicio y del Amor.
2A PARTE
SANARSE A SI MISMO: NUESTROS PASOS PREPARATORIOS PARA SANAR A OTROS
Cuando miramos a nuestro alrededor, no podemos dejar de ver la gran cantidad de sufrimiento provocado por la enfermedad.
Cada año, se gastan miles de millones de dólares en pruebas médicas, medicamentos y hospitalizaciones.
Año tras año, más personas se enferman y el costo de la atención médica sigue aumentando. ¿Cómo puede la humanidad aliviar este sufrimiento? ¿Qué podemos hacer nosotros, como individuos, para ayudar? Las Enseñanzas Rosacruces nos dan una comprensión de la naturaleza de la enfermedad.
El ser humano es un ser espiritual que posee un cuerpo denso, un cuerpo vital, un cuerpo de deseos y una mente.
Así como hay leyes de la naturaleza que gobiernan el movimiento de los planetas, hay leyes que gobiernan la salud y el bienestar espiritual.
Por ignorancia, la humanidad desobedece estas leyes y produce las condiciones que reconocemos como enfermedad mental, discordia emocional y enfermedad física.
El hombre mejorará su estado de salud cuando comprenda las leyes de la naturaleza y trabaje en armonía con ellas.
Hasta que la humanidad no se transforme completamente en este estado superior de conciencia y autocontrol, habrá sufrimiento y enfermedad.
Para ayudar a aliviar este sufrimiento, Cristo nos mostró el camino, predicando el Evangelio y sanando a los enfermos. Sigamos su ejemplo.
Si bien puede haber un número infinito de experiencias que preparan a un individuo determinado para convertirse en un sanador, nos centraremos en cuatro pasos preparatorios:
1.- Comprensión
2.- Purificación,
3.- Dedicación y
4.- Compasión.
1.- Comprensión: Antes de que podamos Predicar el Evangelio, debemos aprender a entender las leyes de la naturaleza que se relacionan con la salud.
A través de la ciencia moderna sabemos mucho sobre las manifestaciones físicas de la enfermedad.
El diagnóstico de la enfermedad se basa en la acumulación de experiencia en el reconocimiento de patrones específicos de síntomas y signos de la enfermedad.
Sin embargo, la medicina moderna todavía no reconoce la causa espiritual que subyace a las diferentes enfermedades.
A través de nuestras propias observaciones podemos aprender mucho sobre la salud y la enfermedad. ¿Con qué frecuencia nos involucramos en actividades que son dañinas para nuestra salud?
Cuando nuestros pensamientos y estados de ánimo son pesimistas, enojados o deprimidos, enviamos a través de nuestros cuerpos los glóbulos blancos destructivos.
También desperdiciamos energía y podemos aislarnos del flujo vital del éter. Cuando comemos más alimentos de los que nuestro cuerpo necesita, desperdiciamos energía digestiva y sobrecargamos nuestro cuerpo con materiales no deseados. Cuando entendemos la Ley de Causa y Efecto, nos damos cuenta de que las limitaciones que los hombres experimentan en esta vida están arraigadas en las actividades de vidas pasadas.
Está en la naturaleza de la evolución despertar al hombre a las verdades espirituales a través de un proceso lento pero continuo.
Entender la Ley de Causa y Efecto nos ayuda a cooperar con el Padre en Su obra de sanación.
La Astrología es una herramienta maravillosa en el estudio de los principios de la salud y la curación.
El horóscopo natal representa las tendencias de una persona hacia la enfermedad, proporciona información sobre las causas y muestra el camino para restaurar la salud.
2.- Purificación: Hay una paradoja en el proceso de purificación.
Cuando comenzamos a obedecer las leyes de la salud, podemos enfermarnos.
En esta coyuntura crítica, es tentador abandonar el camino de la salud.
El proceso de purificación es una prueba de nuestra verdadera comprensión de la enfermedad y la salud.
Cuando cambiamos nuestras actitudes, hábitos y dieta, nuestro cuerpo responde eliminando las toxinas y los productos de desecho que durante mucho tiempo se han mantenido latentes dentro de nosotros.
Esta eliminación involucra los síntomas de la enfermedad, pero representa la incomodidad de la limpieza.
La purificación de la mente, el cuerpo y el espíritu es una aceptación voluntaria del dolor resultante de nuestras violaciones previas de las leyes de la naturaleza.
En lugar de maldecir los síntomas y tratar de suprimirlos, debemos aceptarlos felizmente como una deuda que deseamos pagar. Cada cuerpo tiene su patrón individual de curación de acuerdo con la vitalidad, el grado de toxicidad y la fuerza de voluntad de la persona.
Algunas deudas son totalmente pagaderas en la vida presente y otras no. No se desperdicia ningún esfuerzo. Cada paso hacia la purificación es apreciado por los Hermanos Mayores.
La purificación nos involucra en nuestra propia experiencia de sanarnos a nosotros mismos. Cuando experimentamos la enfermedad como un proceso espiritual hacia una mejor salud, seremos más capaces de ayudar a los demás con amor y convicción.
La purificación no termina con el mejoramiento del cuerpo físico.
Es una lucha de largo alcance para despejar nuestros pensamientos y deseos para que un día podamos salvar el abismo entre nuestras mentes y nuestros corazones.
Nuestro ejercicio retrospectivo nocturno es una herramienta útil en esta lucha.
Recibimos experiencias diarias para poner a prueba la pureza de nuestro ser. Si bien podemos estar sanos, fuertes y conocedores de los principios de la salud y la curación, no podemos llegar a ser sanadores a menos que deseemos sinceramente hacerlo.
3.- Dedicación: Cuando nos dedicamos a ayudar a los demás, descubrimos más profundamente el propósito de la vida. Nuestro objetivo no es nuestra propia longevidad o la longevidad de los demás.
Es posible que descubramos que ayudar a los demás, daña nuestra propia salud.
Nuestro objetivo no es ayudar a los demás a obtener salud haciéndolos obedientes a nuestros mandamientos.
Los seres humanos deben ser capaces de aprender por ensayo y error y el libre albedrío, debe ser respetado.
Es posible que descubramos que las personas a las que queremos ayudar ignoran nuestras sugerencias o incluso rechazan nuestra ayuda.
Al ser colocados en situaciones en las que estamos llamados a irradiar nuestro amor y a compartir nuestra fuerza vital con los enfermos y afligidos, nos dedicamos a una elevación espiritual de la humanidad que no se mide por el éxito material.
Nuestra dedicación es compartir la obra de Cristo en el mundo para el bien de nuestros semejantes.
Cuando comprendemos más acerca de la naturaleza espiritual de la salud, cuando comenzamos a incorporar estos principios en nuestras vidas y cuando nos involucramos en enseñar estos principios a otros, podemos descubrir en nosotros mismos algunos sentimientos negativos e incómodos acerca de las mismas personas a las que ostensiblemente buscamos ayudar.
Podemos llegar a ser críticos con sus debilidades; la forma en que se enferman ciegamente o su falta de respuesta a nuestra ayuda y sugerencias.
Podemos convertirnos en críticos que vigilan y castigan a los infractores.
Cuando la crítica y el enojo surjan en nuestros corazones, reconozcamos la fuente de esos sentimientos.
La astrología nos dice que cuando los demás despiertan sentimientos negativos en nosotros, a menudo son un reflejo de nuestras propias inseguridades y fracasos pasados. Cuando comenzamos a superar nuestras propias debilidades, podemos impacientarnos con otros que aún no han superado las mismas deficiencias que reconocemos en nosotros mismos Evitemos la crítica destructiva que surge de nuestros propios sentimientos negativos.
4.- Compasión: Cuando podamos dedicarnos sinceramente a servir a los demás de una manera amorosa, de una manera positiva, sintiendo la alegría de dar sin esperar nada a cambio, siempre pacientes y tolerantes mientras luchan por una vida mejor, entonces conoceremos el significado de la compasión.
Convertirse en sanador es un proceso similar a la Iniciación.
Es un privilegio que nos hemos ganado.
Es la realización de una capacidad que desarrollamos dentro de nosotros mismos.
Es un despertar, que da alegría a los Hermanos Mayores.
Es una bendición, participar en la obra de Cristo.
En Amoroso Servicio
Centro de Estudios de la Sabiduría Occidental Mexico