EL NUEVO SENTIDO DE LA EDAD FUTURA FRATERNIDAD ROSACRUZ DE MEXICO
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EL NUEVO SENTIDO DE LA EDAD FUTURA
Al final de la edad del Toro, hace unos 4.000 años, el "pueblo de Dios" huyó del furor que se aproximaba cuando se marchó de Egipto, país dedicado al culto del Toro.
En su huida fueron conducidos por Moisés, cuya cabeza, en grabados antiguos, aparece adornada con cuernos en roscados de carnero, indicación simbólica de que era el heraldo de los 2.100 años de la Edad Aria durante la cual, en la mañana de Pascua, el Sol primaveral coloreaba las puertas de las casas de rojo, como con sangre de carnero, cuando pasaba por el ecuador en la constelación (no el signo) del Carnero, Aries.
Similarmente, cuando el Sol, por precisión, se acercaba a la constelación acuática de Piscis, los Peces, San Juan Bautista sumergía a los convertidos a la religión Mesiánica en las aguas del Jordán y Jesús llamó a sus discípulos "pescadores" de hombres.
El "cordero' fue sacrificado en la fiesta de la pascua de los hebreos cuando el Sol pasaba por la constelación de Aries, el Carnero, y así obedeciendo a la exigencia de su Iglesia los fieles hoy en día se alimentan de pescado durante la cuaresma en el presente ciclo de Piscis, los Peces.
En el momento en que el Sol, por precesión, salió de la constelación de Tauro, el Toro, los pueblos que adoraban a este animal eran marcadamente paganos e idólatras.
Un nuevo símbolo del Salvador, o Mesías, fue hallado en el cordero, que correspondía a la constelación de Aries; pero cuando el Sol, por precesión, salió de aquel signo, el Judaísmo se convirtió en una religión del pasado, y desde entonces los obispos de la nueva religión cristiana llevan una mitra que tiene la forma de cabeza de un pez, para demostrar que son ministros de la Iglesia durante la Edad de Piscis, que ahora está pronta a terminar.
Mirando al porvenir a través de la perspectiva del pasado, es evidente que una nueva era ha de empezar cuando el Sol entre en la constelación de Acuario, el Portador de Agua, dentro de algunos centenares de años.
Juzgando por los acontecimientos del pasado, es razonable suponer que una nueva fase de religión reemplazará a nuestro sistema actual, revelándonos ideales más altos y más nobles que nuestro concepto presente de la religión cristiana.
Es seguro, por consiguiente, que si en aquellos días no queremos ser clasificados entre los idólatras y paganos, debemos prepararnos a tiempo para estar a la altura de esos nuevos ideales.
San Juan Bautista predicaba el evangelio de la preparación anticipada de una manera que no dejaba lugar a dudas, previniendo a la gente que el hacha se había dejado colocada en la raíz del árbol.
También aconsejaba a la gente de huir de la gran cólera que se acercaba, cuando el Hijo (Sol) de Dios viniera con el bieldo en la mano para separar el trigo de la paja y quemar esta última. Cristo comparó el evangelio a una pequeña cantidad de levadura que hacia fermentar una arroba de harina.
A primera vista el método de San Juan Bautista, colocando el hacha en la raíz de toda la estructura social, parece muy drástico, mientras que el proceso de fermentación mencionado por Cristo parece ser más suave; pero en realidad es aún más enérgico y drástico, como se hará evidente si consideramos cuidadosamente lo que pasa cuando hacemos un pan.
Es una evolución química, una guerra en miniatura, y significa una transformación completa de cada átomo de harina en el recipiente; ni uno solo puede escapar a la acción de la levadura, y se produce un ruido como un cañoneo continuo, o una explosión de bombas y balas, hasta que se ha agotado la fuerza de la levadura, y el amasijo se ha transformado en una mezcla esponjosa.