EL CICLO ANUAL CON CRISTO
EN EL VERANO
FRATERNIDAD ROSACRUZ DE MEXICO
CENTRO DE ESTUDIOS DE LA SABIDURIA OCCIDENTAL MEXICO
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CENTRO DE ESTUDIOS DE LA SABIDURIA OCCIDENTAL MEXICO
EL CICLO ANUAL CON CRISTO.
EL MISTERIO DE LOS CRISTOS.- Corinne Heline.
Junio - Julio - Agosto.
Una de las fiestas más hermosas del año es ésta de la Ascensión, que se celebra, aproximadamente, cuando el Sol pasa de Tauro (mayo) a Géminis (junio).
Entonces, falange tras falange de seres celestiales se postran en adoración ante la exaltada presencia de Cristo y las mismas estrellas se unen en una sinfonía que proclama Su majestad y Su gloria.
Durante esta sagrada fiesta, Su radiación penetra en la Tierra impregnándola con una refulgencia que excede toda descripción, haciendo brillantes, tanto el mundo físico como los mundos espirituales.
Y, como la naturaleza está en perfecta armonía con esas corrientes in crescendo de Cristo, ese período de cuarenta días entre la Resurrección y la Ascensión, es de tal contenido espiritual que se convierte en un tiempo apropiado para que el discípulo desarrolle en su interior los poderes de la clarividencia, la clariaudiencia y otras facultades del espíritu, que pertenecen al verdadero discipulado.
El octavo día de la Ascensión se celebra la fiesta de Pentecostés, que sintetiza las experiencias de los primeros discípulos que vivieron íntimamente con Cristo durante el período mencionado.
El día de Pentecostés se convirtieron en hombres y mujeres crísticos, adecuadamente equipados para el trabajo de establecer Su Reino en la Tierra.
El santo día conmemorativo de tal acontecimiento es, de hecho y en verdad, el Whitsun (Pentecostés en inglés, significando "el sol blanco"), el domingo blanco del alma; y constituye la máxima consecución posible en este planeta.
En la iglesia exotérica, la octava de Pentecostés se conmemora la triple actividad del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Se conoce como el domingo de la Trinidad y marca el fin de las fiestas espirituales del año.
Ya no se observan más fiestas hasta el comienzo de la época de Adviento.
Sin embargo, el significado esotérico del domingo de la Trinidad hace mucho que se olvidó, aunque siga siendo importante, ya que la iglesia cuenta todos los domingos desde la Trinidad hasta Adviento como primero, segundo, tercer domingo, etc., "después de la Trinidad".
Los cristianos esotéricos, sin embargo, comprenden algo del significado de la celebración de la Trinidad.
Saben que el domingo de la Trinidad simboliza, por así decirlo, el trabajo supremo de Cristo en el ciclo anual y que, durante los tres meses del verano - Junio, Julio y Agosto - Cristo trabaja al unísono con el Dios Trino y con las tres Jerarquías:
de Géminis (Serafines),
Cáncer (Querubines) y
Leo (Señores del Amor)
rellenando, energizando y espiritualizando la Tierra y todo lo que en ella existe.
Cuando el Sol entra en Géminis, en el mes de junio, Cristo pasa al Tercer Cielo que, en terminología Rosacruz, es el Mundo del Pensamiento Abstracto.
Es la esfera más elevada de las alcanzadas por la Humanidad en el ciclo de renacimientos y en su actual nivel de desarrollo.
El Primer Cielo es el mundo del color; el Segundo, es el mundo del tono; el Tercero es el mundo de las Ideas Abstractas.
Es éste un mundo de pura luz blanca en el que un alma iluminada aprende a escuchar la Voz del Silencio.
Durante el mes de junio, Cristo se convierte en un canal para las radiaciones emitidas por los Serafines, la Jerarquía de Géminis.
Los contacta por medio del Espíritu Santo, el tercer aspecto de la Trinidad.
Una de las notas clave de Géminis es la actividad; ésta es también la nota clave del Espíritu Santo.
Mediante su actividad, los Serafines traspasan los misterios del Espíritu Santo al signo opuesto de Géminis, Sagitario, los Señores de la Mente.
Allí esperan que el hombre desarrolle su iluminación hasta ser capaz de comprender y aplicar el inmenso poder del Espíritu Santo en su vida diaria.
Aunque la Humanidad sólo es capaz aún de percibir débilmente los misterios relacionados con el principio y poderes del Tercer Aspecto de la Trinidad.
Durante el período de tránsito del sol por el signo de Géminis, el discípulo hará bien en dedicar el mayor tiempo posible a meditar sobre el principio de la polaridad, pues es el mes más apropiado del año para recibir revelaciones esotéricas sobre esta materia profundísima.
Si es posible, el Zohar, "el Libro de Luz", como fue inicialmente conocido, es recomendable para estudios sobre este tema.
Cuando el sol entra en Cáncer, en el mes de julio, Cristo asciende a su propio hogar, el Mundo del Espíritu de Vida, el plano en el que la unidad y la armonía reinan supremas; es también el nivel de conciencia contactado por los discípulos el día de Pentecostés.
Y será alcanzado por la porción más avanzada de la Humanidad al finalizar el presente Período Terrestre.
En este momento del año, mediante el trabajo del Cristo Cósmico, el Hijo, el Verbo y Segundo Aspecto de la Trinidad, nuestro bendito Señor, contacta con la Jerarquía de Cáncer, los Querubines.
Estos seres celestiales son los guardianes de todos los sitios sagrados del cielo y de la Tierra y contienen, dentro de sí, el gran misterio de la vida.
Bajo la dirección de Cristo, este sagrado misterio se traspasa desde Cáncer a su signo opuesto Capricornio, quedando a cargo de los Ángeles.
Por esa razón los Salvadores del Mundo que vienen a la Tierra proclamando el misterio del Sagrado Nacimiento, nacen bajo el signo de Capricornio.
La observancia conocida eclesiásticamente como Fiesta de San Juan, que fue el Precursor de Cristo, tiene lugar durante el Solsticio de Verano.
En julio, el alma de la Tierra se sumerge en puro éxtasis.
Los cielos se comban hacia abajo mientras la Tierra es elevada a lo alto. Con ese divino intercambio de fuerzas espirituales se consuma el Matrimonio Místico entre el Cielo y la Tierra.
Durante un intervalo de cuatro días, son silenciadas las corrientes de deseos para que las fuerzas espirituales puedan reinar supremas y la Tierra se llena con la pura luz del espíritu.
Todo discípulo que aprenda a sintonizarse con este poderoso influjo accederá a un nivel de conciencia espiritual nunca soñado.
Si dedica mucho tiempo a la meditación durante este período, descubrirá igualmente un profundísimo y aclaratorio significado de la fórmula fundamental de la Creación, dada por San Juan:
En el principio era el Verbo, Y el Verbo estaba con Dios, Y el Verbo era Dios.
Él estaba al principio con Dios.
Por Él fueron hechas todas las cosas Y nada de lo que ha sido hecho, se hizo sin Él.
Juan 1:1-3 Cuando el sol alcanza el punto más elevado en su ascensión hacia el norte, Cristo asciende igualmente al mundo espiritual denominado el Trono del Padre.
Se le conoce en la terminología rosacruz como el Mundo del Espíritu Divino, el hogar del Dios de este sistema solar. Dios es Amor y Dios es Luz. Amor y Luz son notas clave de la Jerarquía de Leo, los Señores de la Llama (Amor).
Bajo la supervisión de los Señores de la Llama y junto a los poderes del Padre, Primer Aspecto de la Trinidad, Cristo trabaja con el poder supremo del amor, la fuerza estabilizadora de la Tierra.
Para ello, se convierte en el canal de la fuerza, gracias a la cual hace girar la Tierra sobre su eje y recorrer su órbita en torno al Sol.
Este poder del amor es traspasado por la Jerarquía de Leo a su signo opuesto, Acuario; por eso será el poder que animará la nueva Era de Acuario.
Durante esta época, el discípulo debe esforzarse por convertir el amor en la fuerza motivadora de su vida.
Debe aspirar a embellecer cada una de sus palabras, pensamientos y obras con su magia.
El decimotercera capítulo de la Segunda Epístola a los Corintios, uno de los más grandes cantos del alma al amor, es el mantra perfecto, tanto para la meditación como para el esfuerzo, durante el período en el que el sol transita el signo real de Leo.
En Amoroso Servicio
Centro de Estudios de la Sabiduria Occidental Mexico.