LA EPIGENESIS Y LA LEY DE CAUSACION CARTA NUMERO 84 

FRATERNIDAD ROSACRUZ DE MEXICO 

CENTRO DE ESTUDIOS DE LA SABIDURIA OCCIDENTAL MEXICO

CARTA NUMERO  84

Noviembre de 1917

LA EPIGENESIS (1) Y LA LEY DE CAUSACIÓN

Frecuentemente manifiestan algunos estudiantes varios errores, los cuales requieren corrección de vez en cuando. 

El más generalizado de estos es la idea equivocada de que todo lo que nos sucede es la consecuencia o efecto de alguna causa o acción nuestra en tiempos pasados, generalmente en alguna existencia previa.

Teóricamente los estudiantes conocen que esto no es exacto. 

Están conscientes de que además del destino acarreado por nosotros de otras vidas para su liquidación en esta vida, estamos ejerciendo una influencia causística por nuestros actos.

Una parte considerable de las acciones hechas en esta encarnación se convertirán en efectos antes de que la muerte termine nuestra estancia en este alrededor ambiente, a la que los hechos que no se liquiden de este modo se arrastrarán y formarán las bases del destino de una existencia futura, en la que cosecharemos aquello que hayamos sembrado. 

Este destino arrastrado de una vida a otra esta indicado en nuestro horóscopo y nos da ciertas características y tendencias o líneas de menor resistencia. 

No debe ser olvidado, sin embargo, que este destino de otras vidas anteriores nos da determinadas influencias o impulsos hacia líneas de acción concretas. 

Pero, de todos modos, existe una gran cantidad de libre albedrío en nuestras acciones, que dejan lugar al ejercicio de la epigénesis, o sea, la actividad creadora divina que forma las bases de la evolución.

Como ya dejo dicho, los estudiantes saben perfectamente esto, teóricamente. 

Pero al relacionarlo con los problemas de la práctica de la vida diaria, parece que todos toman persistentemente la actitud de que todo lo que es, es un desarrollo o ampliación de algo que ha existido ya. 

Esto es cierto, especialmente, en el caso de aquellos que han estudiado las religiones orientales antes de sumarse al movimiento de los estudiantes de las Ensenanzas de la Sabiduria Occidental.

Pero por esta actitud mental de ignorar o no aceptar la acción de la epigénesis están retardando el desarrollo de su alma a un grado tal del que no están conscientes. 

En efecto, está ocurriendo con ellos algo que es semejante a lo que sobreviene a los materialistas durante su existencia post mortem en el momento en que están pasando la frontera entre el Purgatorio y el Primer Cielo, donde se les ve discurrir en una monotonía que es muy doloroso el contemplar. 

Esta frontera es, por decirlo así, un remanso fuera de la corriente de la vida donde el progreso forma una pausa. 

El materialista esta allí debido a la razón de su negación de la existencia post mortem, la cual le ha puesto fuera del contacto de las corrientes espirituales que generan el movimiento y la acción durante aquella existencia.

Asimismo, cuando nosotros ensalzamos y recalcamos la Ley de Causación e ignoramos constante y persistentemente la ley de la Epigénesis, nos estamos colocando fuera de la línea de acción de esta última, y nuestras ocasiones de ejercitar iniciativa se pierden más a menudo que si fuera del otro modo, con el resultado de que nos encontramos más obstruidos y nos hacemos más estériles a medida que pasan los años.

Por lo tanto, si nos esforzamos inteligentemente en considerar los problemas de la vida, tomando como ejemplo en las acciones de aquellos que nos rodean así como las nuestras propias, para buscar y extraer de ellas el principio de la Epigénesis y vigilamos su modo de operar, hallaremos ocasiones para emplear nuestras iniciativas abriendo ante nosotros un porvenir que nunca lo hubiéramos creído posible. 

Vigilando el modo en que la Epigénesis actúa en otras personas podemos aprender el modo de aplicarla a la nuestra.

Confío que mantendrá usted en su imaginación lo antedicho y si así lo hace, obtendrá un gran beneficio por la práctica persistente de este principio.

En Amoroso Servicio

Centro de Estudios de la Sabiduría Occidental México

(1) EPIGENESIS

Del Diccionario Rosacruz

Es la actividad original creadora del Espíritu, es la palanca que con la mente como apoyo logra que la Involución se haga Evolución; la cualidad de "genio" que el ser evolucionante debe cultivar para convertirse en Dios. 

El libre albedrío que supone la elección entre dos cursos de acción. 

Existe una gran tendencia a pensar que todo lo que ahora existe es el resultado de algo que existió previamente, pero si fuera éste el caso no habría margen para esfuerzos nuevos y origina- les que evocaran nuevas causas. 

La cadena de causas y efectos no es una repetición monótona. (Vea como dominar nuestras estrellas) 

Hay un influjo continuo de causas nuevas y originales. Esta es la base real de la evolución, la única cosa que le da significado y la que la invierte en algo más que un simple desdoblamiento o desarrollo de cualidades latentes. 

Esto es Epigénesis, el libre albedrío que supone la elección entre dos cursos de acción. 

Este es el importante factor que sólo puede explicar el sistema al que pertenecemos de una manera satisfactoria. 

La Forma fue construida por Evolución; el Espíritu la construyó Y entró en ella por Involución; pero el medio para inventar los mejoramientos 0 perfeccionamientos es Epigénesis. 

El padre y la madre dan la sustancia de su  cuerpos para construir el cuerpo del niño, pero,' especialmente en las razas superiores, la Epigénesis hace posible se agregue algo, lo que hace al niño diferente de sus padres. 

Cuando la Epigénesis no actúa o se hace inactiva en el individuo, la familia, la nación o la raza, cesa la evolución y comienza la degeneración. 

Durante toda la vida la cualidad que los Rosacruces llaman Epigénesis está en actividad; Esta cualidad es el poder de poner en acción a un número limitado de causas nuevas, las cuales no están determinadas ni impuestas a -nosotros por nuestros actos del pasado.

Si estuviéramos totalmente sujetos al pasado o incapaces de generar nuevas causas, nos sería imposible desarrollar poder creador original alguno, ni habría libre albedrío.

Aquí viene a ayudarnos la facultad espiritual de Epigénesis, capacitándonos, si así es nuestra voluntad, para abrirnos el paso hacia esferas de poder y, actividad provechosa todavía mayores.