PERSIGUIENDO CONOCIMIENTOS 

FRATERNIDAD ROSACRUZ DE MEXICO 

CENTRO DE ESTUDIOS DE LA SABIDURIA OCCIDENTAL MEXICO

PERSIGUIENDO CONOCIMIENTOS

El conocimiento es un requisito esencial aunque difícil de manejar. 

Sin el conocimiento no podemos progresar, pero si lo empleamos equivocadamente nos veremos en peligro de regresión espiritual y aún material. 

Un poco de conocimiento, aunque sea aplicado con la mejor de las intenciones, puede ser peligroso. 

La abundancia de conocimiento tiene la tendencia de “subirse a la cabeza” otorgándole a la persona una noción exagerada de su importancia y de su capacidad de influenciar en los acontecimientos.

La adquisición del conocimiento por el conocimiento mismo o para fines puramente egoístas está mal y atraerá consecuencias desagradables a la persona así motivada. 

La adquisición de conocimiento es justificable solamente cuando se trata de emplearlo como un medio para vivir vidas mejores y más puras así como para mejorar nuestras aptitudes para el servicio. 

La adquisición de conocimientos esotéricos es particularmente peligrosa a menos que se esté imbuido de un ardiente deseo de beneficiar a la humanidad. 

El empleo del poder espiritual con fines egoístas está estrictamente prohibido. Jesucristo sabía cómo alimentar a la multitud “milagrosamente”, pero no pudo levantar un dedo siquiera para salvarse de sus adversarios.

Sembrando conocimientos en los demás nos ayudamos, ya que recién sabemos profundamente alguna cosa, cuando somos capaces de explicarla a otra persona. 

No importa cuánto conocimiento transmitamos, pues siempre retendremos la porción original para mejorarla y refinarla.

Por otra parte si engullimos conocimientos, será similar a comer alimento físico sin quemar la materia así recibida. 

El residuo excedente sin uso, causará severos problemas pudiendo conducir en algunos casos a la enfermedad.

Max Heindel hace notar que de toda la información dada en el Concepto Rosacruz del Cosmos, solamente lo que atañe al servicio, es de importancia primordial. 

El conocimiento de las Leyes naturales bajo las cuales debemos operar, acerca de la creación del sistema solar, acerca de la naturaleza de Dios y todo lo demás es útil en el sentido de que si se lo aplica de forma adecuada, nos ayudará a acelerar nuestros pasos por el Sendero. Si no obedecemos el evangelio del servicio, en cambio, todo el resto de información que podamos recolectar no nos hará ningún bien.

El conocimiento está para ser usado y compartido. 

A menudo escuchamos la admonición de que: “A quien mucho se le da mucho le será exigido”. Esto es tan cierto en cuanto al conocimiento como a cualquier otro asunto. Debemos usar nuestros talentos o se atrofiarán, así como debemos usar nuestros músculos o nos dejarán de servir. 

Cuando mayor sea nuestro conocimiento o extenso sea nuestro talento, mayor será nuestra responsabilidad en cuanto a su uso correcto. 

Si los enterramos, podemos esperar condenación, al igual que el sirviente de la parábola que enterró su talento en vez de hacerlo producir. 

Además, cuanto más avanzado sea el conocimiento tanto más responsables seremos de emplearlo correctamente. Cuando más refinadas sean las cualidades del alma de una persona, tanto más fina debe ser la distinción que puede y debe hacer entre lo bueno y lo malo.

El conocimiento no es ni bueno ni malo por sí mismo pero sí puede ser usado para cualquiera de las dos cosas. Así pues, no accederemos a las fuentes de conocimiento superior a menos que estemos preparados para recibirlo. 

Es por eso que la única avenida legítima para acceder a él, es la purificación y desenvolvimiento positivo de nuestro yo. 

Existen ciertamente aproximaciones negativas hacia los conocimientos superiores, pero los Egos que deliberadamente o por ignorancia realizan esas aproximaciones negativas, a menudo se dan con que el conocimiento resultante se hace demasiado para manejarlo; y el mal uso que se haga del mismo, aunque sea por falta de advertencia, traerá inevitablemente consecuencias muy desagradables.

El conocimiento está abierto al buscador sincero, ya que por todas partes en la naturaleza un lento y persistente desenvolvimiento tiende al desarrollo superior. 

Esto es cierto para el conocimiento estrictamente físico y para el conocimiento de los mundos superiores. La persona que comprende su propia ignorancia ya ha dado con ello el primer paso hacia el conocimiento. 

Un hecho obvio, a menudo ignorado por las personas que tratan de abrirse paso en el mundo, es que siempre debemos comprender lo inferior antes de esperar comprender lo superior. 

La máxima de “Hombre, conócete a ti mismo”, se torna muy apropiada aquí. 

Debemos aprender a comprender nuestras cosas propias, a nosotros mismos, antes de comprender mucho de nuestro entorno; y para qué hablar del ancho mundo y del cosmos en sí.

La seguridad está en trepar por la escala peldaño por peldaño, sin añorar nuevas alturas hasta que nos sintamos seguros en nuestro nivel actual. 

El logro del conocimiento completo de cualquier tema en particular requiere estudio intensivo. 

Hemos vivido ciclos de vida completos en el mundo físico y sin embargo aún no hemos comenzado siquiera a entender todas sus complejidades, obviamente no podemos esperar comprensión al instante de todo lo que existe en los mundos superiores. 

Es así que la observación será una de las llaves hacia el conocimiento; otra llave será la fuerza del pensamiento, el cual, si logra concentrarse la cantidad suficiente sobre un tema en particular, eventualmente sondeará las profundidades del mismo.

El obtener conocimiento de primera mano de los mundos superiores se hace sumamente dificultoso para la humanidad actual. 

Debemos querer este conocimiento tan desesperadamente como un hombre que se ahoga precisa el aire y consecuentemente debemos aplicarnos en esa lucha con la misma persistencia. 

El único camino hacia la iluminación espiritual es el cultivo de nuestro propio poder anímico. 

Esto se logra mediante el servicio y por el pleno uso que ejerzamos de cada oportunidad y lección de que se nos prevea.

El primer paso hacia la obtención de conocimiento de primera mano es la limpieza de nuestros diversos vehículos, haciéndolos tan alertas y respondientes como nos sea posible de lograr.

Particularmente debemos trabajar nuestro cuerpo de deseos purificándolo y asegurándonos de su sometimiento a nuestro Yo superior. 

El ejercicio sugerido por los Hermanos Mayores es la Retrospección y la Concentración que nos ayudan en este proceso de Purificación y Regeneración. 

El sexto sentido (la clarividencia) constituirá nuestra próxima avenida de aproximación al conocimiento de primera mano y sin duda, eventualmente, será seguida por el desenvolvimiento de otros “sentidos” aun más refinados y penetrantes.

El conocimiento de las verdades más elevadas siempre pude ser empleado, hablemos de él o escribamos, doctamente o no. Este conocimiento será usado mejor viviendo la vida superior. 

La prueba de la validez de las Enseñanzas espirituales está en vivirlas y ofreciendo nuestras vidas como

ejemplo de su mérito. Este tipo de afirmación será comprendida por todas las personas y en cualquier rumbo de la vida, en lugar de lo aprendido en libros y tratados, lo cual, de cualquier manera nunca será evidencia concluyente y será comprendido apenas por unos cuantos.

Cierto tipo de conocimiento le es particularmente útil al aspirante espiritual en sus esfuerzos tanto para mejorarse como para servir. Algo de conocimiento sobre cosmología y la evolución y destino de las oleadas de vida humanas ayudan a dirigir nuestros pensamientos por avenidas más positivas. 

El conocimiento de las Leyes Naturales simplifica y promueve nuestra cooperación con ellas y nos permite usar las Fuerzas naturales, simplificando nuestra cooperación con las mismas permitiéndonos su empleo para nuestro trabajo beneficioso. 

Cuanto más familiarizados estemos con estas leyes tanto más capacitados estaremos de tomar ventaja de las oportunidades de crecimiento. 

El conocimiento de las causas de nuestros errores es sin duda altamente valioso, ya que pude evitar que las repitamos.

El conocimiento es un requisito previo al juicio. Muchas personas no dudan en expresar sus opiniones sobre cualquier materia concebible, pero la única opinión digna de consideración es la basada en el conocimiento del asunto en cuestión. 

El crecimiento del conocimiento está relacionado con el cuerpo vital. 

Todo conocimiento, en cualquiera que sea el área en que se lo emplee, necesariamente alimentara la vida, la que se deriva primariamente de extractos del cuerpo vital: 

La fuerza creadora y la sangre. 

Más aún, el conocimiento “cobrará vida” en el sentido físico, en aquella célula del cerebro destruida por el pensamiento. Se nos hace perentorio, pues, el ejercitar solamente los motivos mejores y más puros en nuestra búsqueda de conocimientos.

En Amoroso Servicio

Centro de Estudios de la Sabiduría Occidental México