1. Que vuestra maternidad divina, que mora en vosotros, os mantenga unidos por el cordón espiritual a vuestros hermanos.

2. Que el sentir y el actuar de vuestra masculinidad interior sean las fuentes de fortaleza y guía para vuestros hermanos.

3. Arrullad en vuestro corazón, el amor que sentís por vuestros hermanos en Dios Padre Creador, para que les deis sosiego y tranquilidad espiritual.

4. Mirad con ojos compasivos y misericordiosos a quienes se equivocan y dadle vuestra humilde orientación y consuelo.

5. Cuando os equivoquéis en vuestras actuaciones, reconoced con humildad vuestro error.

6. Recibid con alegría el nuevo día de toda vuestra existencia, para que sea la senda por donde caminaréis durante el día.

7. Cuanto más os parezca que estáis siendo poco reconocido en vuestros esfuerzos, alegraos y bendecid al Padre Celestial con todo el corazón.

8. Adoctrinad a cada momento a quienes os rodean, con vuestra actitud amorosa y silenciosa.

9. No os ofusquéis por aquel que os perturbe, y más bien, reconocedlo como el maestro que os enseña a crecer en la paciencia.

10. Pensad a menudo, que el Ser Supremo que actúa en vosotros, os conoce y os da todo cuanto necesitáis.

11. Orad y meditad con la consciencia que lo estáis haciendo con toda la humanidad.

12. Meditad y sed consciente de vuestra fraternidad universal y de vuestra estrecha unión.

13. Que los latidos de vuestro corazón sean la campana, que os llame al amor y al recogimiento interior.

14. Pensad que cada inhalación es el hálito de vida que entra a vosotros, para que la deis en servicio a la humanidad.

15. Haced de vuestro entorno, un pedazo del reino celestial, con pensamientos y sentimientos elevados y santos.

16. Tened presente que el Padre Celestial y la madre tierra, son uno en vosotros a quienes debéis gratitud.

17. Sed conscientes de la Presencia divina en vuestro mundo circundante, por lo tanto, es imposible que creáis que estáis solos.

18. El eco de vuestro pensar y sentir es la voz que retumba, llevando la vibración que la acompaña a todo cuanto existe.

19. Estad consciente que el universo está en vosotros y por ello debéis cuidarlo y conservarlo en su perfección.

20. Haced diariamente una renuncia espiritual, que os tiemple y os fortalezca interiormente, por amor a la humanidad.

21. Dedicad vuestras actividades a Dios Creador y a su creación, como la más bella dádiva que podéis brindar.

22. Actuad siempre en la consciencia divina del divino amor, para que seáis dadores de dicha y felicidad eterna.

23. Cuando os retiréis al descanso, ofrecedlo a los torturados por sus vicios, tribulaciones y confusiones internas.

24. Que vuestro espíritu se goce y se recree en la austeridad interior.

25. Sed constante y paciente en vuestra participación en la obra redentora de la humanidad.

En Amoroso Servicio

Fraternidad Rosacruz de México

Centro de Estudios de la Sabiduría Occidental México