EL AVE MARIA 

(EN UN DIA DE LAS MADRES)


FRATERNIDAD ROSACRUZ DE MEXICO


CENTRO DE ESTUDIOS DE LA SABIDURIA OCCIDENTAL MEXICO

EL AVE MARIA

por un Estudiante

El verdadero contenido del Avemaría, es una verdadera salutación angélica, ya que fue el Angel Gabriel el autor, digamos, de la mayor parte del texto.

Empieza, precisamente, con una salutación. 

La palabra latina “ave” significaba “saludos” o “te saludo” o “se te saluda”. 

Era la fórmula que empleaban los gladiadores en el circo cuando, brazo en alto, antes de comenzar el espectáculo, exclamaban: “Ave Caesar, morituri te salutant” (Ave, César, los que van a morir, te saludan).

Nosotros hemos traducido “Ave” por “Dios te salve” porque en el antiguo castellano ése era el saludo habitual, con el mismo significado.

Es también, puesto que de una oración se trata, una especie de “dirección”, como las señas que ponemos en los sobres, como si dijéramos: “para fulano” y en este caso, “para María”. 

De ese modo, sin quererlo, nuestro corazón y nuestra mente se elevan en esa dirección, tratando de alcanzar el nivel en que María se encuentra.

La oración continúa diciendo: “llena eres de gracia”. 

Considerado lo que hemos dicho antes, se comprende que manifestemos así nuestra admiración por sus logros, tratándose, como se trata, de un Espíritu Virginal como nosotros y perteneciente a nuestra misma oleada de vida. 

Quiere decir también que, en todo momento, al estar rodeada por los ángeles y llena de amor y de pureza, la Gracia, la aureola, la envuelve, la llena, le rebosa.

“El Señor es contigo”. Y no cabe duda de que así es. Se trata de un refuerzo a nuestra oración para que, además de elevarnos a ella, lo hagamos también a Dios, de un modo instintivo, al citarlo, lo cual robustece nuestra oración porque, inmediatamente, entran en relación las vibraciones de María, de su Hijo y del que ora. Y creamos así el triángulo santo.

 “Bendita tú eres entre todas las mujeres”. 

Esto es un verso del conocido Magnificat, que no es sino la exclamación de gozo de Isabel, embarazada de Juan el Bautista, al ser visitada por su prima María, a la que reconoce como madre de Dios.

 Imaginemos la escena:

 María, sabiendo ya que espera a Su Hijo, el Salvador de la Humanidad, va a visitar a Isabel que, según le ha dicho el propio Angel Gabriel que le sugiere el viaje, está también encinta. Isabel había sido su maestra en el Templo.

 Tras un viaje, en borrico, de varios días, ya que desde Nazaret, en Galilea, hasta Ain Karim, el pueblo de Isabel, en Judea, al oeste de Jerusalén, hay más de cien kilómetros, María entra en la casa de su prima. 

Esta ya tiene noticias de lo sucedido con María, pero al parecer, no la espera y apenas penetra en el patio de su casa, el niño que Isabel lleva en su seno, se convulsiona al recibir la maravillosa vibración del aún embrionario Jesús.

 El saludo de Isabel es emocionante y forma parte de la oración que hoy estudiamos. Las dos se conocen desde niñas y se quieren y se tienen confianza. 

Pero Isabel, ante los hechos que las afectan, tan maravillosos, sobre todo a su prima, no puede evitar exclamar: “¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! 

¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?”

Y María, embargada por el recibimiento de su prima y llena de emoción y de sorpresa aún, por lo que le ha sucedido, exclama en respuesta:

          ...“Mi alma glorifica al Señor, 

          y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador

          porque se ha fijado en Su humilde esclava.”

     Y añade, aún incrédula y humilde:

          ...”Todas las generaciones me llamarán bendita

          porque el Todopoderoso ha hecho maravillas en mí.”


¿De qué hablarían estas dos mujeres excepcionales?, ¿Qué se dirían? ¿Qué confidencias tan extraordinarias se harían?, ¿cuáles serían sus sentimientos, sus sueños, sus ilusiones, sus aspiraciones?, ¿Cuáles los futuros que forjarían para sus hijos en su imaginación? 

Y… ¿hasta qué punto eran conscientes del papel que estaban representando...?

“Santa María, madre de Dios”. Entramos con esta frase en una segunda invocación para recalcar la dirección en la que nuestro ruego va encaminado.

“Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”. 

Parece que no pedimos mucho, pero examinemos detenidamente la petición:

 Por un lado, le pedimos que ruegue por nosotros. ¿Por qué? En base a que ella personifica el amor de madre y todas las madres ruegan por sus hijos, sean como sean.

Precisamente por eso añadimos “pecadores”. Porque, aunque seamos pecadores, o sea, imperfectos, si nuestra madre se preocupa de orar por nosotros porque nos comprende y nos ama, nos será más fácil dominar nuestros defectos y nuestras tendencias y hollar el sendero que nuestra madre holló antes que nosotros.

¿Qué madre no es capaz de justificar cualquier error cometido por su hijo?

¿Y cuándo ha de orar por nosotros? 

“Ahora”, es decir, mientras estamos en esta vida, en este plano, luchando con las adversidades y los problemas que nosotros mismos nos hemos creado con nuestra ignorancia y nuestra ceguera. 

Permanentemente, día a día, porque todos los días necesitaremos de su ayuda para no caer en el pecado. Pero también “en la hora de nuestra muerte”, es decir, si a pesar de todo, caemos y por tanto, morimos para la Gracia, si nos ponemos negativos y no percibimos su amorosa vibración. 

Lo que estamos pidiendo es que no nos abandone porque hayamos “muerto” a la luz, que continúe esforzándose por sus hijos, como una madre, para que volvamos a esa luz y reanudemos el sendero abandonado.

La palabra “Amén” equivale a “Así sea”. Proviene de Amón, el dios-sol egipcio, ya que en el antiguo Egipto se juraba por Amón y los hebreos, adoptaron la expresión para manifestar el ferviente deseo de que Dios haga posible lo que se haya enunciado.

Conocido todo esto y teniéndolo in mente cuando recemos el Avemaría, convertiremos nuestra oración, ordinariamente limitada a unas palabras nunca reflexionadas y más o menos envueltas en materia emocional, que no pasa por tanto del nivel del Mundo del Deseo, en una invocación, un acto mental y creador, con mucha mayor efectividad, al tiempo que nos acostumbramos a mantenernos en el mundo mental y a liberarnos del mundo emocional, en el que pasan la vida la mayor parte de los hombres. 

Nosotros, como estudiantes de ocultismo, hemos de intentar permanentemente vivir en el mundo del Pensamiento, cuanto más elevadamente, mejor. Porque todos sabemos que la energía sigue al pensamiento y que el pensamiento es creador. 

Pero no desligar nunca el pensamiento del corazón: Amar con la cabeza, es decir, con discernimiento, sabiendo qué se ama y por qué; pero también pensar con el corazón, dispuestos al perdón, a la tolerancia, a la comprensión, al sacrificio...

Habiendo comprendido los mecanismos, tanto del Padrenuestro - objeto de estudio en “El Concepto Rosacruz del Cosmos” como del Avemaría, ¿podéis imaginar la elevación que se puede alcanzar rezando conscientemente el Santo Rosario?

Ave María en 7 idiomas

Latín


Ave Maria, gratia plena, Dominus tecum, benedicta tu in mulieribus et

benedictus fructus ventris tui Jesu. Sancta Maria, Mater Dei, ora pro

nobis peccatoribus, nunc et in hora mortis nostrae. Amen.


Português


Ave Maria, cheia de graça, o Senhor é convosco, e bendita sois vós

entre as mulheres e bendito é o fruto de vosso ventre, Jesus. Santa

Maria, mãe de Deus, rogai por nós pecadores, agora e na hora de


nossa morte. Amém.


Italiano


Ave Maria piena di grazia, il Signore è con te. Tu sei benedetta tra le

donne e benedetto è il frutto del tuo seno Gesù. Santa Maria, Madre di

Dio, prega per noi peccatori, adesso e nell'ora della nostra morte.


Amen



Español


Dios te salve, María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo. Bendita

eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora


y en la hora de nuestra muerte. Amén.


Francés


Je vous salue, Marie pleine de grâce, le Seigneur est avec toi. Tu es

bénie entre toutes les femmes et Jésus, le fruit de tes entrailles, est

béni. Sainte Marie, Mère de Dieu, prie pour nous, pauvres pécheurs,


maintenant et à l'heure de notre mort. Amen.


Inglés


Hail Mary, full of grace, the Lord is with thee; Blessed art thou among

women and blessed is the fruit of thy womb, Jesus. Holy Mary,

Mother of God, pray for us sinners now and at the hour of our death.

Amen.



Alemán


Gegrüßet seist du, Maria, voll der Gnade, der Herr ist mit dir. Du bist

gebenedeit unter den Frauen, und gebenedeit ist die Frucht deines

Leibes, Jesus. Heilige Maria, Mutter Gottes, bitte für uns Sünder jetz


tund in der Stunde unseres Todes. 

Amen.


En Amoroso Servicio

Centro de Estudios de la Sabiduría Occidental Mexico.