EL ESPÍRITU DE CRISTO Y LA PANACEA ESPIRITUAL

EL PAN Y VINO MISTICOS

FRATERNIDAD ROSACRUZ DE MEXICO

CENTRO DE ESTUDIOS DE LA SABIDURIA OCCIDENTAL MEXICO


EL ESPÍRITITU DE CRISTO Y LA PANACEA ESPIRITUAL

CARTA 21 Agosto de 1912


Recordará usted haber leído en el Concepto Rosacruz del Cosmos el modo en que desde Noé hasta Cristo, bajo el régimen de Jehová, se fomentó el universal egoísmo en la humanidad entera.

AI hombre se le dijo que:

"EI Cielo, más aún, los Cielos, son del Señor y que la tierra la ha dado Él a los hijos de los hombres".

Así el hombre dióse obligado a la busca de posesiones materiales y no tuvo idea de los tesoros de la gloria, que son los frutos del sacrificio propio. A consecuencia de esto su vida celestial fue haciéndose cada vez más estéril; su progreso espiritual decayó y de no habérsele dado un nuevo impulso hubiera fenecido con el tiempo.

En aquel entonces, el Espíritu Cósmico de Cristo, el "Redentor", comenzó Su labor bienhechora y al fin consiguió el acceso a la tierra mediante la "sangre purificadora de Jesús" cuando fue derramada en el Gólgota, y ahora el Espíritu de Cristo está trabajando desde el interior de nuestro globo para atenuar sus físicos y suprafísicos constituyentes.

Se sintió una enorme invasión espiritual en el momento en que Él entró en la plena posesión de la tierra, en el Gólgota, tan grande que verdaderamente aquella intensidad de la luz cegó a las gentes.

Desde aquel momento empezó el principio del altruismo a manifestarse más extensamente sobre nuestra raza; paulatinamente vamos cesando en la costumbre de mirar por nuestro propio interés exclusivamente y estamos acumulando tesoros espirituales mediante el interés que nos tomamos por el bienestar del prójimo.

De no haber venido Cristo, hubiera sido forzoso el echar fuera otra luna para libertarnos de los peores elementos, pero de esto quedamos a salvo por la gracia del sacrificio del Espíritu Cósmico Cristo, sacrificio que no significa Su muerte, según se entiende vulgarmente, sino que es una infusión de la tierra con una vida superior que nos permite vivir más abundantemente en el espíritu.

En esta venida de Cristo a la tierra tenemos una analogía entre ella y la administración de la Panacea Espiritual, de acuerdo con la ley "Como arriba es abajo".

En cada célula del cuerpo humano existe una vida de la célula separadamente, pero por encima de esto está el ego que dirige y gobierna todas las células, de forma que actúen en armonía.

Durante ciertas enfermedades de duración prolongada, el ego se vuelve tan atento sobre su dolencia que cesa en su misión de vivificar plenamente las células; así las dolencias del cuerpo crean la inacción mental y puede llegar a la imposibilidad de echar afuera la enfermedad sin un especial impulso para disipar la bruma mental y dar nuevo comienzo a las actividades de las células.

Esto es lo que la Panacea Espiritual ejecuta. Así como la invasión de vida de Cristo en ce Gólgota empezó a disipar la cubierta de miedo creada por la ley inexorable que pendía sobre la tierra como un paño mortuorio, así como puso en el sendero de paz y buena voluntad a millones de seres humanos, así también cuando se aplica la Panacea, la vida de Cristo reconcentrada en ella, recorre el cuerpo del paciente infiltrando en cada célula el ritmo que despierta de su letargo al prisionero ego, devolviéndole la vida y la salud. Que Dios nos conceda el capacitarnos pronto para llevar a la humanidad doliente esta elevada dádiva.

La siguiente carta es complementaria:

EL PAN Y EL VINO MISTICOS

CARTA 22 Septiembre de 1912


Si yo les hubiese rogado a los estudiantes que me escribieran sobre cuál era, según su opinión, el punto más importante de la lección del mes anterior, qué cree usted hubieran contestado en la mayoría de los casos?

Yo creo que muchos hubieran manifestado que la relación entre el pan, el vino y la salud, era el punto primordial y tal vez pueda ser que yo fuese culpable de ello, porque, escribí esas palabras en tipo bastardilla.

Pero aunque es de importancia señaladísima que consideremos esta relación entre el pan, el vino y la salud, aplicándola con toda la fuerza que esté a nuestro alcance en nuestras vidas, si obramos asi únicamente por la razón de que fue dado por nuestro Señor, será esencialmente motivo egoísta y no adelantaremos en nuestro camino tanto como si lo hacemos como Él pidió:

"en memoria Suya".

Mire este asunto bajo este prisma, querido amigo y cogerá usted la idea.

Bajo el régimen de Jehová, el egoísmo cristalizó la tierra en una extensión tal que las vibraciones espirituales cesaron casi completamente.

La evolución estaba llegando a un período de estancamiento y la sangre se había impregnado tanto de egoísmo, que la raza corría el peligro de degeneración.

El Cristo Cósmico se manifestó entonces por medio de Jesús para salvarnos. Limpiar de egoísmos la sangre es el Misterio del Gólgota; empezó cuando la sangre de Jesús fue derramada y ha continuado a través de las guerras entre las naciones Cristianas en las que los hombres han luchado por un ideal, y durará hasta que por contraste los horrores de la guerra hayan impreso lo bastante en el género humano la belleza de la Confraternidad.

Cristo entró en la tierra en el Gólgota.

Él está fermentando de nuevo el planeta, haciéndolo responder a las vibraciones espirituales, pero Su sacrificio no se consumó en un momento por el mero hecho de morir y salvarnos por ello como generalmente se cree, sino que Él está aún gimiendo, trabajando y esperando el día de su liberación, para la "manifestación de los hijos de Dios"; y, en verdad, nosotros apresuramos aquel día cada vez que participamos del alimento para nuestros cuerpos superiores simbolizado en el místico pan y vino.

Pero esto tendría mayor eficacia para acelerar nuestra propia liberación y para activar "el día de nuestro Señor", si lo hiciéramos siempre en memoria de Él.

¿Recuerda usted la "Visión del caballero Launfal?

No fue la magnitud de la dádiva lo que se tuvo en cuenta; la moneda de oro que le arrojó al pordiosero tenia más valor material que el mendrugo que le dio más tarde; la moneda la dio por librarse de una presencia aborrecible y el mendrugo lo dió en memoria del Cristo y por Su amor, y he ahí la diferencia.

"Y dijo el caballero Launfal: contemplo en ti, Una imagen de Aquel que murió en la cruz; Tú también has tenido tu corona de espinas, Tú también has recibido los bofetones y desprecios del mundo, Y a tu vida no la ha faltado las heridas de las manos, los pies y del costado; Y Dulce Hijo de María, reconóceme; ¡Mira, por é1 te doy a Ti!”

Cuanto más cultivemos el espíritu de hacer todas las cosas por el amor de Cristo y Su liberación, tanto más fructíferas serán las vidas que llevemos.

En Amoroso Servicio

Centro de Estudios de la Sabiduría Occidental Mexico