¿Cuál es el propósito de reformar nuestro carácter?
El estudio de la Filosofía Rosacruz, además de facilitar la adquisición de un conocimiento profundo y lógico sobre nuestro origen, nuestro estado presente y futuro, de nuestro desarrollo y de todo el Universo, presupone también algo que consideramos de suma importancia: una reforma del carácter.
Si el conocimiento no nos hace despertar la devoción, en ese sentido amplio de reconectarnos con nuestra esencia espiritual (que es Dios), no está logrando su objetivo.
No consideramos el conocimiento como un fin en sí mismo, sino como una fuente que nos proporciona medios valiosos para el crecimiento del alma.
Nuestras acciones demuestran lo que realmente somos.
Podemos convertirnos gradualmente en un inmenso depósito de Enseñanzas Rosacruces, e incluso podemos exponerlas públicamente de una manera brillante, pero si no buscamos vivirlas en esencia, sintiendo las verdades que contienen, seremos enciclopedias intelectuales en el mejor de los casos.
El esfuerzo sincero por la transformación interior determina nuestro uso de las Enseñanzas Rosacruces.
Estos solo son valiosos cuando sirven a la perfección de nuestro carácter, despertando en nosotros sentimientos, deseos y emociones de Amor Crístico, altruismo, comprensión, sacrificio, disciplina, deber, en fin, solo de deseos, sentimientos y emociones producidos a partir de materiales de las tres regiones superiores del Mundo del Deseo.
Por regla general, la mayoría de nosotros abandonamos este plano terrenal casi con el mismo carácter con el que llegamos.
Se observan ligeros cambios, porque la Ley de la Consecuencia, a través del látigo del dolor y el sufrimiento, demuestra plenamente que "la paga del pecado es la muerte" (Rom 6:13).
Desafortunadamente, las experiencias dolorosas son el medio estándar de mejora moral para casi todos nosotros, los seres humanos.
Este proceso regenerativo es lento, porque no es el resultado de una voluntad consciente propia.
Pocos son entre nosotros los que, reconociendo nuestros propios errores y defectos, están valientemente dispuestos a transmutarlos en virtud.
Estos pocos siempre han sido las vanguardias de la Ola de Vida humana. ¡Que siempre busquemos ser uno de ellos!
No se puede repetir lo suficiente que la evolución es el resultado de un esfuerzo persistente.
Tal esfuerzo debe ser consciente e inconmensurable, porque la batalla más disputada que podemos librar es contra nuestra propia naturaleza inferior.
San Pablo reconoció perfectamente la naturaleza de esta lucha contra nuestros enemigos internos cuando dijo:
"Porque lo que hago no es el bien que quiero, sino el mal que no haré, el cual sigo haciendo" (Rm 7:19).
La transformación interna exige buena voluntad y la aplicación del conocimiento.
Max Heindel siempre insistió en que "la única salvación es el conocimiento aplicado".
La reforma del carácter es conocimiento aplicado. ¡Siempre es bueno recordar que el carácter es destino!
Podemos y debemos modificar nuestro carácter, mejorándolo.
Tendremos éxito en esta tarea si tratamos inteligente y diligentemente de descubrir dónde están nuestras faltas y cómo podemos remediarlas gradualmente, siguiendo los mensajes, intuiciones, determinaciones de nuestro mas Elevado YO.
Tratemos de evaluar y determinar el alcance de nuestros defectos a fin de encontrar los medios de cultivar las virtudes diametralmente opuestas.
Podemos engendrar un destino mejor si nos proponemos cambiar nuestro carácter.
Los medios están a nuestro alcance, y si no los utilizamos, es porque nos vence la inercia y la autocomplacencia.
Renovémonos, "convirtiéndonos día a día en mejores hombres y mujeres, para ser utilizados como colaboradores conscientes en la obra benéfica de los Hermanos Mayores, al servicio de la Humanidad".
¡No hay la menor duda de que la reforma del carácter requiere un esfuerzo racional!
En Amoroso Servicio
Centro de Estudios de la Sabiduria Occidental Mexico