Apreciaciones sobre la Navidad

El Nacimiento de Jesús , hijo de José y María, Iniciados de la Orden de los Esenios , fue un acontecimiento constante en un plan de las Jerarquías Divinas, para que se cumpliera la salvación de la humanidad.

Había llegado el momento de renovar las almas de los seres humanos y la vibración de la Tierra.

La Evolución de la humanidad, dentro de las líneas actuales de desarrollo, se habría frustrado sin esta providencia superior.

Este evento resultó en la crucifixión dramática de un Dios en el Cuerpo de Jesús . La iluminación de la Tierra comenzó junto con sus habitantes.

Esto aseguró, entonces, el impulso espiritual y vital para los seres humanos y para todos los seres que habitan este Planeta.

En María y José encontramos manifiesto el amor procedente del Espíritu Universal , de cuya raíz debe surgir el nuevo aspecto humano, una nueva identidad divina en el ser humano que puede trascender los límites puramente materiales.

Para aquellos que entendieron el significado espiritual de la Era de Cristo , la autodisciplina espiritual (la necesidad de autosacrificio) surgió como un medio para el crecimiento del alma.

Para ellos, la Navidad es un acontecimiento interior, y sintiendo cada año la repetición de la Presencia Divina, se vuelven como Reyes Magos, guiados por la Estrella.

Seis días antes y hasta seis días después de la culminación del Sol en Capricornio “nacen” aquellos que se han santificado y preparado para el viaje trascendental hacia los planos internos.

El "hombre natural", como decía el evangelista, se convierte en "hombre espiritual".

El Espíritu de Cristo nace en él .

En Navidad, los "hombres de buena voluntad" perciben el influjo irresistible de los planos superiores. Rituales, cánticos, celebraciones, coinciden con la solemnidad del momento y los más armonizados sienten la presencia de Seres Superiores. Quien sepa abrir Sésamo verá a Dios presente.

Terminamos con un extracto de un mensaje de Max Heindel:

“Podemos progresar gradualmente cada día, siempre podemos hacer algo, podemos dejar que nuestra luz brille de alguna manera.

Que Dios nos ayude a obtener en el nuevo año una mayor imitación de Cristo de la que jamás hayamos logrado. Cada vez que nos entregamos al servicio de los demás, aumentamos el brillo de nuestro Cuerpo del Alma.

Nuestra Tierra actualmente recibe la influencia del Cristo , y si queremos trabajar por Su liberación, debemos desarrollarnos, al punto de levitarla (la Tierra) en el espacio. De esta manera podemos tomar Su carga y superar el dolor de la existencia física”.

En Amoroso Servicio

Centro de Estudios de la Sabiduria Occidental Mexico