NUESTRO TRABAJO EN EL MUNDO

CENTRO DE ESTUDIOS DE LA SABIDURIA OCCIDENTAL MEXICO

NUESTRO TRABAJO EN EL MUNDO


Recientemente nos hemos dado cuenta de que la obra de la Fraternidad Rosacruz no es nuestra obra particular; es la obra de los Hermanos Mayores y de cada uno de los miembros de la Fraternidad.


El cumplimiento de esta labor ofrece una magnifica oportunidad para el crecimiento del alma, y no tenemos derecho a sacar nosotros solos todo el fruto de ella, como no lo tendríamos para privar a los miembros del alimento material; debemos por el contrario ofrecer la oportunidad a todos, para que puedan cooperar a la obra ya física, mental o financieramente, según el tiempo, el talento y la aptitud de cada uno.


También hemos comprendido, y seriamos servidores inútiles de los Hermanos Mayores, porque la carga es más pesada que lo que podemos soportar, y para prosperar la Gran Tarea requiere muchos operarios.


Por este motivo haré en esta lección un relato de la historia de la obra realizada hasta la fecha, de modo que los estudiantes puedan apercibir la tarea futura, a hablar a menudo de mi propia persona y espero que los estudiantes me lo perdonarán, porque, a pesar de molestarme mucho a mi mismo, la introducción del elemento personal, en el caso presente, resulta inevitable.


En nuestra literatura hemos sentado como enseñanza axiomática que cada objeto en el Universo visible es la materialización en forma definida de un pensamiento invisible y preexistente.


Fultón construyó un buque de vapor y Bell un teléfono en pensamiento antes de que estas dos cosas se manufacturasen en madera y metal. Igualmente un autor proyecta un libro en su mente antes de escribirlo.


Una Orden de Misterios también tiene que idear su filosofía espiritual para que se adapte a las necesidades de los pueblos a los cuales puede requerir siglos.


Los trabajos de los investigadores científicos se llevan a cabo en la reclusión de sus laboratorios, y las conclusiones de sus tentativas que han de fomentar el progreso intelectual de la raza, se substraen a las masas hasta que su definitiva comprobación se haya hecho por los hombres científicos.


Del mismo modo se produce con las enseñanzas espirituales, las cuales, destinadas al fomento del desarrollo del alma entre cierta clase de gente, son substraídas al gran público hasta que su eficacia haya sido demostrada en el caso de algunos cuantos.


Como las invenciones, teorías o proyectos salen en cierto momento del estado experimental y son rechazados si no sirven para las aplicaciones generales, así una enseñanza espiritual tiene también que llegar a cierto punto de perfección para que pueda ser entregada al servicio general de la humanidad, o de lo contrario se esfumaría.


Esto es lo que ha pasado con las enseñanzas de la Sabiduría Occidental formulada por la Orden Rosacruz para que se mezclen y se confundan con la mentalidad ultra-intelectual de Europa y América.


Nuestro venerado Fundador y los doce Hermanos Mayores que él seleccionó para ayudarle en la obra hace varios siglos, hicieron al principio probablemente un estudio retrospectivo del rumbo del pensamiento humano durante nuestra era, y quizá durante miles de años anteriores, y de este modo fueron capaces de formar un concepto bastante exacto de la dirección que tomarían probablemente las mentes de las generaciones futuras, y de determinar por consecuencia sus necesidades espirituales.


Sin querer profundizar su método, tenemos que declarar que sus conclusiones fueron exactas cuando afirmaron que el "orgullo intelectual, la intolerancia y la impaciencia contra las restricciones", serian los principales pecados de nuestra época; y ellos formularon su filosofía de tal manera que satisficiera al corazón, y al mismo tiempo apelase al intelecto y enseñase al hombre el modo de escapar a la sujeción por el dominio sobre sí mismo.


Los millares de cartas de aprobación que hemos recibido de gentes del mundo entero, y de todas las esferas sociales, atestiguan cuan grande es el hambre del alma y la satisfacción que estas enseñanzas procuran a todo el mundo.


Pero dentro de cincuenta o cien o doscientos años, cuando los descubrimientos científicos del porvenir hayan confirmado muchos detalles mencionados en el "Concepto Rosacruz del Cosmos", y cuando las inteligencias se hayan ensanchado, las enseñanzas Rosacruces darán satisfacción aún al alma de millones de espíritus iluminados.


Por consiguiente el lector comprenderá que los Hermanos Mayores tienen que tomar grandes precauciones para confiar a alguien tan importante mensaje, y especialmente por la razón de que semejante enseñanza puede ser dada a la publicidad solamente en determinadas épocas.


Al igual que la simiente de las plantas es echada en la tierra al principio del ciclo anual, así también una simiente filosófica como la enseñanza de los Rosacruces debe ser plantada y el libro publicado en la primera década del siglo, la cual inicia un nuevo ciclo, porque sino se perdería la oportunidad hasta el ciclo próximo.


Un mensaje que había sido seleccionado resultó ser fiel a las enseñanzas en el año 1905: Entonces los Hermanos se dirigieron a mi y me confiaron las enseñanzas después de hacerme pasar por cierta prueba en 1908.


El "Concepto Rosacruz del Cosmos" fue publicado en noviembre de 1909, algo más de un año antes del final de la primera década. Unos amigos editaron el manuscrito original, pero yo tuve forzosamente que revisarlo antes de entregarlo al impresor.


Después de la prueba de la imprenta, la corregí y la devolví; la leí otra vez después de la rectificación de las erratas, debiendo releer de nuevo el texto una vez distribuido en páginas, dar instrucciones a los grabadores respecto a la ejecución de las planchas y al impresor sobre el modo de colocarlas en el libro, etc.


Me levantaba a las seis y trabaja hasta la una, las dos o las tres de la madrugada, durante semanas enteras, con el ruido ensordecedor de Chicago alrededor de mi, y llegando algunas veces hasta el limite de mi resistencia nerviosa. Pero no desfallecía y añadí muchos detalles nuevos al libro.


Si los Hermanos no me hubiesen ayudado, yo habría sucumbido. Era, no obstante, la labor de ellos y ellos me llevaron hasta el final. Todo lo que se me pedía a mi era el trabajar hasta el limite de mi resistencia y aptitud y dejar todo lo demás en manos de ellos; pero quedé casi agotado cuando el esfuerzo hubo terminado.


Ahora el lector comprenderá quizá mi situación respecto al "Concepto Rosacruz del Cosmos". Yo admiro sus hermosas enseñanzas más que nadie, y lo puedo hacer sin violar mi propia modestia porque el libro no es mío, sino que pertenece a la humanidad.


Hasta me parece que yo no lo he escrito, tan completamente impersonal es mi manera de sentir en este punto.


Mi misión es únicamente la de cuidar que su publicación sea adecuada, y el derecho de propiedad es simplemente para protegerlo contra posibles mutilaciones o falsificaciones pero en cuanto sea posible encontrar una Junta de toda confianza, la Fraternidad Rosacruz será incorporada en forma de sociedad, y todos mis derechos de autor serán conferidos a la misma con todo lo demás que me pertenece, porque fue una parte del pacto con los Hermanos la que todo el beneficio liquido de la obra debía ser puesto para una mayor difusión de la filosofía, condición a la cual yo asentí con gusto, porque no anhelo dinero con excepción de aquel que se necesita para fomentar la empresa, y mi esposa piensa lo mismo.


La obra bendita es la mayor recompensa para nosotros, más apreciada que cualquier premio material.


Entre todas las cosas absurdas que se han publicado sobre la Orden Rosacruz hay una gran verdad -la de que trata de curar a los enfermos-.


Otras órdenes religiosas de tiempos pasados han tratado de avanzar espiritualmente castigando el cuerpo y abusando de él, pero los Rosacruces solicitan los cuidados más delicados para este instrumento.


Para sus actividades curativas hay dos razones.


Al igual que todos los sinceros imitadores de Cristo ellos están anhelando por "el día del Señor".


Saben que los abusos sexuales impulsados por los espíritus de Lucifer han causado y son responsables de las enfermedades y las debilidades, y que un cuerpo sano es indispensable para la libre expresión de una mente sana.


Por este motivo han tratado siempre de curar los males del cuerpo, para que este pueda dar expresión a una mente sana, y a un amor puro en vez de pervertirlo, porque la concepción efectuada bajo tales condiciones acelera la venida del Reino de Cristo, al producir cuerpos de una textura cada vez más fina, para reemplazar a "la carne y a la sangre (las cuales) no pueden heredar el reino", porque son impropias bajo el punto de vista fisiológico.


Cristo dio dos mandamientos a sus mensajeros: "Predicar el evangelio" (de la edad venidera) y "Curar a los enfermos".


El uno es tan obligatorio como el otro y, por las razones indicadas antes, igualmente necesarios.


Con el fin de cumplir el segundo mandamiento los Hermanos Mayores han concebido un sistema de curar que combina los mejores factores de varias escuelas actuales con un método de diagnóstico y tratamiento tan seguro como sencillo, y de este modo se ha dado un gran paso para elevar el arte de curar del terreno experimental en que se encuentra a un punto de ciencia exacta.


En la noche del 9 de abril de 1910, en ocasión en que la Luna se hallaba en Aries, mi Maestro apareció en mi habitación y me dijo que una nueva década (ciclo) había empezado aquella noche.


La noche anterior había terminado mi trabajo en el Centro de la Fraternidad que se acababa de formar en Los Ángeles.


Yo había venido viajando y dando conferencias durante seis noches de la semana, y además durante algunas tardes.


Desde mi trabajo de publicación del libro en Chicago había estado enfermo y me retiré de los trabajos en público para recuperar la salud.


Yo sabia que era muy peligroso abandonar el cuerpo conscientemente estando enfermo, porque el éter es entonces excesivamente tenue y el cordón plateado se rompe fácilmente.


Bajo estas condiciones la muerte provocaría el mismo sufrimiento que el del suicidio, y por esta razón se advierte al Auxiliar Invisible que debe quedarse siempre en su cuerpo cuando sufre algún mal.


Pero ante la solicitud de mi Maestro me dispuse para dar el vuelo del alma hasta el Templo, y un guarda se quedó. para cuidar de mi cuerpo enfermo.


Conforme indicamos previamente en nuestra literatura, hay nueve grados en los Misterios Menores de cualquier escuela, y la Orden Rosacruz no es ninguna excepción de esta regla.


El primero corresponde al Periodo de Saturno, y los ejercicios correspondientes se hacen el día de Saturno o sábado a medianoche.


El segundo grado corresponde al Periodo Solar y su rito particular se celebra todos los domingos.


El tercer grado corresponde al Periodo Lunar y se celebra el lunes a medianoche y así sucesivamente con el resto de los primeros siete grados: cada uno corresponde a un periodo y su rito se celebra el día apropiado.


El octavo grado se celebra en el momento de la Luna nueva y llena, y el noveno en los solsticios de verano e invierno.


Cuando un discípulo asciende a hermano lego o hermana lega, es introducido en el rito celebrado la noche del sábado. La próxima iniciación le autoriza a asistir a los servicios de medianoche del domingo, y así sucesivamente.


Es de notar, sin embargo, que mientras todos los hermanos legos y hermanas legas tienen libre acceso, en sus cuerpos espirituales, al templo durante todos los días, están excluidos de los servicios de medianoche de aquellos grados a los cuales aún no pertenecen.


No es tampoco un guarda visible que está colocado a la entrada pidiendo la palabra de consigna a los que desean entrar, sino que hay una muralla alrededor del Templo, invisible, pero impenetrable a todos aquellos que no han recibido el “ábrete sésamo”.


Cada noche esta muralla es de distinta constitución, de modo que si un alumno, por error o por descuido, tratara de entrar en el Templo cuando los ejercicios que se celebran sean superiores a su grado, muy pronto se dará cuenta de que es muy posible dar con la cabeza contra una muralla espiritual, y que semejante sensación no es de ningún modo agradable.


Como queda dicho, el octavó grado celebra sus reuniones en el momento de la Luna nueva de la llena, y todos los que no han llegado a él, quedan excluidos de aquel servicio de medianoche; el que esto escribe entre ellos, porque estos grados no son cosas banales que se pueden obtener mediante pago de algunas monedas menudas, sino que requieren un desarrollo espiritual mucho mayor que el de mi estado actual, y al cual no llegaré hasta después de varias otras existencias, aunque no carezca ni de la voluntad ni de la aspiración de llegar hasta allí ahora.


Por consiguiente, el lector comprenderá que en la noche de la Luna nueva en Aries de 1910, cuando el Maestro vino a buscarme, no era para llevarme a aquella sublime asamblea del octavo grado, sino a otra reunión de distinta naturaleza.


Además, como quiera que esta reunión se celebró durante la noche y que nos hallábamos en California, por ser la hora distinta en Europa, los ejercicios de la Luna nueva habían sido celebrados en Alemania varias horas antes, de manera que cuando llegamos al Templo mi Maestro y yo, el Sol estaba ya muy alto en los cielos.


Cuando entramos en el Templo, algún tiempo fue empleado en una entrevista solo con mi Instructor, y en ella él esbozó la tarea de la Fraternidad, tal como los Hermanos querían que se llevase a cabo.


La característica principal de la acción era la de rehuir hasta donde fuera posible de toda organización o al menos hacerla lo más abierta que se pudiera, porque, según afirmó mi interlocutor, por buenas que sean las intenciones al principio, en cuanto se crea posición y poder que puedan halagar la vanidad del hombre, la tentación se hace muy atractiva para la mayoría, y a medida que se atenta a la libre voluntad de los miembros, el objeto de la Orden Rosacruz de fomentar la individualidad y la confianza de cada uno en sí mismo, quedará anulado.


Las leyes y reglamentos implican limitaciones y por esta razón debería haber los menos posible. El Maestro aun pensaba que seria posible el quedar por completo libre de toda reglamentación.


En consideración a este principio es por lo que yo he hecho imprimir como membrete en nuestro papel de cartas "Una Asociación Internacional de Místicos Cristianos"; porque hay una gran diferencia entre una asociación que es enteramente voluntaria y una organización que liga a sus miembros con juramentos y alianzas, etc.


Aquellos que han tomado sobre sí la Obligación de Probacionistas en la Fraternidad Rosacruz saben que esta Obligación es una promesa hecha a ellos mismos y no a la Orden Rosacruz. El mismo escrupuloso cuidado por el mantenimiento de la más completa libertad individual se evidencia en todas partes de la Escuela de Misterios Occidental.


Nosotros no tenemos "Amos"; nuestros guías son nuestros amigos y nuestros Maestros, y nunca bajo ningún concepto, exigen la obediencia a ninguno de sus mandatos, ni nunca exigen de nosotros que hagamos esto o lo otro.


A lo sumo nos dan consejos, dejándonos luego en libertad para seguirlos o rechazarlos.


Esta táctica de rehuir toda organización ha sido ya adoptada por los centros de estudios en Columbus, Seattle y Los Ángeles, pero desde entonces he ampliado esta línea de conducta, tratando de extender las enseñanzas entre los simpatizantes individualmente, desde un Centro Mundial, más bien que de establecer otros centros en distintas ciudades.


En algunos puntos, grupos de estudiantes han deseado unirse para los estudios y para una mayor elevación espiritual.


A este fin se les ha ayudado lo mejor posible, pero como dejo dicho no he, tratado nunca de formar centros de estudios, sino que he dejado siempre a los estudios en plena libertad para hacer lo que más les conviniese.


La nueva actividad de curar, de la cual hablaré ahora, exigía una residencia general permanente.


Como vivimos en un mundo concreto bajo condiciones materiales, parece necesario que la Residencia General esté incorporada bajo las leyes del país en el cual vivimos, de modo que aquello que pertenece a la Empresa, pueda estar dispuesto para el uso de la humanidad cuando los directores actuales hayan desaparecido de este plano.


En este aspecto no podemos evitar condiciones severas y fijas de organización en la Residencia General, pero la Asociación en general debe quedar libre, para poder obtener el mayor crecimiento espiritual y la más larga vida.


Es triste, sin embargo, darse cuenta de que a pesar de nuestras buenas intenciones ha de venir el día en que la Fraternidad Rosacruz tendrá que seguir el camino de todos los demás movimientos semejantes; instituirá leyes, y la usurpación del poder causará su cristalización y desintegración.


Pero tenemos el consuelo de que entonces nacerá de sus ruinas algo más grande y mejor, como ha nacido igualmente de otras estructuras que habían servido ya a sus fines y que están actualmente en camino de disolución.


Después de la discusión mencionada anteriormente entramos en el Templo, donde los doce Hermanos estaban presentes. Estaba arreglado de modo distinto de lo que yo había visto previamente; pero por falta de espacio no puedo dar más detalles.


Mencionaré tan solo tres esferas, suspendidas unas encima de las otras en el centro del Templo; estando la esfera del medio a media distancia entre el suelo y el techo, y también era mucho más grande que las otras dos que estaban suspendidas una encima y la otra debajo.


Los distintos modos de visión superiores al plano físico: la visión etérea, o de Rayos X, visión de color, que nos abre el Mundo del Deseo, y la visión de tonos, que nos descubre la Región del Pensamiento Concreto, como está explicado muy detalladamente en "Los Misterios Rosacruces".


Mi desarrollo de esta última fase de visión espiritual había sido muy indiferente hasta el momento mencionado, porque es un hecho que, cuanto más robusta es nuestra salud, tanto más estamos compenetrados con el mundo físico, y tanto menos capacitados somos para ponernos en contacto con las esferas espirituales.


Aquellas personas que pueden decir: "No he estado enfermo ni un solo día de mi vida", al mismo tiempo revelan el hecho de que están perfectamente a tono con el mundo físico y totalmente incapaces de entrar en contacto con las regiones espirituales.


Esto había sido casi mí caso hasta el año 1905, a pesar de haber yo sufrido horribles dolores toda mi vida, como consecuencia de una operación quirúrgica en la pierna izquierda durante mi niñez.


La herida no quería curarse nunca, y sólo se cerró cuando dejé de comer carne, y entonces desapareció también el dolor.


Pero mi resistencia durante todos aquellos años era tal, que nunca se me conocía la menor expresión de dolor en la cara, y fuera de esto, gozaba yo de perfecta salud.


Era, sin embargo, extraño que cada vez que perdía algo de sangre como consecuencia de haberme cortado, la sangre no se coagulaba y perdía siempre una gran cantidad.


Pero después de dos años de una dieta limpia, la pérdida casual de una uña entera una mañana, no me hizo perder más que unas cuantas gotas de sangre Y pude escribir en mi máquina la misma tarde, no habiéndose formado ni un átomo de pus durante el crecimiento de la uña nueva.


Sin embargo, la construcción de la parte espiritual de la naturaleza trajo desarmonía para el cuerpo físico, el cual se hizo más sensitivo a las condiciones externas y el resultado fue mi agotamiento.


Este era tanto más completo cuanto que la resistencia al mal antes mencionada, que me sostenía en pie durante meses, después ya no la tenía, lo cual produjo el resultado final de que llegué hasta dos pasos de la puerta de la muerte.


Como quiera que la muerte es la disolución del lazo que une al cuerpo físico con los espirituales, aquellos que están cercanos a aquélla se aproximan al estado existente cuando la ruptura está manifestándose.


Goethe, el gran poeta alemán, recibió la primera iniciación en ocasión de hallarse postrado en cama y casi muriéndose.


Yo no había progresado tanto, pero mis estudios, aspiraciones y un ejercicio practicado durante mucho tiempo que yo pensé había ideado pero que ahora conozco que venia conmigo desde otra vida anterior, todo esto combinado me permitió durante mi primera enfermedad salir de mi cuerpo por un rato para volver después.


Yo no sabía cómo lo hacía, pues no era capaz de hacerlo a voluntad aún. Un año después lo volví a hacer otra vez como consecuencia de un accidente. Todo esto, por supuesto, no viene al caso.


El punto que yo deseo hacer patente es el de que es necesario la alteración de nuestra salud física antes de que nos sea posible el mantener el equilibrio en el mundo espiritual, y cuanto más fuerte y vigoroso el instrumento, tanto más enérgico debe ser el método para vencer su resistencia.


Después vienen años de una condición flotante e irregular de salud, hasta que, finalmente, estamos en condiciones de poder arreglarnos para mantener la salud en el mundo físico, mientras que podemos al mismo tiempo funcionar en las regiones superiores.


Así me ha sucedido a mi; un trabajo abrumador, físico y mental, hasta el día presente, ha puesto a mí cuerpo físico en una condición poco agradable.


Los amigos me han prevenido y yo he tratado de hacerles caso; pero era preciso hacer el trabajo y hasta la llegada de alguna ayuda, me veo obligado a continuar en mí puesto sin consideraciones para mi salud, y mi esposa esta de acuerdo conmigo en esto como en todo lo demás.


De esta condición precaria se ha desprendido, sin embargo, una creciente habilidad para funcionar en el mundo espiritual.


Mientras que, como queda dicho, en el momento de la experiencia relatada, la visión de tonos y la capacidad de funcionar en la Región del Pensamiento Concreto eran indiferentes y limitadas a su más baja subdivisión, una pequeña ayuda de los Hermanos aquella noche me puso en condiciones de ponerme en contacto con la cuarta división, dónde se hallan los arquetipos, y de recibir allí la enseñanza y comprensión de aquello que es considerado como el más elevado ideal y la más alta misión de la Fraternidad Rosacruz.


Vi nuestra Sede principal y una larga cola de personas viniendo de todas las partes del mundo para recibir la enseñanza. De allí las vi salir luego para llevar el bálsamo a los afligidos de cerca y de lejos.


Mientras que aquí en este mundo es necesario investigar con el fin de descubrir lo que sea,

allí la voz de cada arquetipo nos trae consigo, cuanto toca nuestra conciencia espiritual,. un conocimiento de lo que aquel arquetipo representa.


Así llegó a mi aquella noche una comprensión que está muy por encima del poder de mis palabras, porque el mundo en el cual vivimos está basado en el principio del tiempo, pero en la alta región de los arquetipos no nos dicen sus pensamientos como yo los cuento ahora, sino que allí nace en nosotros en un instante el concepto de toda la idea, de un modo mucho más luminoso que lo permite la expresión de las palabras.


Desde entonces nunca me había atrevido a detallarlo, pero ahora trataré de hacer de aquella experiencia una descripción en el capítulo siguiente.


Del libro "Enseñanzas de un Iniciado", de Max Heindel


En Amoroso Servicio


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