La dura revelación: lo que se tiene que decir
Mucha gente se queja a menudo de que la espiritualización “requiere mucho trabajo y mucha preocupación”.
¡Y tienen razón! El error radica en que ven este trabajo como un obstáculo para lograr lo que se propone, y no como un medio para despertar el propio potencial, latente en cada uno de nosotros.
Nada se consigue sin trabajo y sin el propio esfuerzo.
Es necesario, sobre todo al principio, cuando estamos dando nuestros primeros pasos en el Camino de Preparación e Iniciación Rosacruz , hacer un cierto esfuerzo para aprender a progresar, esfuerzo que implica mucha renuncia a los defectos e imperfecciones.
Y es extraordinario notar cómo pensamos, al principio, que sólo tenemos tal o cual defecto, que si corregimos ciertas tendencias, ya estaremos realizados en buena medida; y es también extraordinario darnos cuenta, cuando llegamos a cierta etapa de este Camino, habiendo recorrido ya un largo trecho de nuestra peregrinación, que todos aquellos defectos ya corregidos y otros, y otros más con los que no contábamos y que iban apareciendo en nuestra obra, no eran más que un mero comienzo de corrección, que nuestra obra requiere una reforma completa.
Que al principio estábamos completamente equivocados; que pensamos mal; nos sentimos mal; vivimos mal; servimos mal; que todo lo que nos parecía correcto de repente se nos presenta con la sorprendente necesidad de una reforma total y lo que todavía existe en nosotros, como resto de las imperfecciones de todo ese trabajo, también debe ser transmutado en algo mejor.
En este momento, mirando hacia adelante, podemos encontrarnos debilitándonos, desesperados ante una revelación interna tan abrumadora.
Pero esto no sucederá si ya tenemos la vía de escape de aquellas reformas iniciales realizadas con anterioridad.
Desde allí, se puede observar, una vez más, la inmensa bondad y Sabiduría de Dios, y cómo se lleva a cabo Su maravillosa obra de equilibrio y asistencia en el mejoramiento de la Humanidad .
Él nos va mostrando poco a poco nuestros defectos, y sólo cuando tenemos una cierta cantidad de logros que nos pueden sostener ante una revelación más profunda, sólo entonces nos permite enfrentarnos a la verdad de nuestra propia insignificancia, para que, maduros en cierto sentido, podamos continuar en la parte más dura de la subida, que será, o al menos debería ser, el conocimiento total, completo, amplio de nosotros mismos, a través de un perfecto despertar de la propia conciencia.
Y es en este momento, cuando se nos muestra lo que fue nuestro pasado y lo que debe ser nuestro presente, que entendemos, no sólo la necesidad de ser modestos, sino también de dejarnos integrar en el sentimiento de humildad, no pensando en ser humildes, sino alcanzando ese estado de humildad dentro de nosotros mismos.
Y entonces el mundo comienza a tomar una nueva apariencia, ciertas cosas que valorábamos cambian su apariencia ante nuestros ojos.
Otras cosas que antes nos irritaban comienzan a presentarse bajo una nueva luz, y entonces podemos sentir lo que es el Amor CRISTICO, que es ese sentimiento inmenso que debe ser realizado, despertando nuestra propia divinidad.
Llegamos así a nuestra propia inteligencia y a nuestro propio corazón en la eternidad de las cosas, aunque este estado pueda ser, en nuestro primer encuentro con la verdad, sólo un atisbo, para reaparecer con el tiempo en momentos dispersos, que se van acercando cada vez más, hasta convertirse en un solo bloque de nuestra realización interna.
Es por esto que, cuando alguien desiste al iniciar la Escuela de Preparación para la Iniciación Rosacruz, la Fraternidad Rosacruz, es porque no tiene aún la fuerza necesaria para poder enfrentar, más adelante, la dura revelación de su propia nada; ni podrá comprender la necesidad real de convertirse en una criatura nueva, completa y radicalmente modificada.
La astucia de la personalidad sugiere buscar otro camino, que no este lleno de dificultades, que busque el reconocimiento personal, el que la fraternidad se viva en camaradería con los miembros, el idealizar una paz Profunda, con un estado de tranquilidad donde no haya sacrificio, deberes, responsabilidades acciones de servicio, pensamientos amorosos por los mas afligidos y necesitados asi como los enfermos, en si la manifestación de la enaltecida y exaltada personalidad.
A lo largo de los años vemos como algunos que han tomado el Probacionismo, solamente lo han visto como un grado mas de ser superiores a otros Estudiantes que van por el Sendero, que perciben las dificultades y dicen todos cometemos errores, no somos perfectos, y que al fin fue curiosidad, atracción, pero poco a poco van dejando el camino, no perciben las grandes necesidades de promulgar la Gran Obra, buscando para quien así lo requiera ser un ejemplo y mostrarle la correcta ruta en su camino de preparación.
Así pues se pierde así la oportunidad de reconocer en esa obra que tanto le asustaba una empresa maravillosa, la única empresa verdaderamente digna de ser emprendida, y para la cual todos vinimos a este mundo: desarrollar nuestras potencias espirituales latentes, como nos enseñó nuestro único Maestro El Cristo en su primera venida.
Por eso, todos los que participamos y que tenemos la felicidad de participar en esta gran obra, que nos fue legada a todos por los Hermanos Mayores de la Orden Rosacruz a través de Max Heindel, no podemos más que felicitar a estos Seres elevados que nos guían, pidiendo a Dios que podamos cada día ennoblecer más y más la Fraternidad Rosacruz, con nuestros buenos ejemplos en la vida diaria y con nuestro trabajo, tanto individual como colectivo, al servicio de toda la Humanidad, siendo siempre humildes y fieles servidores.
En Amoroso Servicio
Centro de Estudios de la Sabiduría Occidental Mexico.