EL LIBRE ALBELDRIO


CENTRO DE ESTUDIOS

DE LA SABIDURIA OCCIDENTAL MEXICO

Nuestra mayor capacidad para lograr cualquier cosa es a través del libre albedrío

Libre albedrío y determinismo: ¿en qué proporciones entra cada uno de estos elementos en el destino del ser humano?

La definición más simple la dan las religiones que admiten que Dios creó un alma virginal en cada nacimiento; desde el momento de su creación, esta alma es libre de elegir entre el bien y el mal; esta elección determina la vida del alma por toda la eternidad.

El razonador descubre inmediatamente que los seres humanos no son iguales desde el nacimiento; el entorno en el que nació la niña influye profundamente en su destino.

Como resultado, no todos los niños parten del mismo punto; la riqueza de los padres, el entorno en el que creció ese niño y otras consideraciones todavía hacen que el entorno tenga una influencia considerable; la lucha por la vida no es igual para todos; algunos parecen favorecidos y otros parecen sacrificados.

Estimamos que existe una causa para tal diferencia, dado que la ciencia materialista admite que esto está ligado a la evolución de la vida en la forma, que es un efecto biológico aleatorio.

El principio de causa y efecto indica que la suerte no es más que un nombre dado a una ley poco conocida en la humanidad y de diferente forma tratada en Oriente.

La Ley de Causa y Efecto es absoluta; se aplica a todo, ya sea para un mejor o peor porvenir.

Es necesario reflexionar con frecuencia, meditarlo mucho tiempo y admitirlo plenamente.

Nada escapa a esta Ley. Aplicando el principio de dicha Ley, consideramos el nacimiento como un Efecto; llegamos a la conclusión de que debe haber una Causa preexistente y que el azar, inexistente por sí mismo, no se puede tomar en cuenta.

Sin embargo, la cadena de causa y efecto no es una repetición monótona.

Siempre hay una afluencia continua de causas nuevas y originales.

Esta es la columna vertebral de la evolución, la única realidad que le da sentido y la convierte en algo más que la simple expansión de cualidades latentes.

Este importante factor es el único que puede explicar satisfactoriamente el sistema al que pertenecemos.

Con la prerrogativa divina del libre albedrío, tenemos el poder de la iniciativa, por lo que podemos adoptar un nuevo curso de acción en cualquier momento que queramos.

Recordemos que, por más degradado que esté un ser humano, siempre tiene el poder de sembrar bondad, pero debe esperar hasta que esta semilla pueda florecer en un ambiente favorable.

Cada uno de nosotros, aunque sujeto a los días pasados, es libre con respecto al mañana.

Hay una importante Parábola en la Biblia que nos da nuestro Amado Maestro "EL CRISTO" que nos ayuda a comprender y aplicar mejor este concepto:

"Porque será como un hombre que, viajando al extranjero, llamó a sus propios siervos y les dio sus bienes.

A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y a otro uno, a cada uno según su capacidad.

Inmediatamente, el que había recibido cinco talentos se puso a trabajar con ellos y ganó otros cinco.

De la misma manera, el que recibió dos ganó otros dos. Pero el que había recibido solo uno lo tomó y fue a cavar un hoyo en la tierra. Y enterró el dinero de su amo.

Después de mucho tiempo, el amo de esos sirvientes regresó y comenzó a ajustar cuentas con ellos.

Cuando llegó el que había recibido cinco talentos, le dio otros cinco, diciendo:

'Señor, me has confiado cinco talentos.

Aquí hay otros cinco que gané '.

El amo le dijo: '¡Bien hecho, buen siervo

y fiel! De lo poco que fuiste fiel,

de lo mucho que te pondré.

¡Ven y regocíjate con tu señor!

“Llegaron también los dos talentos,

dije: 'Señor, me entregaste dos talentos.

Aquí hay otros dos talentos que gané '.

El amo le dijo: '¡Bien hecho, buen siervo y fiel!

De lo poco que fuiste fiel,

de lo mucho que te pondré.

¡Ven y regocíjate con tu señor!

Finalmente, llegando al que había recibido un talento, dijo:

'Señor, sabía que eres un hombre severo,

que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste'.

Entonces, asustado,

fui a enterrar tu talento en la tierra.

Aquí está lo que es tuyo.

A esto el señor respondió:

'Tú siervo malo y perezoso,

¿sabías que cosecho donde no sembré

y que recojo donde no esparcí?

Bueno, entonces debiste haber depositado mi dinero en los banqueros,

y cuando regrese recibiría lo que es mío con intereses.

Quita el talento que tiene y dáselo al que tiene diez,

porque a todo el que tiene, se le dará y tendrá en abundancia;

pero al que no tiene, hasta lo que tiene se le quitará.

En cuanto al siervo inútil, échalo a las tinieblas.

¡Allí habrá llanto y crujir de dientes!'”(Mt 25, 14-30).


En amoroso servicio

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