FORJANDO UN FUTURO MEJOR



FRATERNIDAD ROSACRUZ DE MEXICO



CENTRO DE ESTUDIOS DE LA SABIDURIA OCCIDENTAL MEXICO


FORJANDO UN FUTURO MEJOR

Enero-Febrero  de  1992

A medida que iniciamos el año, nos hacemos ciertamente conscientes de que hemos participado en uno de los años más trascendentales de este sigl0.

El siguiente pensamiento que se nos ocurre es el de, ¿Qué traerá este año?

¿Qué cambios nos traerá como naciones, pueblos, individuos y en particular como neófitos despertados a la responsa­bilidad espiritual como hijos de Dios y seguidores de nuestro Señor Jesucristo?

Comencemos nuestra evaluación considerando cómo hemos usado estas preciosas Enseñanzas durante el año pasado. 

¿Hemos tratado justamente a nuestras hermanas y hermanos y hemos sido justos e indulgentes en nuestro juicio y crítica hacia los demás? 

¿Nos hemos esforzado por reformar nuestro mal genio, cultivar el equilibrio y vencer nuestros otros defectos? 

Podemos hablar de Iniciación, podem0S decir a la gente cómo concentrarse, cómo hacer la Retrospección, como desarrollar la Espiritualidad y hablar con gran erudición sobre nuestra bella Filosofía Rosacruz, pero a la vez podemos no vivir sus preceptos. 

Solamente si "vivimos la vida," podremos diseminar nuestras Enseñanzas ya que esta es la mejor propaganda que podemos hacer, lo cual seguramente animará a los demás a tratar de hacer lo mismo y compartir las bendiciones que se reciben cuando nos esforzamos en ser servidores de la humanidad.

En este período de tensión y violencia, 

¿Qué puede ser de más beneficio para el alma buscadora que saber de dónde vinimos, por qué estamos aquí y adónde vamos? 

Saber que tenemos un Dios justo y amante y que nosotros hemos producido las condiciones en las que vivimos tanto individual como colectivamente es una gran ayuda para mejorar nuestro destino. 

Si la humanidad pudiese despertar a la verdad de la herencia del hombre, si pudiese comprender que nuestra existencia tiene el propósito de desarrollar nuestra naturaleza espiritual, en lugar de pensar que nuestras vidas tienen como objeto la incesante búsqueda de riqueza y placer, entonces nos ahorraríamos mucho sufrimiento y dolor. 

Cada persona es un mundo en sí misma, una fuerza viviente que atraerá inevitablemente mejor sa­lud y que tendrá todas sus necesidades satisfechas si trabaja en armonía con las grandes fuerzas del universo, porque cuando aceptarnos la Ley y trabajamos con ella, seremos entonces ampliamente favorecidos.

La lección que el hombre ha olvidado es la de que siendo parte de Dios y hecho a Su imagen, no puede separarse de las obras de Dios. 

A pesar de ser uno con Dios, se ha vuelto rebelde, trabajando en contra de lo que debiera estar ayudando a crear, rebelándose contra las Leyes de Dios y atrayéndose por consiguiente mucho sufrimiento. 

Toda la miseria y las necesidades apremiantes que vemos hoy día son el resultado de esta rebelión. 

Es imposible que cualquier individuo, ya sea insignificante o importante, pueda vivir sin influenciar en algún grado a las vidas de aquellos con los que se pone en contacto. 

Si esa influencia es mala, esa persona está también atrayendo vibraciones enemigas para sí misma que con el tiempo se manifestarán como tristeza, dolor o desgracia. 

Sin embargo, si esta persona es digna, con seguridad atraerá las cosas que valen la pena y que construyen el carácter y aumentan los poderes del Espíritu.

Cada ser humano tiene un lugar especial en esta gran vida de Dios y ha construido el sendero que ahora debe andar. 

Si este sendero está lleno de espinas y los pies están sangrando, debe aprender mediante el dolor a trabajar con la gran ley. 

El deseo de encajar en el molde de otro hombre, el deseo de robar la gloria de otra persona, están conduciendo a muchos por el sendero equivocado y provocándoles incalculables desórdenes mentales y emocionales. 

Finalmente, debemos comprender que no podemos dañar a nadie sin dañarnos nosotros mismos; y no podemos ocasionar infelicidad sin esperar infelicidad. 

Así como la golondrina emigra a un clima más cálido y retoma de nuevo a su antiguo hogar cuando el tiempo se lo permite, así todos los malos pensamientos y actos del hombre vuelven hacia él.

Sin embargo, estos pensamientos no retoman vacíos, ya que si han hecho que algún hombre o mujer más débil reaccione ante su poder, esto hace que los mismos vuelvan cargados; por lo tanto, se genera un "interés" sobre estas deu­das que debe pagarse lo mismo que el "capital". 

En este tiempo de la evolución del hombre, su egoísmo y su codicia (de las cuales ha sido culpable por siglos) le están retomando con interés compuesto agregado, y el sufrimiento, el dolor y la privación son el resultado directo de este inútil método de tomarlo todo sin dar nada. 

Las condiciones por las que estamos pasando representan algunas de las golondrinas retornando a sus viejos nidos.

En la actualidad, muchas naciones y sus ciudadanos están orando muy fervientemente para que la lucha cese y para que haya paz y felicidad en nuestro mundo. 

Somos muy afortunados de saber cuál es la respuesta para obtener la paz en la Tierra y buena voluntad entre todos nosotros. 

Sabemos que si el hombre pudiese vivir en conformidad con las sublimes Enseñanzas del Sermón de la Montaña, las guerras serían innecesarias y no habrían depresiones, recesiones, ni nada semejante. 

Todas nuestras necesidades de alimento, vestido, abrigo, educación, podrían satisfa­cerse plenamente ya que el gran universo de Dios está abundante en todo lo que necesitamos. 

¿Qué es lo que impide que obtengamos nuestra herencia como hijos de un Dios de Amor?  

La respuesta a esta pregunta está en nuestro interior: nosotros que hemos sido creados a imagen de Dios, debemos buscar Su sabiduría, la cual debe ser nuestra meta como seres divinos, aunque el hombre natural (o inferior) puede no sentirla. 

Nunca estaremos en paz hasta haber alcanzado la divinidad y nos hayamos vuelto omniscientes.

Al volvemos sapientísimos seremos hombres y mujeres de noble carácter, bondadosos y considerados con los demás. Nuestro corazón y nuestra mano estarán siempre listos a  compartir con nuestros hermanos y hermanas, sabiendo que "la dádiva sin el dador es vacía y que quién se da a sí mismo con su limosna, alimenta a tres: a sí mismo, a su prójimo hambriento y a Mí". 

Comencemos este año nuevo leyendo la parte del Concepto Rosacruz del Cosmos, donde se relata la historia de Sir Launfal, por James Russell Lowell, que describe al rico joven caballero que después de buscar durante una vida entera al Santo Grial (el poder espiritual), retorna viejo y cansado a su castillo y con nada sino un mendrugo de pan que le había quedado. 

Compartió este mendrugo con el leproso: 

"Su corazón dentro de sí era polvo y ceniza; partió en dos su único mendrugo; 

rompió el hielo en la orilla del riachuelo y dió de comer y de beber al leproso.

"El leproso se transformó al momento y el Cristo estaba allí de pie y glorificado"

La cosa  preciosa que este caballero había buscado toda su vida estaba esperándole ante su propia puerta. 

Hagamos lo mejor que podamos para compartir las bendiciones de esta Enseñanza con todos aquellos que encontremos, siendo los amigos que deseamos ser, hablando la verdad que conocemos, amando lo puro, buscando lo bueno y elevando con toda nuestra fuerza a todas las almas para que vivan en armonía a la luz de una perfecta libertad. 

A medida que trascurre este nuevo año, recordemos siempre que todos nuestro dones han venido de Dios y que cada vez podemos tratar más diligentemente en compartir Su amor (el Cristo Interno) con todos aquellos que encontremos. 

Este puede ser el año más trascendental de nuestras vidas, PORQUE ENTONCES SEREMOS COMO EL

En Amoroso Servicio

Centro de Estudios de la Sabiduria Occidental Mexico.