EL CUERPO ALMA


EL DORADO VESTIDO DE BODAS-EL TRAJE SIN COSTURAS


FRATERNIDAD ROSACRUZ DE MEXICO


CENTRO DE ESTUDIOS DE LA SABIDURIA OCCIDENTAL MEXICO

EL CUERPO-ALMA

El mundo está pletórico de gente, el día de hoy, que busca un “algo” intangible que no poseen y sin el cual no pueden encontrar ni felicidad ni paz espiritual. 

Muchos y variados son los métodos empleados por la gente en su empeño de descubrir ese “algo” esencial. 

Cada persona parece ser instado, por un impulso interior, que no tolera intromisión alguna. 

Personas hay que buscan esta indispensable joya en las iglesias; otros creen que se encuentra en las logias; aun otros esperan encontrarla en alegres tertulias; y aun hay otros que la buscan en las bebidas embriagantes, drogas o narcóticos, a fin de apaciguar el impulso persistente que se posesiona de ellos.

Es inútil negar la existencia de este imperioso impulso que se ha posesionado de la humanidad. 

Todo individuo sincero confesara que una inquietud interior lo insta a buscar ese “algo” que no posee y que, sin embargo, es de ingente importancia para su futura felicidad y bienestar; y, mientras más alto se encuentra el hombre en la escala de la evolución, más persistente es ese impulso interior.

No encontramos inquietud semejante en los reinos inferiores de la naturaleza. 

La vaca vive satisfecha si tiene bastante que comer y beber y un lugar para dormir; y lo propio es cierto tratándose del caballo, el gato o el perro. 

Las flores se contentan con desenvolverse y florecer. 

Y el reino mineral pasa el tiempo en completo sueño. Mas no es así con el hombre. 

¿A qué se debe esta gran diferencia entre las manifestaciones de las cuatro oleadas de vida en evolución – la mineral, la vegetal, la animal y la humana – si todas ellas están integradas por un gran número de Espíritus Virginales en evolución, todos igualmente diferenciados dentro del cuerpo de Dios? 

Esta gran diferencia en el nivel alcanzado por las diversas oleadas de vida obedece al hecho de que cada una empezó a caminar por el sendero de la evolución en distinto periodo de tiempo y, como los hijos de una familia, los mayores son los más adelantados, puesto que han dispuesto de mas años para la adquisición de experiencia y más oportunidades para perfeccionarse.

El espíritu Virginal no es responsable de sus hechos hasta que se le da el eslabón de la mente. 

Todos ellos llegan, con el tiempo, al estadio de evolución en el que reciben la mente. 

Antes de ello son guiados y dirigidos por Espíritus Grupo, que son responsables del adelanto de los espíritus puestos bajo su cuidado. Otra vez nos sirve de ejemplo la analogía de la familia. 

La mente no nace hasta que el niño llega a la edad de 21 años y antes de esa edad, son responsables sus

padres de todos sus hechos.

La oleada de vida humana ha recibido ya el germen de la mente, que enlaza a cada espíritu Virginal con sus vehículos inferiores el cuerpo astral, el etérico y el físico. 

Hasta que estos cuerpos lleguen a cierto nivel de desarrollo, la conciencia del espíritu Virginal estará concentrada en el cuerpo físico, dentro del cual actúa durante su existencia en el mundo físico. 

Un gran número de los miembros de esta oleada de vida, la vanguardia especialmente, han llegado a tal nivel de evolución, que la conciencia del individuo, durante tanto tiempo concentrada en el cuerpo físico, empieza a darse cuenta de que este no es el verdadero hombre, el autentico “Yo soy.” 

El ser inferior comienza a comprender que existe algo superior, de lo que ha vivido separado durante largo tiempo y a lo que debe regresar y que, hasta que esa reunión se efectúe, no saboreara ni la felicidad ni el contentamiento. 

Por tanto, empieza su ciega lucha por hallar la luz y, gracias al esfuerzo que hace, su vista espiritual va abriéndose paulatinamente. 

Para tales espíritus no está muy distante el día en que ese “algo intangible”, ese Ser Superior, se encontrara y tendrá lugar la boda mística entre ambos. 

Boda en la que el Ser Inferior prometerá amar, honrar y obedecer al Ser Superior, el Triple espíritu, nacido de Dios.

No se efectúa este matrimonio místico sin que antes se logre confeccionar el “traje dorado de bodas” o “cuerpo-alma”, con el que algunas personas no estaban vestidas en la fiesta matrimonial simbólica mencionada en la Biblia. 

El cuerpo-alma está compuesto de los dos éteres superiores del cuerpo vital, a saber, el éter luminoso y el reflector. 

El átomo simiente del cuerpo vital atrae solamente a los dos éteres superiores, que forman la matriz en cuyo interior se edifica el cuerpo denso. 

Mas los éteres superiores con los que se confecciona el cuerpo-alma se atraen automáticamente hacia el individuo por medio de amables y desinteresados servicios en bien de los demás, y no existe otro método por el cual se pueda conseguir. 

No importa cuánto nos quieran nuestros amigos o cuán grande sea su anhelo de servirnos; jamás podrán hacernos este bien. 

Esta es nuestra labor individual. 

Tampoco hay ejercicios, enseñados por ninguna escuela oculta, en virtud de los cuales podamos formar el cuerpo-alma, aunque los practiquemos fielmente durante años. 

Lo cierto es que todos esos ejercicios son totalmente inútiles si antes no hemos atraído los materiales con los que se confecciona el “traje dorado de bodas” y los hemos amoldado para formar nuestro cuerpo-alma. 

Los ejercicios impartidos por las Escuelas esotéricas como de la Fraternidad Rosacruz no tienen como propósito el atraer ese material, sino el separar el cuerpo –alma de los dos éteres inferiores y del cuerpo físico, después de confeccionado aquel. 

La separación, pus, no se puede alcanzar sin haber formado primero el cuerpo-alma.

Queremos llamar la atención sobre el hecho de que, no solamente el servicio atrae el material con el que se confecciona el cuerpo-alma. 

Ese servicio debe prestarse siempre impulsados por el amor y debe, ante todo, ser desinteresado. Múltiples personas hay que prestan servicios diariamente a otros, más lo hacen de mala gana y, muchas veces, hasta contra su voluntad, dedicándose, sin embargo, a sentir compasión de sí mismos, hasta tal punto que se convierten en objeto del desprecio y la lastima de todos los que se encuentran en la necesidad de convivir con ellos. 

El amor no puede formar parte de tal servicio.

El hombre o mujer que se dedica continuamente a sentir compasión de sí mismo no tiene tiempo para sentir compasión por los demás y, mucho menos lo tendrá para servirles con espíritu de amor. 

La compasión de sí mismo es uno de los pasatiempos más peligrosos a los que persona alguna se puede dedicar. Le roba su facultad de discernimiento, de hacer juicios sanos y de llegar a conclusiones correctas. 

Tuerce la imaginación y la hace crear falsos conceptos que, quizás, ocasionaran serios problemas, tanto al interesado como a sus próximos. 

El servicio prestado por una persona en tal estado mental no es de ningún valor para el que sirve, en lo que se refiere al crecimiento del alma y no puede ser la vía por la que fluyan los éteres superiores.

En cambio, el servicio impulsado por el amor constituye un verdadero regocijo para el que lo presta. 

La naturaleza misma del amor consiste en ofrecerse en servicio – obras – porque entonces tenemos los dos polos del espíritu funcionando en perfecta armonía y, en su acción conjunta, se encuentra todo el poder del Ego. Este poder atrayente es el que acerca al individuo los dos éteres superiores. 

El cuerpo-alma confeccionado con ellos es el vehículo de la percepción sensitiva y la memoria. . 

Mientras este vehículo luminoso crece dentro del cuerpo denso y a su alrededor, su luz revelara todos los misterios de Dios sin necesidad de libros. 

Y todos los que son instruidos así por Dios logran mayores conocimientos acerca del universo de los que contienen todas las bibliotecas del mundo.

Esos individuos que van progresando satisfactoriamente en la construcción de sus cuerpos-alma son los que conscientemente buscan ese “algo intangible” que no poseen y sin lo cual no pueden hallar ni la felicidad ni la paz espiritual. 

Sin embargo, van adelantando apreciablemente y, con el tiempo, la vista interior de estos Espíritus de vanguardia se abrirá y entonces se les contara entre los intrépidos que “toman el reino de Dios por asalto.”

El requisito de mayor importancia para adquirir desarrollo espiritual en nuestros días es la posesión de un cuerpo-alma, puesto que, sin él, no puede desempeñarse el trabajo de la edad venidera. 

La posesión de este vehículo tan esencial está al alcance de todos, pero no se puede comprar con dinero, y no es tampoco posible recibirlo regalado. 

Debe ser ganado. 

Y la única manera de ganarlo consiste en auxiliar a los demás con pensamientos altruistas, palabras amables y hechos serviciales y todo ello, con espíritu de amor y desinterés. 

No hay persona en el mundo lo suficientemente rica para comprar esa reluciente túnica y nadie, gracias a la sabiduría del Divino Creador, es tan pobre que no la pueda conseguir. 

En el Reino de Dios no existe ningún favoritismo.

Allí la capacidad y el anhelo de servir con amor constituyen la única medida de la verdadera grandeza.

En Amoroso Servicio

Centro de Estudios de la Sabiduria Occidental Mexico