JESUS DE NAZARET
TABERNACULO DE CRISTO
FRATERNIDAD ROSACRUZ DE MEXICO
CENTRO DE ESTUDIOS DE LA
SABIDURIA OCCIDENTAL MEXICO
JESÚS DE NAZARET, TABERNÁCULO DE CRISTO
Jesús de Nazaret nació aproximadamente cuando dice la Biblia puesto que su nacimiento está relacionado con la obra del Cristo Solar o Cósmico respecto a la humanidad. Cristo, el Hijo de Dios, la Sabiduría del Padre, y el Amor y la compasión de Dios, necesitaba un cuerpo, un Tabernáculo humano para hacer una misión en la Tierra, y lo encontró en el Espíritu que voluntariamente se ofreció, el Espíritu inmaculado y sin mancha llamado Jesús.
Bien sea que hablemos desde el punto de vista del Cristo Solar o bien sea respecto a Jesús, ambos coinciden con el Solsticio de invierno respecto a Su nacimiento pues, eso mismo ocurrió con Mitrhas o, por ejemplo, con Horus, el Hijo de la Divinidad.
Sin embargo, hay otro Jesús que nació 105 años antes del que estamos hablando (del que mencionaré algo al final del artículo) que también fue un iniciado en los Misterios Egipcios pero que nada tiene que ver con el de Nazaret.
Jesús pertenece a nuestra oleada de espíritus y es de suponer que, al igual que sus padres María y José, tampoco habría caído en ese Pecado Original.
Como nos instruye Max Heindel, iniciado y estudioso de la Memoria de la Naturaleza en el Mundo del Pensamiento, a ese Jesús humano se le puede seguir respecto a sus anteriores renacimientos (uno de ellos como Salomón) y que en este caso se comprueba que nació en Palestina.
Como humano y habiendo renacido muchas veces, desde su adolescencia, Jesús ya sabía que se le estaba preparando para esa maravillosa obra de Cristo, de ahí que se hicieran cargo los Esenios en su Escuela de las costas del Mar Muerto.
Además de ser un Espíritu de muy elevada evolución, el más elevado de la humanidad, Jesús debía preparar su cuerpo físico, debía mantenerse puro, y debía hacer la retrospección si algún mínimo fallo cometía para que ese cuerpo fuera inmaculado y sin mancha.
Los Esenios eran una secta más entre los Fariseos y los Saduceos, con la diferencia de que eran algo así como una Escuela de Misterios donde había gran Sabiduría respecto a lo que yo llamo Enseñanzas Ocultas.
Los Iniciados sanaban de acuerdo con sus poderes y sus conocimientos; ellos eran sumamente devocionales y cumplidores de las Leyes Divinas; ellos eran contrarios a ir a las sinagogas a alabar públicamente a Dios de forma cínica como hacían otros sumamente egoístas y materialistas; ellos no se alababan ni se engreían por su buena voluntad y su sabiduría; ellos, en definitiva, se aislaban en su comunidad llevando una vida santa y devocional alabando y adorando a Dios.
Allí se crio Jesús, aunque en la Biblia no se diga nada, y pronto destacó por lo fácil que era aprender para él las enseñanzas y las prácticas espirituales.
No se olvide que aunque un Espíritu sea elevado tiene que verse limitado en cierto modo por su cuerpo y su cerebro cuando renace.
Pero Jesús recuperó su sabiduría interna en pocos años hasta el punto de que a los 30 años estaba listo para entregar sus cuerpos a Cristo.
Los Esenios eran una secta Judía muy conocida por su santidad, por sus sanaciones y por su sabiduría, llevando sus miembros una vida de humildad, aislamiento y de contemplación.
A Jesús se le atribuye la conexión con los Esenios por parte de sus padres, pero Cristo también tuvo que acudir a ellos para que sus artes sanadoras ayudaran a mantener vivo el cuerpo de Jesús porque no aguantaba las altísimas vibraciones del Espíritu de Cristo.
Los Esenios eran devotos, ascetas que admitían a cualquier persona siempre y cuando superaran una especie de noviciado que tenían.
Como se a hecho mención, la evolución de Jesús puede seguirse en la Memoria de la Naturaleza puesto que es un ser humano, pero eso no se puede hacer respecto al Arcángel Cristo que jamás había utilizado un cuerpo físico humano ni había vivido como tal en la Tierra; a Cristo solo se le puede analizar como humano en el caso de su misión cuando utilizó el cuerpo físico y etérico de Jesús durante tres años.
Por lo tanto, Jesús no podía ser un humano cualquiera con algunas virtudes y algunos defectos.
Era un ser especial que desde niño ya destacaba en todo porque traía un gran desarrollo interior como lo demostró en el Templo conversando con los más sabios y cuya respuesta ante sus padres que les buscaban fue:
“¿Es que no sabéis que tengo que ocuparme de los asuntos de mi Padre?”
Jesús estuvo preparándose durante unas cuantas vidas antes para colaborar con la misión de Cristo.
Él era un ser de una gran mente pura y de un corazón lleno de amor y compasión por los débiles.
Su madre, María, también era un Espíritu muy elevado y de una gran pureza, y por eso fue elegida para serlo; lo mismo se tiene que decir del iniciado José elegido para ser su padre.
Por eso se dice que Jesús nació en un cuerpo puro y sin pasiones, puesto que así fue fecundado.
El cuerpo de Jesús fue el más perfecto cuerpo creado en la Tierra, y Jesús debía mantenerlo así hasta su entrega a Cristo. Como creo recordar, en el antiguo Credo, se dice que el Espíritu Santo (Jehová) es el “Señor y dador de vida”; Él es el líder y Ser más evolucionado de los Ángeles (la oleada de Espíritus posterior a los Arcángeles)
Por lo tanto, los Ángeles son los encargados de hacer posible los nacimientos y de crear los cuerpo etéricos sobre los que se forman los cuerpos físicos. De ahí que se diga en la Biblia que un Ángel anunció a Sarah el nacimiento de Isaac, a Ana el nacimiento de Samael, y a María el nacimiento de Jesús.
Los Ángeles fertilizan y hacen posible la procreación de animales y humanos en las mejores condiciones y de forma pura y casta.
Fue en la famosa “Caída de Adán y Eva” (la humanidad) cuando desoyendo a Jehová nos pusimos a practicar sexo y a procrear fuera de Sus Leyes, y desde entonces conocemos la enfermedad y la muerte, es decir, somos conscientes de nuestros cuerpos físicos en este mundo físico.
Pero cuando un Espíritu es elevado y puro por su propia evolución o por no haber “caído”, entonces se procrea sin deseo carnal ni pasión. Y eso fue lo que pasó con el cuerpo de Jesús, el cual fue concebido de forma pura y sin pasión aunque también por obra y gracia del Espíritu Santo y sus Ángeles; sin embargo, María y José tuvieron que sacrificarse para hacer el acto PURO Y MAS CASTO CONCEBIDO por ningún otro ser humano, para así traer a la vida a Jesus de Nazareth.
De esa Inmaculada Concepción solo puede nacer un ser superior, porque esa concepción es un rito sagrado de autosacrificio y no un acto egoísta que busca placer.
Como dije en un artículo sobre María y José, esos Espíritus iniciados eran extraordinariamente puros y de un carácter devocional y servicial ante dicha misión, que ya practicaban el celibato desde vidas anteriores.
Sus últimas vidas ya no habrían practicado sexo, y si lo hicieron fue para traer a algún Espíritu elevado a la Tierra con algún propósito, pues ellos sabían perfectamente lo que ocurre con el uso incorrecto de la Energía Creadora Divina.
Renacieron en la Tierra en esa fecha con la única intención y misión de facilitar el cuerpo a Jesús para que luego fuera usado por Cristo durante tres años, por lo tanto, ellos seguían en sendero oculto de la realización espiritual.
Jesús sabía que debía “morir” en el bautismo puesto que lo que allí ocurrió es lo que o