JESUS DE NAZARET

 TABERNACULO DE CRISTO

FRATERNIDAD ROSACRUZ DE MEXICO


CENTRO DE ESTUDIOS DE LA 

SABIDURIA OCCIDENTAL MEXICO

JESÚS DE NAZARET, TABERNÁCULO DE CRISTO 

Jesús de Nazaret nació aproximadamente cuando dice la Biblia puesto que su nacimiento está relacionado con la obra del Cristo Solar o Cósmico respecto a la humanidad. Cristo, el Hijo de Dios, la Sabiduría del Padre, y el Amor y la compasión de Dios, necesitaba un cuerpo, un Tabernáculo humano para hacer una misión en la Tierra, y lo encontró en el Espíritu que voluntariamente se ofreció, el Espíritu inmaculado y sin mancha llamado Jesús. 

Bien sea que hablemos desde el punto de vista del Cristo Solar o bien sea respecto a Jesús, ambos coinciden con el Solsticio de invierno respecto a Su nacimiento pues, eso mismo ocurrió con Mitrhas o, por ejemplo, con Horus, el Hijo de la Divinidad. 

Sin embargo, hay otro Jesús que nació 105 años antes del que estamos hablando (del que mencionaré algo al final del artículo) que también fue un iniciado en los Misterios Egipcios pero que nada tiene que ver con el de Nazaret. 

Jesús pertenece a nuestra oleada de espíritus y es de suponer que, al igual que sus padres María y José, tampoco habría caído en ese Pecado Original. 

Como nos instruye Max Heindel, iniciado y estudioso de la Memoria de la Naturaleza en el Mundo del Pensamiento, a ese Jesús humano se le puede seguir respecto a sus anteriores renacimientos (uno de ellos como Salomón) y que en este caso se comprueba que nació en Palestina. 

Como humano y habiendo renacido muchas veces, desde su adolescencia, Jesús ya sabía que se le estaba preparando para esa maravillosa obra de Cristo, de ahí que se hicieran cargo los Esenios en su Escuela de las costas del Mar Muerto. 

Además de ser un Espíritu de muy elevada evolución, el más elevado de la humanidad, Jesús debía preparar su cuerpo físico, debía mantenerse puro, y debía hacer la retrospección si algún mínimo fallo cometía para que ese cuerpo fuera inmaculado y sin mancha.

Los Esenios eran una secta más entre los Fariseos y los Saduceos, con la diferencia de que eran algo así como una Escuela de Misterios donde había gran Sabiduría respecto a lo que yo llamo Enseñanzas Ocultas. 

Los Iniciados sanaban de acuerdo con sus poderes y sus conocimientos; ellos eran sumamente devocionales y cumplidores de las Leyes Divinas; ellos eran contrarios a ir a las sinagogas a alabar públicamente a Dios de forma cínica como hacían otros sumamente egoístas y materialistas; ellos no se alababan ni se engreían por su buena voluntad y su sabiduría; ellos, en definitiva, se aislaban en su comunidad llevando una vida santa y devocional alabando y adorando a Dios. 

Allí se crio Jesús, aunque en la Biblia no se diga nada, y pronto destacó por lo fácil que era aprender para él las enseñanzas y las prácticas espirituales. 

No se olvide que aunque un Espíritu sea elevado tiene que verse limitado en cierto modo por su cuerpo y su cerebro cuando renace. 

Pero Jesús recuperó su sabiduría interna en pocos años hasta el punto de que a los 30 años estaba listo para entregar sus cuerpos a Cristo.

Los Esenios eran una secta Judía muy conocida por su santidad, por sus sanaciones y por su sabiduría, llevando sus miembros una vida de humildad, aislamiento y de contemplación. 

A Jesús se le atribuye la conexión con los Esenios por parte de sus padres, pero Cristo también tuvo que acudir a ellos para que sus artes sanadoras ayudaran a mantener vivo el cuerpo de Jesús porque no aguantaba las altísimas vibraciones del Espíritu de Cristo. 

Los Esenios eran devotos, ascetas que admitían a cualquier persona siempre y cuando superaran una especie de noviciado que tenían.

Como se a hecho mención, la evolución de Jesús puede seguirse en la Memoria de la Naturaleza puesto que es un ser humano, pero eso no se puede hacer respecto al Arcángel Cristo que jamás había utilizado un cuerpo físico humano ni había vivido como tal en la Tierra; a Cristo solo se le puede analizar como humano en el caso de su misión cuando utilizó el cuerpo físico y etérico de Jesús durante tres años. 

Por lo tanto, Jesús no podía ser un humano cualquiera con algunas virtudes y algunos defectos. 

Era un ser especial que desde niño ya destacaba en todo porque traía un gran desarrollo interior como lo demostró en el Templo conversando con los más sabios y cuya respuesta ante sus padres que les buscaban fue: 

“¿Es que no sabéis que tengo que ocuparme de los asuntos de mi Padre?” 

Jesús estuvo preparándose durante unas cuantas vidas antes para colaborar con la misión de Cristo. 

Él era un ser de una gran mente pura y de un corazón lleno de amor y compasión por los débiles.

Su madre, María, también era un Espíritu muy elevado y de una gran pureza, y por eso fue elegida para serlo; lo mismo se tiene que decir del iniciado José elegido para ser su padre. 

Por eso se dice que Jesús nació en un cuerpo puro y sin pasiones, puesto que así fue fecundado. 

El cuerpo de Jesús fue el más perfecto cuerpo creado en la Tierra, y Jesús debía mantenerlo así hasta su entrega a Cristo. Como creo recordar, en el antiguo Credo, se dice que el Espíritu Santo (Jehová) es el “Señor y dador de vida”; Él es el líder y Ser más evolucionado de los Ángeles (la oleada de Espíritus posterior a los Arcángeles) 

Por lo tanto, los Ángeles son los encargados de hacer posible los nacimientos y de crear los cuerpo etéricos sobre los que se forman los cuerpos físicos. De ahí que se diga en la Biblia que un Ángel anunció a Sarah el nacimiento de Isaac, a Ana el nacimiento de Samael, y a María el nacimiento de Jesús.

Los Ángeles fertilizan y hacen posible la procreación de animales y humanos en las mejores condiciones y de forma pura y casta. 

Fue en la famosa “Caída de Adán y Eva” (la humanidad) cuando desoyendo a Jehová nos pusimos a practicar sexo y a procrear fuera de Sus Leyes, y desde entonces conocemos la enfermedad y la muerte, es decir, somos conscientes de nuestros cuerpos físicos en este mundo físico. 

Pero cuando un Espíritu es elevado y puro por su propia evolución o por no haber “caído”, entonces se procrea sin deseo carnal ni pasión. Y eso fue lo que pasó con el cuerpo de Jesús, el cual fue concebido de forma pura y sin pasión aunque también por obra y gracia del Espíritu Santo y sus Ángeles; sin embargo, María y José tuvieron que sacrificarse para hacer el acto PURO Y MAS CASTO CONCEBIDO por ningún otro ser humano, para así traer a la vida a Jesus de Nazareth.  

De esa Inmaculada Concepción solo puede nacer un ser superior, porque esa concepción es un rito sagrado de autosacrificio y no un acto egoísta que busca placer.

Como dije en un artículo sobre María y José, esos Espíritus iniciados eran extraordinariamente puros y de un carácter devocional y servicial ante dicha misión, que ya practicaban el celibato desde vidas anteriores. 

Sus últimas vidas ya no habrían practicado sexo, y si lo hicieron fue para traer a algún Espíritu elevado a la Tierra con algún propósito, pues ellos sabían perfectamente lo que ocurre con el uso incorrecto de la Energía Creadora Divina. 

Renacieron en la Tierra en esa fecha con la única intención y misión de facilitar el cuerpo a Jesús para que luego fuera usado por Cristo durante tres años, por lo tanto, ellos seguían en sendero oculto de la realización espiritual. 

Jesús sabía que debía “morir” en el bautismo puesto que lo que allí ocurrió es lo que ocurre en el momento de la muerte, es decir, se abandona el cuerpo físico y el etérico que luego se descomponen progresivamente. 

Pero en este caso ocurrió todo lo contrario en el sentido de que Cristo los vivificó hasta el momento de morir en la Cruz.

Cuando la mayoría de las personas leen los Evangelios y se interesan por la obra de Cristo, entienden que el personaje de la narración es Jesús, un ser único hijo de Dios, que nació en Belén y que murió a los 33 años crucificado por querer salvar a la humanidad. 

Esas mismas personas que ignoran el sentido oculto de la Biblia y toda su simbología, también creen que Jesús, nada más morir, pasó a sentarse a la derecha del Padre hasta que llegue el momento de volver para juzgar a vivos y muertos, celebrando mientras tanto su nacimiento y su muerte. 

Como ya he explicado en varios artículos, la realidad es otra muy diferente. La misión de Cristo (partiendo del cuerpo de Jesús que usó durante su Ministerio de 3 años) constaba de:

1º.- Salvar a los pecadores limpiando el cuerpo de deseos y el aura del planeta Tierra en el momento de su muerte.

2º.- Dar una Enseñanza nueva que elevara la moral y la espiritualidad a la humanidad para hacer posible la creación futura de un Reino que debe ser entregado al Padre.

En realidad no vino solo a predicar con su palabra de Verdad y de Autoridad, vino para ser ejemplo y para enseñar cómo se vence a la muerte; vino para que se cumplieran las profecías que mucho antes se habían anunciado; vino a enseñar a la humanidad que la verdadera vida no está en la Tierra sino en el Cielo; y vino a enseñarnos el camino que lleva a la vida eterna y a identificarnos con Dios. 

Pero aún con todo eso, dejó semillas (enseñanzas ocultas entre otras) que entonces no se podían comprender pero que, poco a poco, llegarán en algún renacimiento a la conciencia de todos.

Como se a comentado, el cuerpo de Jesús era el más perfecto de la humanidad, solo tenía los éteres inferiores imprescindibles para estar en el estado físico perfecto que debía tener, el resto eran éteres superiores que formaban la más deslumbrante y bella aura y el más elevado Cuerpo Alma. 

Como Cristo no había descendido de Su Mundo (como nosotros no hemos descendido más del físico) no sabía utilizar la materia etérica del Mundo de los Ángeles ni sabía construir un cuerpo físico porque tampoco había nacido jamás de padres físicos. 

Por consiguiente y porque hubiera sido un atraso nacer de unos padres y esperar a hacerse adulto, Cristo tomó prestados los cuerpos etérico y físico de Jesús en el momento del bautismo. 

Así que, además de la ayuda de los Ángeles y de los Arcángeles, hubo tres espíritus que hicieron un sacrificio a favor de la misión de Cristo y de la salvación de la humanidad, estos son Jesús, María y José.

Así que, a partir del momento del bautismo, cuando los Ángeles y Arcángeles hicieron los correspondientes trabajos para que los cuerpos de Jesús se unieran a los del Cristo, Éste obtuvo todos los cuerpos que necesitaba para funcionar entre Dios y la humanidad. 

De ahí que esté escrito que sólo se puede llegar a Dios a través de Jesus-Cristo. 

Cuando Cristo se hizo cargo de los cuerpos de Jesús, éste ya había desarrollado en gran medida su Espíritu de Vida (relacionado con el Segundo Aspecto de Dios, el Hijo, el Mundo del Amor Universal) 

Lo que significa que Jesús ya estaba muy en sintonía con Cristo, y que Cristo, a través de su Misión, es el único capaz de mediar entre nosotros y Dios, puesto que Él ha experimentado individualmente las condiciones del mundo físico y conoce todas sus limitaciones.

Aunque ya he explicado esto varias veces en mis diversos artículos tengo que hacerlo otra vez porque el tema lo requiere. Los Espíritus que componen la humanidad se dividen en dos clases normalmente llamadas del “corazón” y de la “mente”. 

De acuerdo con la Leyenda Masónica -dice Max Heindel- unos son los llamados Hijos de Seth y otros los Hijos de Caín; es decir, los Hijos de Seth son los que siguen el sendero del corazón, de la devoción, de la religión, de los Maestros espirituales y que son dóciles como ovejas. 

Los Hijos de Caín son la clase en la que el Espíritu, el Ego actúa como un fuego consumidor y un instinto creador original que lleva a la persona a preguntar, a investigar y a no conformarse con que le guíen. 

Estos son (somos los ocultistas en general) los que escucharon a los Luciferes y los que comieron del “Árbol del Conocimiento” convirtiéndose en iluminados gracias a la luz de la mente.

Estas dos clases se dice que están representadas por la Francmasonería y por el Catolicismo, o sea, el estado gobernante y el sacerdocio; los que escuchan la voz del Ego y la mente en el cerebro, y los que obedecen la voz del corazón actuando luego según sus sentimientos y sus emociones. 

Los del sendero del Corazón, los Hijos de Seth, no se ponen nunca en contacto con ninguna Escuela de Misterios, y entre sus líderes está el que fue una gran Luz para ellos, Salomón. 

Salomón luego renacería como Jesús, el que es ahora el pilar invisible de la iglesia y que llevará la misma al Reino de Cristo. De los Hijos de Caín, en los que prosperó la mente a expensas del corazón, han descendido los artesanos y constructores del mundo; ellos construyeron el Templo de Salomón bajo la dirección de Hiram Abiff, el maestro masón que ahora trabaja a través de la industria y la política con el nombre de Christian Rosenkreutz (Cristiano Rosacruz) para llevar también a los suyos al Reino de Cristo, donde se unirán las dos clases o corrientes  y donde ya no habrá ni sacerdotes ni reyes no gobernantes, sino que solo estará Cristo por encima de todos.

Ya se habia comentado, que Jesús fue anteriormente Salomón, y después, estos representantes de los dos senderos, renacieron y se juntaron en la misma época, Salomón como Jesús de Nazaret (el Hijo del hombre) y Hiram Abiff como Lázaro, el Hijo de la Viuda de Nain. 

Desde entonces estos dos grandes Espíritus han trabajado sobre la humanidad para los mismos fines pero en esferas diferentes. Jesús, el Hijo del hombre ha trabajado, y lo sigue haciendo con las Iglesias cristianas, y Christian Rosenkreutz (anteriormente Hiram Abiff) o Lázaro trabaja con los poderes del mundo con las industrias, la ciencia, etc. 

Con el fin de producir una unión entre el poder temporal y el espiritual, o sea, la cabeza y el corazón que se deben de unir antes de la segunda venida de Cristo. 

Jesús es el protector de los asistentes y colaboradores de las iglesias por medio de la cual se fomenta la religión y el cristianismo y se encuentra el sendero del corazón que lleva a Dios.

Sin embargo, ambos, Cristiano Rosacruz y Jesús, tienen un mismo fin en el estado y en la Iglesia, llevar a la humanidad occidental hacia Cristo. 

Lázaro, que es el actual Cristiano Rosacruz, intenta llevar (junto con los Rosacruces) el mensaje de Cristo a los Hijos de Caín; y Jesús hace lo mismo respecto a los Hijos de Abel o de Seth. 

Salomón renació como Jesús para dejar sus cuerpos inferiores a Cristo en el bautismo; y Hiram Abiff renació como Lázaro para ser resucitado (levantado) por la Garra del León de Judá. 

Desde entonces, ambos guías de los diferentes senderos apartaron sus diferencias (según el consejo de Cristo) y están trabajando para que se forme cuanto antes el Reino de Cristo. 

Como los estudiantes de la fraternidad Rosacruz sabemos, nuestras experiencias se van guardando en el átomo-simiente del cuerpo físico situado en el corazón, y de ahí se extrae el beneficio de las mismas en el Mundo de Deseos después de la muerte. 

De acuerdo con esta enseñanza, cuando Jesús dejó a Cristo sus cuerpos físico y etérico, perdió las experiencias de 30 años que había en ese átomo-simiente. 

Pero eso fue solo temporal y en parte aún sigue siendo porque, aunque cuando murió su cuerpo, Jesús recibió su átomo-simiente con un registro de las experiencias, su Cuerpo Alma (los éteres superiores del cuerpo etérico) todavía no ha sido devuelto y no lo será hasta que termine de usarlo Cristo en su segunda venida. 

Como Jesús vivió de una mera perfecta y santa sus 30 años, esas experiencias quedaron grabadas en su Cuerpo Alma. 

Ese Cuerpo Alma de Jesús fue desarrollado enormemente por medio de Cristo durante los tres años que lo usó, lo que compensa con creces el sacrificio que hizo Jesús al dejarle sus cuerpos. 

Pero Jesús no podrá hacer uso de ese desarrollo hasta que, una vez cumplida Su Misión, la Ley de atracción se lo devuelva a Jesús.

Quien haya leído detenidamente las escrituras se habrá dado cuenta de que Cristo se aislaba de vez en cuando de sus discípulos. 

Esto la hacía para que los Esenios, (como médicos esotéricos y ocultistas) restauraran el cuerpo vital de Jesús respecto a la nota-clave, tono, vibración etc.   

Así fue como llegó a superar las elevadísimas vibraciones del Arcángel Cristo hasta el momento de Su muerte, pero a partir de ahí, cuando el cuerpo de Jesús fue llevado a la tumba, la fuerza cohesiva de las células dejó de funcionar y los átomos físicos se esparcieron a los cuatro vientos del tal forma que solo quedó la ropa. 

Como hay una Ley que dice que un espíritu debe salir por el mismo sitio por donde entró, resulta que Cristo que entró en la Tierra gracias al cuerpo etérico de Jesús, debe volver con el mismo cuerpo que está guardado y vigilado con ese fin. 

Esto significa que quien diga (persona, escuela o religión) que Cristo volverá en un cuerpo físico no sabe lo que dice y por ello miente.

Cuando Cristo ocupó el cuerpo físico de Jesús, el grado vibratorio del Arcángel Cristo fue ralentizado enormemente por la densidad de la materia física y eso debería de haber quemado el cuerpo físico si no hubiera sido por los Esenios. 

Pero en la muerte no fue exactamente así, sino que fue el Fuego invisible (fue como una vuelta a sus orígenes atómicos de la materia) el que desintegró el cuerpo y no un fuego de llamas, no dejando ni siquiera cenizas. 

Los Esenios mantenían los átomos del cuerpo unidos y estables ante su elevada vibración, pero cuando dejaron de hacerlo a partir de la muerte del cuerpo los átomos volaron. 

Si los átomos hubieran estado en su estado de quietud como cuando salimos por las noches y el cuerpo queda dormido, se hubiera necesitado un largo tiempo de putrefacción para la desaparición del cuerpo; pero como estaban muy sensibilizados y activos ya no había forma de mantenerlos unidos.

Aparentemente, Jesús ha sido el que más ha perdido aun habiéndose sacrificado también por nosotros; sin embargo, las Leyes Divinas no pueden ser injustas y, por tanto, los efectos de esta gran obra tienen que recaer sobre Jesús como una mayor gloria. 

Cuando Cristo termine de establecer y de perfeccionar el Reino de Dios en la Nueva Jerusalén, se le devolverá el cuerpo Alma a Jesús pero enormemente espiritualizado y glorificado; entonces será el más maravilloso de todos los cuerpos etéricos humanos. 

Esto significa que Jesús podría ser muy fácilmente el ser más evolucionado de la humanidad y del Período Terrestre como Cristo lo fue del Período Solar y Jehová del Período Lunar.

Cuando el cuerpo de Jesús utilizado por Cristo murió en la cruz, los átomos-simiente le fueron devueltos a Jesús, sobre todo para que pudiera crearse un nuevo cuerpo etérico como lo puede hacer un verdadero auxiliar invisible materializando, por ejemplo, una mano para manipular la parte enferma que está tratando de curar.  

Y así fue, Jesús se formó un nuevo cuerpo etérico que es con el que ha estado trabajando sobre las iglesias desde los mundos superiores e invisibles. Jesús no ha vuelto a utilizar ningún cuerpo físico desde entonces, sobre todo porque no lo necesita para la labor que hace, sin embargo, si lo necesitara podría hacerlo. 

Cristo está conectado y atado a la humanidad y a la Tierra porque Él no puede crearse ninguno de esos cuerpos y, como consecuencia, tiene que volver a usar el cuerpo etérico (Cuerpo Alma) de Jesús para presentarse “en el aire” ante la humanidad que ya estará formando el Reino que debe ser entregado al Padre. 

Si eso no fuera así porque el cuerpo etérico fuera destruido, Cristo estaría condenado a sufrir y a permanecer en la Tierra hasta que el Caos disuelva el planeta. 

Este es el motivo por el cual el cuerpo etérico de Jesús está guardado y vigilado por los Hermanos Mayores. 

El cuerpo de Jesús está guardado en una especie de sarcófago en las profundidades de la Tierra protegido de los iniciados curiosos o de los profanos. 

Si ese cuerpo etérico fuera profanado, la Misión de Cristo se podría ver frustrada, su sufrimiento aumentaría y nuestra evolución se retrasaría mucho. 

Ese cuerpo etérico tiene la misma forma o imagen que tenía Jesús y es enseñando a determinados candidatos a la iniciación o a los primeros iniciados. 

Solo cuando la mayoría de la humanidad esté tan evolucionad que sea capaz de usar voluntaria y conscientemente su Cuerpo Alma, Cristo volverá, terminará su Misión y ascenderá a esferas muy superiores difícil de concretar. 

Entonces nosotros estaremos en la Nueva Jerusalén con nuestros cuerpos etéricos y comenzaremos la nueva etapa evolutiva bajo la dirección del Padre.

El hecho de que Jesús fuera el portador del gran Espíritu de Cristo hace que ese fuera el acontecimiento más importante de la evolución humana porque, así como nuestro Yo superior nos intenta y conseguirá llevar a la perfección, así el Espíritu de Cristo es como el Yo superior del planeta y, intenta y conseguirá, llevar a la humanidad a la Nueva Jerusalén. 

Gracias a Cristo-Jesús, el ser humano que solo conocía a la personalidad, está conociendo que tiene un Yo superior, primero como un ideal y, en su momento, como una realidad. 

Ellos están haciendo que nos demos cuenta de que hasta ahora hemos estado siendo conscientemente de algo perecedero y temporal y que tomemos consciencia de la realidad, de que somos algo imperecedero, algo que observa desde arriba a lo imperecedero. 

En definitiva, estamos comprendiendo que lo mismo que de niño nacemos de una madre, así nace el ser humano del Espíritu que siempre está en nosotros esperando despertar y guiarnos.

Lo mismo que en nosotros tiene que nacer el Yo superior (debemos tomar consciencia de él) el Yo Divino del Padre, a través de Cristo, debe nacer en toda la humanidad; porque nuestro Yo descendió del Cielo para confundirse con los elementos de la Tierra, pero él debe volver a su lugar de origen gracias a Cristo. Y para eso Jesús tuvo que prepararse durante muchas vidas y hacerse un gran iniciado para ser el vehículo de Cristo, porque nadie en esa época estaba capacitado para ello. 

Cualquiera de nuestros cuerpos físico no está preparado para albergar a un ser tan elevado, lo que significa que el cuerpo de Jesús fue transformado progresivamente durante vidas para ser ese Tabernáculo tan especial; eso lo veían clarividentemente los iniciados que le acompañaban. Por eso Jesús era un renacido especial, y lo era porque en Él había algo que rebasaba su cuerpo físico y que fue elevándose hasta el momento indicado en que debía recibir al Cristo en el bautismo gracias al iniciado Juan el Bautista.

Así nace Cristo en la Tierra y de Él depende el renacimiento del Yo superior en cada uno de nosotros. 

La vida de Jesús, desde su nacimiento, fue un rememorar, una forma de repetir para atraer al presente todo lo que había alcanzado como Iniciado en vidas anteriores; Él tenía que tener presente todas sus metas alcanzadas en el mundo espiritual para sacrificarlas para su uso por Cristo y para beneficio de la humanidad. 

Esto hizo posible que la humanidad en la Tierra comenzara una nueva forma de evolucionar, comenzará a andar por un Sendero de Aceleración.

Para que el cuerpo de Jesús hiciera de Tabernáculo de Cristo, no solo debía ser el más perfecto, sino que todos los vehículos de Jesús ya lo eran también, y muy de forma especial el cuerpo de deseos que había desarrollado las más elevadas virtudes imprescindibles para recibir a Cristo. 

La elevada influencia espiritual de Cristo no tenía como objetivo solamente luchar contra los resultados de la influencia de los Ángeles Luciferes (que por un lado nos habían beneficiado) sino que el motivo principal, junto al despertar del Yo superior, era que no descendiéramos o nos quedáramos en un estado de conciencia inferior al que teníamos. 

Y en esto jugó también un papel muy especial Juan el Bautista, el cual fue el precursor y anunciador de la venida de Cristo y el cual también bautizó a quienes estaban listos para recibirle; lo que significa que ese bautismo era una especie de “preparación” para la venida de Cristo. 

Lo mismo que ocurre en la muerte que al separase el cuerpo etérico del físico pasan las experiencias de la vida del cuerpo a la conciencia (se ve como una película) así, en el bautismo de esos hombres “preparados” veían pasar las imágenes de su vida y cómo éstas se conectaban con su Yo espiritual, con algo muy superior a ellos. 

Esto les hacía comprender que hay unos mundos espirituales y que ellos no era lo que creían ser. 

Esto no significa que todos los bautizados estuvieran “preparados” para esa especie de iniciación, pero los que lo estaban tomaban consciencia de la relación de su Yo superior con Dios.

La iniciación que se hacía hace varios miles de años trataba de hacer estar al elegido y candidato en una especie de estado de coma durante tres días y medio, entonces se separaba el cuerpo etérico (como en la muerte) y el aspirante se movía conscientemente por los mundos superiores. 

Pues bien, Cristo anuló ese sistema de iniciación y de despertar de poderes sin necesidad de que intervengan otras ayudas externas, ya que hoy es el aspirante mismo quien se prepara para separar los cuerpos voluntaria y conscientemente sin ayuda de nadie.

Es más, los que evolucionan por el Sendero del Corazón (los Hijos de Seth) pueden despertar a ese estado de conciencia superior viviendo en cada ahora el impulso espiritual que trajo Cristo, es decir, viviendo, experimentando y compartiendo el amor Divino. 

Cristo abrió el camino de la Iniciación para todo aquel que siga sus pasos y que viva como un ejemplo de lo que es la vida superior. La influencia de Cristo tiene que tener un efecto sobre nosotros como lo tuvo sobre Lázaro (que no estaba muerto) un hecho que no fue otra cosa que la iniciación de Lázaro. 

Cristo dijo: “Yo soy la resurrección y la vida” pero no se refería a la forma física sino a su influencia espiritual que hace que no nos perdamos (muramos) como pecadores y que descubramos la verdadera Vida de Dios; Vida que Él transmitió a Lázaro.

Refiriéndose a Lázaro, dice el evangelio que “el Señor le amaba” lo que significa que Lázaro tenía una relación con Cristo desde hacía tiempo, de aquí se puede deducir que Lázaro fue preparado por Cristo par ese momento en que recibió la iniciación Los ocultistas sabemos que cada cuerpo tiene un átomo-simiente donde se “guarda” o hay una quintaesencia desde nuestro comienzo en la evolución, y Jesús había sido Salomón y Zoroastro, lo que significa que el cuerpo etérico de Jesús tenía relación con esos antepasados, por tanto, además de Su poder, Cristo se manifestó a través de ese cuerpo tan especial de Jesús ante Lázaro para iniciarle.

Por otro lado, Cristo superaba ya el Mundo del Espíritu de Vida en evolución, y Jesús también le había alcanzado y tenía un vehículo de ese Mundo, lo que indica que el poder que entró en los cuerpos de Jesús fue muy grande, pero eso fue posible gracias a la propia evolución que había alcanzado Jesús. Todo eso fue lo que interpenetró el planeta y aún sigue estando para que, los que desean preparase para la iniciación, puedan alcanzarla por sí mismos.

Se dice que Cristo vino a salvar a la humanidad, o mejor dicho, a los pecadores, porque eran ellos los que en su maldad estaban a punto de perderse y salir de la evolución, a la vez que impedían el progreso que hacemos todos después de la muerte gracias a la higiene espiritual que se consigue en el Mundo de Deseos. 

Su maldad y egoísmo casi impedían que hubiera Cielo a la vez que cristalizaban el Planeta. 

Así que mayor sacrificio de Cristo pudo ser cuando su sangre cayó a la tierra desde la cruz para que Su Yo se identificara con los vehículos o mundos internos. 

Si no se hubiera hecho esto el hombre no hubiera podido continuar su evolución como lo hacía y sus cuerpos físicos también se hubieran endurecido mucho más.

Por tanto, la sangre de Cristo fue lo que provocó que un gran impulso espiritual trajera un nuevo comienzo y la salvación para muchos. 

Desde ese momento en que la Luz Espiritual Solar desciende a la Tierra y penetra en ella, el ser humano vive entre vibraciones crísticas y la Tierra está rodeada de Luz de Cristo. 

Algún día, esa Luz hará que el planeta se haga etérico, y los que estemos preparados recibiremos la iniciación que nos permite vivir en otro estado de conciencia. 

La radiación del Espíritu Solar hizo posible también que los cuerpos etéricos recibieran nueva vida así como el planeta físico haciendo posible la frase de que lo que comemos y bebemos es el cuerpo y la sangre de Cristo.

Dice Rudolf Steiner que “no reconocer a Cristo en todas las cosas significa verlas desde el aspecto de la muerte, mientras que ver a Cristo en ellas es comprenderlas desde el punto de vista de la vida. Esto tiene sentido puesto que la Luz del Espíritu Solar, Cristo, cuyo nivel evolutivo alcanza el propio Mundo de Dios, compenetró hasta el último átomo terrestre. 

Él llevó al tal nivel espiritual los éteres inferiores del cuerpo etérico de Jesús y del planeta que hizo que todo alimento físico fuera su cuerpo y que todo líquido y fluido de las plantas fueran su sangre; es decir fuera su vida.

Dije al principio del artículo que comentaría algo sobre algunos comentarios que se hicieron hace aproximadamente un siglo respecto a otro Jesús (nombre muy común en aquel lugar y en aquella época), veamos. 

Hay dos escuelas de ocultismo en occidente (cuyos nombre no voy a decir porque no estaría bien) cuya enseñanza está basada en la filosofía oriental dada por diferentes maestros también relacionados con ese continente. 

Algunos de los líderes y fundadores de esas escuelas mencionan a Jesús y a Cristo en sus escritos y libros diciendo algunos que no creen en el Jesús de Nazaret Cristiano porque todo fue un montaje y diciendo otros que el Cristo va a volver muy pronto en colaboración estrecha con el Buddha.

Yo he investigado, he leído y he razonado profundamente algunas de sus enseñanzas y he de decir que, aunque en general, son enseñanzas profundas y útiles a quien busca evolucionar a través del conocimiento, a mí no me sirven en determinadas enseñanzas (como en el caso de Jesús y de Cristo) porque lo que dicen, en mi opinión, no tiene sentido. 

No sé si se refieren al otro Jesús o es que han querido relacionar al que llaman Maytrella (al que también llaman cristo) con Cristo cuando resulta que no tienen ni la más mínima relación. Unos está en la Jerarquía humana del planeta y el otro (Cristo) está tan evolucionado que alcanza al propio Mundo de Dios. 

Por esta razón es por lo que NO SE ADMITE enseñanzas de otras escuelas, son enseñanzas distintas y solo traen confusión a los estudiantes que comienzan a interesarse por la filosofía de las Enseñanzas de la Sabiduría Occidental.

La Sabiduría Occidental perteneciente a la Escuela de Misterios de Occidente no tiene ninguna relación con la Sabiduría Oriental ni con las supuestas escuelas de Shamballa, y el nivel evolutivo de Cristo tampoco tiene relación con el nivel evolutivo de los maestros de esas escuelas o Asrahms.

Cristo está muy por encima de todo eso. 

Como he dicho, hace aproximadamente un siglo, un líder de una de esas escuelas de ocultismo de dedicó (junto con otros compañeros) a difundir las enseñanzas orientales por occidente. 

Como podemos comprender, nada tiene que ver con las enseñanzas occidentales rosacruces ni de otros ocultistas como, por ejemplo, Rudolf Steiner. 

Estas escuelas y estos líderes sitúan a Jesús (a la vez que le toman por Cristo) como un humano más que renace físicamente; anulan los evangelios como es el caso de lo que ocurrió en el bautismo; sitúan a Jesús y a Cristo entre los maestros de esa jerarquía planetaria a la vez que dicen que esperan su vuelta cuando resulta que uno de ellos dice que es su discípulo. 

Sin embargo, coincidiendo con la Sabiduría Occidental, Rudolf Steiner afirma que el Cristo no ha descendido en la carne más que una sola vez; que, según la sabía conducción de nuestra evolución, no se volverá a ver al Cristo encarnado físicamente; que el Cristo no volverá jamás a la carne; y que, como debe producirse una nueva relación con Cristo en la primera mitad de nuestro siglo (principios del siglo XX) será necesario subrayar en las próximas décadas hasta que ocurra el acontecimiento (la segunda venida) aparecerán falsos Mesías y falsos Cristos, los cuales se dirigirán a aquellos que en los campos del ocultismo permanecen aún materialistas. 

Buscando alguna información  más de algún ocultista serio de aquellos años, he encontrado varias obras, pero para no alargar mucho el tema, mencionaré solo algo de lo que dice Rudolf Steiner en algunos de sus libros como, por ejemplo, “El impulso de Cristo y la conciencia del yo”.

“La entidad de Cristo descendió hasta una encarnación para vivir plenamente en un cuerpo físico. Hemos visto que el más destacado transmisor de los acontecimientos de Palestina fue una antigua individualidad (renacimiento anterior) llamada Zaratustra o Zoroastro. 

El cuerpo de Jesús fue formando una serie de propiedades especiales fruto de anteriores renacimientos; el cuerpo debía ser de una perfección extraordinaria como el de Jesús para que pudiera usarlo Cristo en Su Misión. 

Los gérmenes de aquella perfección del cuerpo de Jesús de Nazaret tuvieron que ser preparados desde mucho tiempo antes. Jesús ya había alcanzado casi su perfección como tal, desde otros renacimientos como Zaratustra y Salomón… 

El Cristo está presente en la atmósfera terrestre, Él siempre está presente y por eso dijo: “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el final de la Tierra”…. 

“Él Cristo no descenderá en la carne, sino que los hombres se elevarán hacia Él cuando hayan adquirido la comprensión necesaria sobre el Espíritu”. 

“Podrá ser visualizado por la vanguardia de aquellos hombres (los más evolucionados) que hayan sido preparados para ello… Serán otra vez plenos de Dios aquellos que se eleven hacia la visión etérica del Cristo en su cuerpo etérico… 

El Cristo vendrá en espíritu hacia los hombres, porque ellos por su desarrollo hacia el Espíritu, se acercarán al Cristo”.

Como podemos ver, hay una gran diferencia entre la interpretación de la Misión de Cristo por parte de la Sabiduría Occidental y la que dan estas escuelas basadas en la Sabiduría Oriental. 

Por lo tanto, es el estudiante, el verdadero Hijo de Caín, el ocultista investigador, quien debe discernir profundamente sobre lo aquí se ha dicho y así tomar como verdadera la enseñanza que más le convenza. 

Por supuesto que los ocultistas que en esta vida se interesan por aprender filosofía oculta suelen leer libros de estas escuelas y muy posiblemente de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel, por lo tanto, en algún momento serán guiados por su Espíritu hacia las enseñanzas que necesiten en ese momento.

Aporte y colaboración de  Francisco Nieto Vidal


En Amoroso Servicio

El Centro de Estudios de la Sabiduría Occidental Mexico