EL PECADO DEL MUNDO



FRATERNIDAD ROSACRUZ DE MEXICO



CENTRO DE ESTUDIOS DE LA SABIDURIA OCCIDENTAL MEXICO

EL PECADO DEL MUNDO

 “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1-29).

En los Evangelios, Cristo muestra el uso que un iniciado puede hacer del poder espiritual.

Es obvio que pudo haber usado este poder, con el que realizó "milagros", para deshacerse fácilmente de los intrusos y de todos aquellos que querían destruirlo. En el Antiguo Testamento, nadie se habría atrevido a atacar a Jehová.

Pero Cristo no vino a exterminar a los impíos, que en todo caso tendrán que expiar sus malas acciones en el Purgatorio, vino a salvarlos. Al dejarlos vivir, les da la oportunidad de redimirse y adquirir experiencia. Por eso evitó la lapidación de la adúltera.

En el Evangelio de San Juan, Juan Bautista nos dice que Cristo vino "para lavar los pecados del mundo". Si esos pecados pudieran borrarse con el trazo de una pluma, no habría necesitado molestarse.

Pero los pecados de los hombres no sólo cristalizan sus cuerpos individuales de Deseo, y por ende sus cuerpos físicos que eventualmente se vuelven inservibles, también cristalizan los vehículos de la Tierra.

Sin la intervención de Cristo que lucha en el interior de nuestro globo para purificarlo y eterizarlo, éste se convertiría en una pesada masa de piedras semejante a la Luna y sobre la cual sería imposible toda vida.

La humanidad de antaño era salvaje y cruel. 

Todos hemos cometido en nuestras encarnaciones pasadas muchos crímenes y actos atroces que ahora exigen reparación. E incluso en nuestro tiempo, todavía volvemos a la barbarie durante las guerras y las revoluciones.

Sin retroceder mucho en el pasado, podemos recordar que los romanos crucificaban sin piedad y que también ejecutaban a los cristianos en las arenas haciéndolos devorar por feroces bestias. 

Más tarde, estos mismos "Cristianos" quemaron viva a Juana de Arco, ya muchas otras personas, antes de perecer a su vez en el cadalso, guillotinados por fanáticos revolucionarios que instauraron el Terror y acabaron guillotinados unos a otros.

Estos son solo algunos ejemplos de la crueldad humana ya que, lamentablemente, han existido comportamientos aún más bárbaros en todo el mundo.

No debe suponerse que los dictadores o los tiranos fueron los únicos responsables de estas atrocidades, ya que las multitudes sedientas de sangre se regocijaron con el espectáculo de las ejecuciones en las arenas de Roma y las decapitaciones en la plaza  del Ayuntamiento en París.

Cuanto más retrocedemos en la historia de la humanidad, más salvaje la encontramos. 

En nuestras vidas anteriores, vivíamos en el egoísmo, la maldad y la brutalidad. 

Por lo tanto, hemos contraído deudas muy grandes entre nosotros.

Los sufrimientos del Purgatorio no borran estas deudas. Nos permiten tomar conciencia de nuestras faltas para evitar reproducirlas en la vida siguiente. Pero la reparación futura es esencial.

Ahora entendemos mejor por qué Cristo dijo que si alguien te da una bofetada, no debes devolverla sino poner la otra mejilla. 

Los pequeños bromistas no dejaron de señalar que actuando de esta manera había todas las posibilidades de recibir una segunda bofetada. 

Es muy posible que esto suceda, pero las viejas deudas se liquidan de esta manera. 

Lo cual no sería el caso si devolviéramos mal por mal.

Cuando dejamos de hacer cosas malas a los demás, generalmente toma varias vidas pagar todas esas deudas del destino. Son lo que los científicos espirituales llaman el "guardián del umbral". 

Este es un monstruo terrible, compuesto de sustancia de deseo burdo, al que le hemos dado vida (y que continuamos alimentando) con nuestros malos pensamientos y nuestras malas acciones.

Aunque atormenta a ciertos individuos, este monstruo se oculta a la humanidad común para no perturbar su serenidad. Pero cuando una persona está lista para la iniciación, se encuentra con él en el umbral de los Mundos Invisibles (de ahí su nombre guardián del umbral) y debe comprometerse a liquidar lo antes posible todo el mal que representaba esta horrible criatura.

Por eso los asi llamados Iniciados, que son gente santa, tienen casi siempre vidas difíciles, que nos parecen inmerecidas. 

Esta es también la razón por la cual, siguiendo el ejemplo de Cristo, no usan su poder espiritual para defenderse. Sólo el bien y el perdón de las ofensas pueden detener la proliferación del mal.

Hemos visto anteriormente que la Tierra también posee una sustancia burda del Deseo creada por las pasiones humanas. 

Esta entidad demoníaca se alimenta de todo el mal que hacemos y trata de establecer su dominio sobre el mundo. 

Por eso fue necesario que el Cristo entrara cada año dentro de nuestro globo para contrarrestar esta influencia dañina y purificar la sustancia del Deseo del planeta, borrando así "el pecado del mundo".


 Texto inspirado en las enseñanzas Rosacruces

legadas a Max Heindel por los Hermanos Mayores de la Rosa-Cruz.

En Amoroso Servicio

Centro de Estudios de la Sabiduria Occidental Mexico.