MUSICA ACUARIANA DE LA NUEVA ERA 

FRATERNIDAD ROSACRUZ DE MEXICO 

CENTRO DE ESTUDIOS DE LA SABIDURIA OCCIDENTAL MEXICO

NOTABLES EXPONENTES DE LA MÚSICA

ACUARIANA DE LA NUEVA ERA


La música coral es una actividad comunal. Los solos sirven para fomentar la individualización. 

Por ello, conforme una vida en comunidad se haga más fuerte, el canto coral aumentará. Será una efusión natural y espontánea de experiencia y esfuerzo de grupo.

Otro desarrollo de la Nueva Era será una escala musical más grande. 

Hoy estamos familiarizados con la escala pentagónica (cinco tonos), la Septatónica (siete tonos) y la cromática (doce tonos y medio tono). 

Como futuro adelanto se ampliará la extensión del oído humano, se empleará tonos adicionales para cubrir las nuevas necesidades musicales. 

Scriabin y Debussy son pioneros en este campo.

En un fascinante libro sobre música, Cyril Scott establece que el compositor ruso Scriabin es un constructor del puente que conecta el mundo angelical con el humano. 

No hay ninguna duda de que ese rapto de visión y regocijo de alma fueron durante los viajes plano internos que él describe en su hermoso Poema de Éxtasis. 

Este compositor fue un verdadero exponente de la música de la Nueva Era. 

Para la época de su muerte en 1915, a la temprana edad de cuarenta y cuatro años, estaba trabajando en lo que él esperaba sería su obra maestra: una composición correlacionando la música con el color. 

Una parte de la obra sería ejecutada por la orquesta y el coro. 

Luego la misma parte sería proyectada sobre una pantalla como una sinfonía en color. 

De esta manera la música y el color se alternarían a través de toda la composición.

Para esta combinación Scriabin planeaba liberar a intervalos diferentes raras y exóticas fragancias. Es evidente que él estaba repasando algunos de los antiguos ritos de Templos de Misterio en donde la música, el color y el aroma eran combinados para el propósito de desarrollar ciertos tipos de visión extática.

Scriabin veía a los miembros de su audiencia como “iniciados experimentales”. 

Por elevar así su conciencia él esperaba que ellos pidiesen contactar los reinos espirituales superiores, aprender algo de la realidad y permanencia de ellos y, por medio de la visión exaltada, traer de vuelta algo de las glorias allí encontradas. 

También estaba trabajando en una composición que, él suponía, desataría el lazo que une al ego con su envoltura física, lo cual le permite emprender vuelos de alma – o, como la Fraternidad Masónica designa “salario del Maestro”, a “viajar por regiones extrañas”. 

Otra de las aventuras de Scriabin consistía en intentar crear música que fácilmente cortara el vínculo entre el espíritu y su cuerpo al momento de la transición llamada muerte.

Scriabin fue un verdadero mensajero y profeta de la Era Acuariana. 

Estaba redescubriendo los latentes poderes y la magia de la música, color y perfume, conocimiento que se perdió con el paso de los antiguos Templos de Misterio pero se pondría en uso otra vez aun con más eficacia durante la era venidera. 

Es significante saber que muchos años después de la muerte de Scriabin productores de películas estén experimentando con la liberación de variadas fragancias apropiadas para las escenas que se están actuando. 

Será interesante observar la trasplantación de este revivido arte al entretenimiento popular y los medios educacionales. 

Cierto es que con la muerte de Scriabin pasó desde este plano uno de los exponentes altamente inspirados de la música.

La Nueva Era no sólo descubrirá una nueva octava en la música sino también una nueva y más elevada octava en color. Nicolás Roerich, posiblemente el más famoso de los pintores modernos, ha dado una insinuación de esto en algunas de las magníficas telas sobre las cuales describe los variantes grados del logro iniciático.

En Ciencia y Música, el extinto Sir James Jeans comenta que una “escala de cincuenta y tres notas entregaría armonías mucho más puras que la presente escala y podemos imaginar algunas futuras eras hallándola digna

de adopción a pesar de sus varias complejidades, especialmente si los aparatos reemplazan a los dedos humanos en las ejecuciones de música…

Si alguna vez la música llega a ser independiente de la mano humana”, escribe más adelante, “¿no puede la raza entonces elegir usar una escala continua en la cual cada intervalo pueda ser hecho perfecto?”

En este volumen hay una cita de Mozart en donde él se refiere a las maravillas de la música del futuro. 

Menciona una escala superior y más extensa que introducirá muchos sonidos que el oído humano hoy es incapaz de oír. Entre estos nuevos sonidos estará la gloriosa música de los corales angélicos. 

Cuando los hombres los escuchen dejarán de considerar a los Ángeles como meras “invenciones de la imaginación”. Su música elevará, inspirará y curará. 

Entonces se comprenderá de donde Richard Wagner recibió su inspiración para el tema del Santo Grial que usó en Lohengrin y Parsifal. 

Son transcripciones directas de los coros angelicales.

Yendo todavía más arriba, uno podrá escuchar las espléndidas canciones de alabanza y regocijo trasmitidas por grandes multitudes de Seres celestiales en hilera sobre hilera y esfera sobre esfera, como los que presenciaron la coronación de la Bendita Virgen. 

Es entonces cuando el inspirado entenderá el origen del magnífico coral con que Beethoven concluyó su Novena Sinfonía, pues ésta también es una transcripción de la música de los coros celestiales.

Hoy en día se escucha mucho acerca del viaje espacial. 

En la Nueva Era el hombre no sólo tendrá la habilidad de viajar entre las estrellas, sino que podrá escuchar su sublime música. 

Todas y cada estrella posee su nota clave individual; y esta armonía en masa de música cósmica será una inspiración para grandes compositores de esa era. 

Richard Wagner introduce un acorde de esta música en la escena final de su dramático Ciclo de los Anillos. Wotan escucha este sonido de dulzura sobrenatural mientras observa la destrucción de las cosas como ellas son, a la vez que cruza el puente de arco iris ve las bellezas de un día que será.

La nota clave de la música de la Nueva Era es transmutación. 

Cumple su papel llevando hacia adelante los procesos evolutivos de la naturaleza transformando gradualmente la antigua orden en nuevas y más nobles formas.

Como lo planteamos antes, Beethoven y Wagner fueron profetas musicales. 

No pertenecieron a ninguna época o raza específica el mensaje que entregaron es universal y su música inmortal. 

La misión de Beethoven fue traer fragmentos de música cósmica pura. 

La suya es en verdad Música de las Esferas, el eco de las armonías planetarias. 

Sólo cuando el hombre haya aprendido a viajar a través del espacio interplanetario comprenderá la magnificencia de la música de este gran compositor.

La música de Wagner hace sonar la nota clave de los Misterios. 

Fue su misión volver a despertar a la especie humana a la realidad e importancia de las Escuelas de Misterios. Este conocimiento se perdió temporalmente bajo la ola de materialismo que ha sumergido al mundo moderno. Wagner proclama con música las glorias de los Misterios y señala un camino por el cual los hombres pueden un día emanciparse con su luz.

El horizonte se expande a medida que la Nueva Era se aproxima. 

Nos hace señas hacia adelante y hacia arriba. Mantiene una gloriosa promesa de un radiante futuro que nos aguarda. Aun somos un “poco menos que los ángeles” y “todavía no sabemos lo que llegaremos a ser”.

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LA MÚSICA

nota clave de la evolución humana

por

Corinne Heline

En Amoroso Servicio

Centro de Estudios de la Sabiduría Occidental Mexico