CORAZONES SANADORES PAÍSES SANADORES
LA CIENCIA DE LA PAZ
Y EL PODER DE LA ORACIÓN
JULIO, AGOSTO, SEPTIEMBRE 2005
LECCIÓN DE FILOSOFÍA
En el capítulo II sobre la Iniciación, en "Enseñanzas de un iniciado", Max Heindel nos dice:
"El mayor peligro del aspirante en el Sendero es el que se vea inmerso en la trampa del egotismo, contra el cual, la única defensa es el cultivo de la, fe, la devoción y todo lo que signifique compasión.
Es difícil, pero se puede lograr y, cuando se consigue, el hombre o la mujer, se convierten en fuerzas maravillosas para el bien en el mundo."
Se nos ha enseriado que la eficacia de la oración depende de la intensidad de la concentración, que la hace más eficaz que la simple concentración.
Sabemos que, para la mayor parte de la gente es tremendamente difícil concentrar sus pensamientos fría, calmadamente, sin la más leve emoción y prescindiendo de cualquier otra consideración de su conciencia.
Consecuentemente, la actitud devocional se cultiva mucho más fácilmente ya que, en esos momentos, la mente está centrada en la Deidad.
Por ello, para los que no están entrenados en la concentración, la oración puede ser un buen sistema para empezar.
Pero debernos saber que lo que cuenta no son las palabras que pronunciamos al orar, sino la vida que pongamos al hacerlo.
Sólo hay una manera de manifestar nuestra fe y es mediante nuestras obras; y el factor determinante, lo que decide si son positivas y constructivas es nuestra actitud.
"Meditación" tiene varios significados, como "pensar sobre algo"; pero también significa "ser consciente de algo" y, si nos referimos a una opinión o acción, significa "considerar" y, si empleamos la meditación sobre imágenes, luz o sonido, significa reflexionar.
Si profundizamos suficientemente en nuestra meditación, podemos visualizar, o sea, crear, formas mentales y, si profundizamos más, podemos reflejar imágenes vivientes: la luz conduce al mundo del color, y el sonido revela la naturaleza interna de las cosas, y comprobamos que experimentamos la vida en los mundos internos.
Estas experiencias las puede tener cualquiera que haga regularmente los ejercicios de Concentración y Meditación.
En las "Conferencias de Cristiandad sobre la Concentración matinal, leemos:
"Hasta que, mediante la meditación, hayamos extraído el conocimiento total de ello..."
La meditación, en su forma espiritual es un método para obtener, mediante el poder espiritual, conocimiento de cosas con las que no estamos familiarizados ordinariamente.
La concentración consiste en enfocar el pensamiento en un solo punto (como los rayos del sol que, enfocados a través de un cristal, adquieren gran fuerza) porque ello hace posible crear una forma mental viviente mediante la facultad imaginativa.
Podemos trabajar en esta facultad imaginativa interna para acostumbrarnos a visualizar y desarrollar formas mentales vivientes para diseminar las Enseñanzas, para producir la Panacea espiritual y para enviar pensamientos de sanación a nuestro mundo.
Con este método, nuestros pensamientos se enfocarán en lo bueno y no se escurrirán a través del cerebro como el agua a través de un cedazo.
Todos estos son métodos importantes para el desarrollo espiritual, ya que así Cazaremos nuestro sendero hacia metas cada vez más nobles y elevadas.
Oración. ¿Querernos ayudar a otros, a nuestra familia, a los enfermos o a quienes han muerto?
Podemos orar seriamente por su bienestar y por quienes están en el Purgatorio y en el Primer Cielo, para que aprendan cuidadosamente las lecciones de sus experiencias en esta vida.
La actitud del cuerpo tiene, a veces, mucha relación con la intensidad de la oración y, si la postura arrodilla parece facilitar la oración, deberá usarse
Una cita de Emerson dice: "Y, aunque tus rodillas nunca se doblen, tus oraciones llegan al cielo y, tanto si las has hecho para el bien o no, se registran y se responden enseguida."
La postura del cuerpo durante la oración es indiferente, salvo que produzca una mayor intensidad de propósito pues eso es lo que la hace efectiva.
Para concluir, recordemos que el poder del pensamiento es una de las fuerzas más poderosas conocidas por el hombre.
Aprendamos a emplear este poder enorme y precioso para el bien de todos, al margen de intereses egoístas.
El verdadero místico no necesita predicar; deja que cada acto suyo, incluso su mera presencia silenciosa, sea más poderoso que el más profundo pensamiento o discurso de sabios doctores en filosofía.
Practiquemos, ya que se nos urge, la Concentración, la Oración y la Meditación, con el fin de alcanzar el mayor potencial de ésta, que nos capacitará para sentir el amor de Dios mediante su descenso, y la concentración interior sobre el espíritu Universal ardiendo en nuestro corazón.
Entonces conoceremos, de primera mano, que el amor de Dios irradia, desde nuestro corazón, hacia todo lo que entra en contacto con nosotros. Que Dios os bendiga a todos.
En Amoroso Servicio
Centro de Estudios de la Sabiduria Occidental Mexico