JUEGOS INFANTILES Y SU INFLUENCIA SOBRE LA SALUD
Dr. F. Cortez Pinto
Veamos qué importancia tienen los ejercicios físicos, es decir, los "juegos", para la salud física y psíquica de los niños y en la preparación que tienen para la formación de adultos fuertes.
Todos los ejercicios deben ser atractivos, porque el placer es el único medio de despertar el apetito y la voluntad de practicarlos. Convertir la gimnasia en obligatoria, como el latín o la aritmética, no es el mejor camino...
El ejercicio físico solo es verdaderamente higiénico cuando el niño tiene placer en realizarlo.
Pretender obtener la salud por medio de trabajos físicos que excluyan todo placer es un plan que no tendrá resultados prácticos.
Todos saben lo que representa una explosión de alegría en un organismo debilitado y, por lo tanto, con pocas reacciones aparte de las depresivas.
¿Habrá mejor tónico que la alegría?
¡Cuántas veces una noticia feliz ha transformado a un enfermo y marca el inicio de la convalecencia!
En pocos momentos, la circulación de la sangre retoma la energía y una nueva fuerza reanima los músculos.
Bajo el choque de un placer, los centros nerviosos reaccionan vivamente.
Por medio de impulsos energéticos, aceleran los intercambios orgánicos; la piel cambia de color, el corazón late más deprisa, la respiración se vuelve más profunda y un sentimiento de bienestar acompaña la manifestación de contento.
¿Cómo actúa el placer?
Actúa como un excitante que provoca la acción de una energía latente aprisionada en las células nerviosas y que el organismo no tiene habitualmente a su disposición.
Un condensador eléctrico, aislado de cualquier contacto, no manifiesta la fuerza que posee, pero la aproximación de un conductor metálico la libera inmediatamente.
De la misma manera, nuestro cerebro tiene en reserva una cierta dosis de energía desocupada.
Si un excitante moral actúa sobre él, libera la energía latente, bajo la forma de un influjo nervioso suplementario.
Cuando los niños se aburren es un mal.
No es necesario mostrarnos muy afligidos ni solícitos, llenándolos de mimos, ni aconsejándoles siempre un exceso de prudencia.
No son los remedios y los tónicos lo que les basta.
Lo que hay que hacer es procurar darles, tanto como sea posible, aquella alegría que hace saltar de los centros nerviosos el influjo bendecido, que les va a inundar los músculos.
La atracción de los ejercicios domina la educación física en todas las edades, pero sobre todo en los niños.
Por eso, toda partida de juego, de diversión, debe ser una lección de placer. Nunca se debe mandar a los niños en los ejercicios o juegos.
Deben sentirse libres. Durante el verano, los ejercicios deben hacerse, siempre que sea posible, a la sombra.
A medida que los niños vayan creciendo, sobre todo a partir de los 16 o 17 años, la sesión de juegos debe tener el carácter de una verdadera iniciación deportiva.
Los ejercicios – juegos y diversiones movidas – nunca deben ser prolongados.
Y deben ser interrumpidos muchas veces en cada sesión, para el descanso.
Es verdad que este descanso se hace espontáneamente. Los niños sienten esa necesidad.
Los ejercicios en dosis masivas, una o dos veces por semana, son desaconsejables y perjudiciales.
Deben hacerse todos los días.
A los niños siempre se les debe dar tiempo para jugar.
La ropa para los juegos debe estar de acuerdo con la temperatura ambiente, tan ligera como sea posible en verano y abrigada en invierno, pero sin exageración.
Los preceptos de un sistema higiénico no pueden contrariar las leyes de la biología.
Es necesario que un método violento solo sea experimentado en los jóvenes fuertes, y puede ser un peligro para los más jóvenes y débiles.
El cuerpo de los jóvenes tiene, en relación con la masa total, una superficie cutánea muy grande; por eso irradia más calorías, proporcionalmente, que los del adulto y se enfría más rápidamente.
Por esta razón, los jóvenes, sobre todo los más pequeños, se defienden mal, tanto de los calores fuertes como de las temperaturas muy bajas.
La variedad de juegos recomendables es muy grande y difiere según los distintos países.
Se recomiendan el salto a la cuerda, libre o con reglas, marcha y competiciones, debiendo ser regulado en relación con el sexo.
He aquí algunos ejercicios:
Ejercicios de agudeza de los órganos de los sentidos: En general, poco se hace para desarrollar, en los niños, la agudeza de los órganos de los sentidos.
Y, sin embargo, su actividad depende de su integridad y perfección.
Un ejercicio de atención consiste en colocar varios objetos cubriéndolos con un paño; se llama la atención, se descubren los objetos, se vuelven a cubrir y luego cada uno describe los objetos que vio; es un test fácil y práctico del desarrollo de la atención.
Gallina ciega : Desarrolla también el sentido del tacto y el de la audición, para fijar la audición de los movimientos y poder individualizar más fácilmente a las personas.
Tirar de la cuerda: En competición, entre dos grupos, de valor físico sensiblemente igual; es igualmente un ejercicio recomendable, de fuerza muscular, para los miembros superiores e inferiores.
Publicación de la Fraternidad Rosacruz de Portugal traducida en amoroso servicio por la Fraternidad Rosacruz de Mexico.