PARABOLA DE ESTUDIO DEL MES SOLAR DE ARIES


"EL JOVEN RICO"


CENTRO DE ESTUDIOS DE LA

SABIDURIA OCCIDENTAL MEXICO

PARABOLA DEL JOVEN RICO

La parábola del joven rico contiene la enseñanza adecuada para la meditación de Aries:

Un hombre importante le preguntó:

«Maestro bueno, ¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?»

Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie que sea bueno, sino solo Dios.

Conoces los mandamientos:

No adulterarás,

no matarás,

no hurtarás,

no dirás falso testimonio,

honra a tu padre y a tu madre.»

Aquel le dijo: «Todo esto lo he cumplido desde mi juventud.»

Al oír esto, Jesús le dijo:

«Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes,

y dáselo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo.

Después de eso, ven y sígueme.»

Cuando aquel hombre oyó esto, se puso muy triste, porque era muy rico.

Y al ver Jesús que se había entristecido mucho, dijo:

«¡Qué difícil es para los ricos entrar en el reino de Dios!

Le es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja,

que a un rico entrar en el reino de Dios.»

Los que oyeron esto dijeron:

«Entonces, ¿Quién podrá salvarse?»

Y Jesús les respondió:

«Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.»


Esta Parábola bíblica es una de las Enseñanzas de Cristo más mal interpretadas.

No es el uso sino el abuso de las riquezas lo que engendra el mal y la infracción.

Cristo, que es el Maestro de todos nosotros, dijo:

"Porque a quien mucho se le da, mucho se le demandará ".

El dueño de una gran riqueza tiene una gran responsabilidad.

Acumula riquezas, y para malgastarlas en diversiones o locos placeres o gratificantes vanidades, genera una pesada carga de destino maduro, que ha de ser saldado, algún día, en alguna parte, a través del dolor y la angustia.

Aquellos que están destinados a heredar grandes fortunas deben ser instruidos con mucho cuidado en cuanto a su verdadero valor y propósito.

Si se omite esta información, los padres a menudo sufren porque sus hijos no comprenden con precisión su responsabilidad hacia los demás.

Cuando un ser humano es iluminado bajo su responsabilidad con respecto a la riqueza, se considera a sí mismo como un mayordomo del vasto depósito divino de la abundancia.

Entiende que él no es más que un canal para fluir y difundir la ayuda, con la que bendecir y elevar a aquellos con quienes se relaciona.

Tal dedicación convierte a ese individuo en un ser ungido.

Dedicándose al Bien Supremo, atrae sólo el Bien Supremo, y su vida se convierte en inspiración y ejemplo a seguir.

Es difícil para la persona promedio disociar las cosas del espíritu que hay en ellas y que subyacen a ellas.

Es fácil ver que muchas personas son esclavas de lo que, por ironía inconsciente, llaman “mis posesiones” cuando, en realidad, son ellos quienes las poseen. Esto es ciertamente aplicable a nuestro mundo moderno.

El verdadero objetivo y propósito de la vida humana, sin embargo, es que el ser humano sublime tanto sus pensamientos y emociones con respecto a las posesiones materiales que pueda identificarse con el espíritu que se encuentra por encima y detrás de sus posesiones físicas.

Ese espíritu es el poder de Dios, el Todo-Dios; y la unión con Él atrae todo lo que es alto y noble, hermoso y verdadero.

Este fue el ideal que el Maestro previó para el joven discípulo cuando le dijo: “ Vende todo lo que tienes… y ven y sígueme ”.

El llamado de Aries no es al “yo personal”, sino al “Yo Soy”, con el objetivo de fortalecerlo y afirmar su divinidad a través de la adquisición del dominio sobre todas las cosas.

En Amoroso Servicio

El Centro de Estudios de la Sabiduría Occidental Mexico