Algunas Consideraciones sobre la Semana Santa y la Pascua
En estos días previos a la Temporada Santa de Pascua, que este artículo nos haga conscientes de lo que fue (y está siendo) el sacrificio de Cristo en beneficio de la evolución espiritual de la humanidad.
Hace inconmensurables tiempos, un gran Ser Solar, que había cumplido las leyes de su esfera de acción con la mayor perfección, se convirtió en el Iniciado más elevado de la Oleada de Vida Arcangélica, este Ser (el Cristo Cósmico) funcionaba en un vehículo constituido de sustancia del Mundo Espíritu-Vida.
En una etapa más avanzada de nuestro esquema evolutivo septenario (después del comienzo del Período Terrestre) se encontró que el desarrollo de ciertos Espíritus Vírgenes no procedía con la misma rapidez que otros, retrasando así la evolución del conjunto.
Así, los planetas fueron separados del Sol para servir como campos de actividad de estos Espíritus en sus diferentes etapas de desarrollo.
Inicialmente, la Tierra fue guiada por la tercera manifestación de la Divinidad; Jehová, el Iniciado más avanzado de la Oleada de Vida Angélica, que utilizó las religiones de la raza para guiar a la humanidad y ayudar al hombre en esta etapa de su desarrollo, contó con la participación de Huestes Angélicas controladas desde fuera de la Tierra y por el hombre mismo.
Durante la Época Lemuriana tuvimos la entrada de un nuevo factor: los rezagados de la Oleada de Vida Angélica (Espíritus Luciferes) que, aunque necesitaban un cerebro físico para su evolución, nunca habían aprendido a construirlo, y por lo tanto trataron de utilizar el cerebro del hombre.
Lograron su propósito al informarle (pues la conciencia de la humanidad todavía estaba apegada a los planos superiores) que era una estructura física capaz de crear otros cuerpos físicos sin estar sujeta a las estipulaciones de Jehová, llegando a ser dueño de sí misma y conociendo "el bien y el mal".
En consecuencia, el hombre, inexperto y mal preparado, comenzó a vivir para estas ambiciones egoístas, a mentir, a desarrollar la voluntad del Yo Superior y a rebelarse contra los preceptos de Jehová que establecía severos castigos por desobediencia, dividiendo a la humanidad en razas y naciones: así, siempre que se hacía necesario castigar en el plano físico, una nación o raza era utilizada contra las demás; la cristalización se hizo inevitable, y como había llegado a vivir para la satisfacción de los deseos inferiores, cristalizó más y más, como lo hizo nuestro planeta, con enorme intensidad, hasta que por fin se sintió claramente el peligro de que toda la evolución humana en la Tierra cesara.
En la Biblia hay una clara diferenciación vibratoria entre el Antiguo Testamento (raza, religiones) y el Nuevo Testamento (cristianismo esotérico) que puede ser percibida por el atento aspirante rosacruz.
Para evitar la calamidad basada en el egoísmo y el materialismo que asoló la Tierra, fue necesario renovar la ayuda espiritual a la ola de la vida humana, y de esta forma, Cristo (el Espíritu del Sol) se ofreció al Sacrificio Cósmico para ayudar a toda la humanidad desde el interior de la Tierra, como el Espíritu Interior.
Cristo, que nunca había tenido la necesidad de evolucionar vehículos adaptados a la existencia material, recurrió a los de Jesús, el Ego Humano más evolucionado de aquel tiempo, que entregó -también voluntariamente- sus cuerpos físico y vital para este fin.
Con la ayuda de los Esenios, en la juventud, los cuerpos densos y vitales de Jesús fueron perfeccionados y sutilizados para estar en sintonía con vibraciones extraordinariamente altas y que luego fueron cedidos por Jesús a Cristo en el BAUTISMO (el acontecimiento más importante ocurrido en la historia espiritual de la humanidad): fue el primer paso de Cristo en su Sacrificio Cósmico y este Ser conocido como Cristo Jesús se hizo único entre todos los seres del Sacrificio Cósmico. Siete Mundos Espirituales.
Sólo Él poseía los doce vehículos que unen directamente al hombre en el cuerpo físico con Dios, y nadie mejor que Él podía comprender con mayor compasión la posición y las necesidades del hombre, y llevarles luz y altruismo.
Durante los tres años que predicó a la humanidad, Cristo Jesús nos dio la verdadera Religión Cristiana Esotérica: la futura unificación de toda la humanidad. El amor impersonal y la fraternidad humana son los dos grandes mandamientos, aunque esencialmente sencillos, que constituyen el fundamento necesario para nuestra evolución espiritual.
Sobre la flagelación de Cristo profetizada por Isaías (52:14 y 15) siete siglos antes y narrada por Mateo (26:67 y 68), en la lección de Filosofía de marzo/abril de 1993 titulada "El Primer Modelo", leemos lo siguiente:
"Su rostro estaba tan terriblemente desfigurado que el aspecto de su apariencia no fue reconocido como un rostro humano.
No estamos acostumbrados a ver cuadros, retratos y cuadros de Nuestro Señor con su rostro y cuerpo brutalmente golpeados: sin duda esta es una pequeña parte del verdadero relato de lo que pasó antes de ser llevado al Gólgota".
La crucifixión tuvo lugar en el momento en que Cristo dio el paso final y se convirtió en el Espíritu Planetario Interior de la Tierra: bajo la presión de la corona de espinas y las cinco llagas de su cuerpo, la sangre que brotó de estos centros vitales penetró en el planeta, liberando a Cristo de los vehículos físicos de Jesús y convirtiéndolo en el Espíritu de la Tierra que en este instante estaba impregnado de su Vehículo de Deseos, inundando, espiritualmente, la Tierra.
Así se purificó el cuerpo de deseos de la tierra (el cuerpo de deseos de cada uno de nosotros es una obra individual), liberándolo de las malas influencias que se habían acumulado y haciéndolas dañinas para la humanidad.
A partir de esto, todos aquellos que se esfuerzan por purificar sus propios vehículos, acelerando su proceso evolutivo espiritual, están tejiendo su Manto Nupcial Dorado y promoviendo un paso importante en el nacimiento de su Cristo Interno.
Desde entonces, la responsabilidad del control y dirección de la Tierra ha pasado de Jehová a Cristo y del exterior al interior del planeta, rasgando el Velo del Templo, es decir, la Iniciación Espiritual se ha abierto a todos y como resultado de este sacrificio extraordinario, Cristo ahora tiene que vivir parte del año limitado a la Tierra (septiembre-Libra a marzo-Aries). sintiendo todo el odio y la discordia que la humanidad genera diariamente y con la ayuda de seres extremadamente evolucionados como los Hermanos Mayores de la Orden Rosacruz, estas flechas de la infamia, la envidia y el egoísmo humano se transmutan diariamente en factores positivos a través del poder de su Fuerza Vital; Sin embargo, todo el mal -en pensamientos, palabras y acciones- que practicamos, es doloroso para él, como si estuviéramos forzando terriblemente la corona de espinas en su cabeza, como hace dos mil años.
Nuestro comportamiento aumenta o disminuye su sufrimiento; Cristo ha logrado y sigue logrando mucho por nosotros, pagando con su propio dolor y limitación, que actualmente tenemos y tendremos por mucho tiempo, una enorme deuda con Él.
Podemos empezar a pagarlo, aunque sea modestamente, sólo y sólo si vivimos existencias de pureza y servicio.
Esta es la razón por la cual el alcance central de las Enseñanzas Rosacruces es SERVIR y AMAR a la humanidad; solo y solo quitaremos la piedra que sella la tumba de Cristo, si quitamos nuestro egoísmo, envidia y murmuración.
A esto se le llama TRABAJO ALQUÍMICO
(*) El artículo consta de extractos de la Lección Mensual del Estudiante de la Fraternidad Rosacruz, diciembre de 1978, "Cristo: Contexto de Su Venida y Misión" y de la Lección Mensual de Filosofía (también de TRF), marzo-abril de 1993, "El Primer Modelo"
En Amoroso Servicio
Centro de Estudios de la Sabiduria Occidental Mexico.