EL SACRAMENTO DE LA PURIFICACION
por Corinne Héline (*)
La circuncisión tiene un significado completamente diferente al asociado con el ritual.
Es una ceremonia que simboliza el completo sometimiento del hombre inferior, de ahí el nombre de Ritual de Purificación, es decir, un paso preparatorio para el grado superior del Bautismo.
Según la ley, todo niño varón debe ser circuncidado ocho días después de su nacimiento.
En la vida del Santo Niño, este ritual, si bien en su forma externa se había realizado como los demás, se llevaba a cabo bajo la égida de mensajeros angelicales, quienes durante la ceremonia entonaban hosannas de alabanza y exaltación a Aquel que vino a la Tierra como modelo supremo del hombre y que derramó Su sangre como prueba del sacrificio supremo al que tendría que someterse.
Otro heraldo angelical, más radiante, llevaba bandas de luz en las que estaban escritas las siguientes palabras: "Jesús es su nombre".
María, que siempre estuvo en perfecta sintonía con su bendito hijo, sintió junto a Él toda la agonía física del Ritual y al mismo tiempo se alegró del homenaje rendido por los Ángeles.
LA PRESENTACIÓN
"Y cuando se cumplieron los días de la Purificación, según la Ley de Moisés, le llevaron a Jerusalén, para presentarle al Señor". (Lucas – 2:22)
Hay algo que considerar con referencia al significado esotérico del período de cuarenta días que, en verdad, comprende una fase de preparación para el trabajo superior y no literalmente un simple y determinado número de días.
La Sagrada Familia desarrolló su labor, marcada por tres acontecimientos esenciales:
la Circuncisión,
la Purificación y
la Visita de los Reyes Magos.
Cuarenta días después de la Natividad. María y José se presentaron en el Templo de Jerusalén para la ceremonia de Purificación como lo ordenaba la Ley. Quienes lo hacían tomaban ovejas como ofrenda para el sacrificio.
Los pobres ofrecían palomas, cuyo simbolismo era comprendido por los más ilustrados.
Los Iluminados de todas las épocas ofrecieron sólo flores, frutos y granos, porque sabían que estos elementos eran las manifestaciones externas del Gran Espíritu de la Tierra.
"Y he aquí, había en Jerusalén un hombre que se llamaba Simeón; y este hombre era justo y temeroso de Dios, y esperaba consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él ".
"Y le fue divinamente revelado por el Espíritu Santo que no moriría antes de haber visto al Cristo del Señor".
" Y por el Espíritu fue al Templo, y cuando los padres trajeron al niño Jesús, para ir delante de él según el uso de la Ley, entonces lo tomó en sus brazos, y alababa a Dios y decía :
"Ahora, Señor, has despedido en paz a tu siervo, conforme a tu palabra. Porque han visto mis ojos tu salvación . " ( Lucas 2:25-30).
El nombre Jesús fue dado al Santo Niño en el Ritual de la Circuncisión.
Jesús en hebreo es sinónimo de Josué, que significa "salvación".
Este era el título utilizado por los antiguos para designar al Sol, así como entre los griegos el nombre místico Jas sirve para designar al Dios Sol,
Jod es la más importante Letra importante del alfabeto hebreo, cuyo símbolo constituye una parte de cada una de las veintidós letras de ese alfabeto.
Representa el poder del Ego, el YO que eventualmente se convirtió en el YO SOY.
" Y Simeón los bendijo, y dijo a María su madre:
He aquí, esto está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha ;"
"Una espada traspasará también tu propia almaB , para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones ". (Lucas 2:34-35).
Simeón, a través de la revelación espiritual, vio el verdadero propósito de la misión de Jesús, el instrumento para Cristo, así como el triunfo glorioso del verdadero cristianismo.
La manifestación profética de Simeón, en alusión a María, transmite un significado profundo y místico: "Una espada traspasará tu propia alma, para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones".
María simboliza el elemento femenino en el propio cuerpo del hombre.
Su redención se logra a través del dolor, único medio por el cual la humanidad alcanzará la salvación permanente.
Como Cristo Jesús, María representa la consumación perfecta del trabajo interno que debe realizarse en los individuos de cada raza.
Este progreso a través del cual la espada de la Verdad traspasará el alma está esbozado en las Siete Tribulaciones de María.
Ella entendió que todos los grandes acontecimientos, tanto en su vida como en la vida de Jesús, marcarían grados definidos para la futura cristianización de todos los hombres, de ahí la vital importancia de estos Rituales simbólicos.
* parte 9 (febrero de 1966) de la serie Los Evangelios de Corinne Heline, publicada en "Rayos de la Rosa Cruz" de mayo de 1965 a septiembre de 1974. Traducción llevada acabo en amoroso Servicio por la Fraternidad Rosacruz de Mexico.