REFLEXIONES PROPIAS DEL ESTUDIANTE

REFLEXIONES PROPIAS DEL ESTUDIANTE

Nuestro mundo interior se refleja en nuestros pensamientos, sentimientos, emociones, palabras, acciones, hechos y actos. 

El observador perspicaz lo sabe. 

En los Evangelios encontramos evidencia de esta verdad en la cita: 

"Porque de la abundancia del corazón habla la boca" (Mateo 12:34).

A menudo, actuamos de manera ambigua, por lo que somos incoherentes, como aquellos momentos donde los fariseos que se ajustaban a la conveniencia de las circunstancias: 

"¿Puede el agua dulce y la amarga fluir de la misma fuente?" (Stg 3:11).

Es curioso observar que no apoyamos nuestros propios defectos y los proyectamos en los demás. 

Generalmente, lo más malicioso es que ve y critica la malicia en su prójimo; El deshonesto (en algún ámbito oscuro para él) es el que más condena el robo. 

Si analizamos es un grito ahogado de la conciencia que siempre está tratando de señalar la verdad que también está dentro de nosotros. 

uando tentaron a Cristo con la mujer adúltera (y los fariseos trajeron solo a la mujer, cuando la Ley prescribía el mismo castigo para el hombre que cometía adulterio con ella), Él los desconcertó con su conocimiento de la naturaleza humana. "El que está libre de pecado, sea el primero en arrojar la piedra" (Juan 8:7). 

Y la tradición dice que el Maestro, recostado tranquilamente en el suelo, escribía con un palo sobre la arena, en el que cada fariseo veía escritos sus defectos personales. 

Es, sin duda, un símbolo de la conciencia que, dentro de cada uno, gritaba sus defectos para destruir la pretensión de esa mujer de ser jueza.

Cualquiera que haya estudiado la filosofía Rosacruz comprende lo necesario que se vuelve el autoconocimiento. 

Ninguna elevación espiritual es posible sin esta condición. 

A medida que nos vamos conociendo, a través de la práctica de los Ejercicios Esotéricos Rosacruces de Observación y Discernimiento y el Ejercicio Esotérico Vespertino de Retrospección, prescritos por la Hermandad Rosacruz, consolidamos y fortalecemos lo que hemos aprendido. Consideramos este conocimiento, y subsecuentemente el autodominio, como la piedra angular del progreso interior y la felicidad. 

Goethe, el gran Iniciado, creador de "Fausto" lo definió bien: "El hombre se libera de todas las limitaciones que lo deslumbran, sólo cuando logra el dominio de sí mismo". 

Y Cristo muestra el camino: "Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (Juan 8:32). 

Esta máxima representa la Verdad que está dentro de nosotros, mediante el sometimiento de todo a nosotros, el Ego, el "Yo Superior". 

Ninguna ciencia, ningún conocimiento, ningún arte o posesión representa un propósito en la vida. 

Todo tiene valor en la medida en que se incorpora y expresa lo que hay de espiritual en nosotros.

En síntesis y reproducción de San Pablo: tenemos una mente carnal y una mente espiritual, un cuerpo de deseos, dividido en una parte inferior y una parte superior. 

Aquí están los orígenes de nuestras polémicas expresiones. 

Nosotros, el Ego, concebimos la idea, pero cuando toma forma en la Región del Pensamiento Concreto, sufre la influencia esclavizante del Cuerpo de Deseos, el cual, uniéndose con la Mente, desde la Época Atlante, ha formado en nosotros una personalidad, muchas veces similar a un animal, el que pertenece a una oleada de vida inferior.

Pero no es suficiente conocer la Verdad, la que es triste y duele en las condiciones actuales que vivimos.

Se presenta una solución, pero hay que conseguirla. 

¿Cómo podemos liberarnos y regenerarnos, volviendo a la condición de seres espirituales, hijos y herederos de Dios?

En el libro "Concepto Rosacruz del Cosmos" – Max Heindel, en su última parte, expone magistralmente esta cuestión. 

Todo se reduce a la práctica de los Ejercicios Esotéricos Rosacruces recomendados y a un esfuerzo persistente por repetir lo bueno en la vida diaria. 

Ciertamente, lo que ve en nosotros el defecto y la maldad en los demás es el lado inferior. 

El lado superior posee solo la Fuerza de Atracción, la simpatía, el amor, la filantropía, el Poder del Alma, la Fuerza del Alma, la Vida del Alma y todas las demás cualidades superiores de la vida. 

Es por eso que él ve sólo el bien, el amigo, el prójimo, el espíritu y la esencia que, unidos con nosotros y con todos, forman la Oleada de Vida humana de la Jerarquía de Piscis (los Espíritus Vírgenes de la Oleada de Vida humana en evolución), los Hijos de Dios, transitoriamente diferenciados en el color de la piel y las condiciones externas.

El aspirante a la vida superior debe esforzarse diariamente por sublimar su "yo inferior". Si es tan permisivo como para dejar que sus comportamientos dicten desde el lado inferior, puede ser comparado con un animal irracional. 

De hecho, el ser humano dominado por su Personalidad se vuelve inferior a los animales mismos, guiados por un Espiritu de Grupo.

La Ola de Vida humana es racional y tiene una Mente. 

Esto debe ser ejercido y espiritualizado. 

El Estudiante Rosacruz está atento a esta verdad. 

No se expone a la locura imponiendo sus ideas a los demás. 

Tampoco sufre sin protección de la insensatez de los demás. 

En todas sus acciones busca ser prudente, sabio, amoroso y justo, expresando lo que es superior a él. 

Sólo así podrá elevarse y, al mismo tiempo, elevar a los demás, edificando y perfumando todos los ambientes por los que pasa y se desenvuelve en el diario vivir de sus diferentes relaciones y obligaciones.

En Amoroso Servicio

Centro de Estudios de la Sabiduría occidental Mexico