"Cuanto mas nos dediquemos al bienestar de otros, 

mas capaces seremos de vivir, constructivamente con las Leyes de Dios" 

Una salud radiante indica una vida constructiva. 

Es una señal de que las facultades de los vehículos: espiritual, mental y física se usan de tal manera que aumentan la suma del progreso y el bien en el mundo.

Construir, en el sentido más amplio de la palabra, implica el uso de los propios poderes creativos para el beneficio o bienestar de los demás. 

La meta a alcanzar debe ser para el mejoramiento de todos, porque nunca debemos perder de vista el hecho de que todos somos uno en Dios. 

Cuando nos esforzamos por vivir desinteresada y servicialmente, trabajamos por la evolución, por el progreso del todo.

Buscar lo bueno en cada persona y situación es también una de las cosas más constructivas que podemos hacer. Ver lo que es bueno y pensar en ello y prestarle atención aumenta ese bien, construye un poder invencible. 

Ignorar el mal, excepto para permitir que nos estimule a hacer más bien, también es parte de una vida constructiva. 

Así aprendemos a "vencer el mal con el bien", como enseñó Cristo Jesús.

La actitud constructiva se basa en el libre fluir del espíritu, mientras que la falta de deseo y esfuerzo para utilizar los poderes creativos al servicio de la humanidad indica cristalización. 

El egocentrismo es un signo infalible de cristalización, que siempre se manifiesta externamente en algún desequilibrio físico. 

Cuanto más nos dediquemos al bienestar de los demás, más fácilmente podremos vivir constructivamente en armonía con las leyes de Dios y, en consecuencia, más radiante salud tendremos.

De la revista Rays, de la Rosa Cruz, febrero de 1962, traducida por la Fraternidad Rosacruz de Mexico.

En Amoroso Servicio

El Centro de Estudios de la Sabiduría Occidental Mexico