EL HOMBRE ESPIRITU VIRGINAL


FRATERNIDAD ROSACRUZ DE MEXICO


CENTRO DE ESTUDIOS DE LA SABIDURIA OCCIDENTAL MEXICO

CARTA DE LA SRA HEINDEL

                                              1 DE DICIEMBRE DE 1935                                                          

Querido amigo:

Las Enseñanzas Rosacruces nos dicen que el hombre es una parte integral de Dios, que evoluciona y progresa siempre; que cada ser humano es una unidad inmortal y divina del grande esquema de Dios; que existe en cada ser humano ciertos elementos que son idénticos en relación estrecha con los elementos que existen en cualquier otro ser humano; que el espíritu del hombre es idéntico en su esencia original con todo otro ser humano.

En la página 415 del “Concepto Rosacruz del Cosmos” Max Heindel nos dice: 

“El hombre es inherentemente un espíritu virginal, bueno, noble y verdadero en cualquier aspecto. 

Todo lo que no es bueno es de su naturaleza inferior, que es la reflexión ilusoria del Ego. 

El espíritu virginal está dando siempre sabios consejos. Si pudiéramos solamente seguir los impulsos del corazón (el primer pensamiento) la Fraternidad Universal sería realzada ahora mismo.”

El mismo objeto de la vida, de la evolución, es de enseñar al hombre que él es una chispa divina, y también una parte de todo otro Ego humano que lucha como lucha él, para alcanzar al plano superior de la divinidad. 

La única diferencia entre el hombre y su hermano consiste en la expresión exterior, la forma física, sin embargo, aún esta forma física se compone de la misma esencia en grados diferentes de desarrollo y expresión resultante. Esto ha separado al hombre como una personalidad y el resultado es que ha permitido él la búsqueda de lo interesado y el amor propio a separarle de su hermano. 

La personalidad, por consiguiente, se manifiesta únicamente como un ser distinto. 

El salvaje del matorral, el mendigo de la calle, el criminal que pasa su vida en la prisión, un Mussolini, el presidente de los Estados Unidos; todos tienen su origen en la misma esencia divina; todos como espíritus virginales han emanado del mismo origen; en consecuencia de esto, somos todos unidades del gran cuerpo de Dios, como tales somos partes de la humanidad Universal.

San Pablo nos dice en el capítulo duodécimo de su Epístola a los Romanos: 

“Digo pues, que la gracia que me es dada, a cada uno de los que están entre vosotros, que no piense de sí mismo más elevadamente de lo que debe pensar; sino que piense discretamente, cada uno conforme a la medida de fe que Dios le repartió.

“Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, empero todos los miembros no tienen el mismo oficio: Así nosotros siendo muchos, somos un mismo cuerpo en Cristo, y cada uno miembros los unos de los otros.” (Rom. 12: 3-5)

Vemos en este maravilloso capítulo que es la llave de San Pablo a la iniciación, que expresa él la misma filosofía que los Rosacruces: que la Fraternidad Universal es un hecho, empero el hombre carnal rehúsa reconocerlo y vivir según las leyes.

Oímos hablar de la inarmonía, egoísmo e intolerancia que existen entre nuestros estudiantes avanzados (supuestos) que desean trabajar juntos en los grupos Rosacruces, y al formar contacto con esos individuos que riñen entre sí mientras que enseñan estas hermosas doctrinas, nos preguntamos si en verdad toman en serio la filosofía que expresan con sus labios. 

¿Se esfuerzan en vivir conforme a lo que predican?                                                                                                                                      

Si así es, debieran realizar que cada vez que meten un obstáculo en el camino de un hermano, cada vez que destruyen la reputación de un hermano, que obran igualmente contra sí mismo porque sabemos y creemos que la vida es como el sonido de la voz en un pozo, que forma un eco y se refleja al origen. 

El hombre, por consiguiente, engendra los mismos obstáculos que le harán caer en la vida venidera.                                                                                                                                                          

El estudiante ocultista, especialmente el que conoce y cree en esas leyes, se está acumulando mucho karma, porque el predicar y enseñar y faltar a vivir conforme a esas verdades, es un quebrantamiento gravísimo de las leyes de Dios.

Las hermosas enseñanzas contenidas en “El Concepto Rosacruz del Cosmos” son más de las que pueden asimilar en una sola vida nuestros estudiantes; y los divinos ideales del Cristo, como son enseñados en este libro, nos deberían ayudar a vivir la vida espiritual enseñada por Él, no creer meramente en las doctrinas sin empeñarnos en vivir según sus preceptos.                                                                                  

Debiéramos hacer especialmente el esfuerzo supremo al presente, cuando el mundo está más inclinado a adorar el Cristo, los éteres llenos de los pensamientos de adoración, porque es menos difícil para el aspirante el desarrollo de los ideales del amor, compasión, perdón y generosidad.


“Aun nacido el Cristo mil veces en Belén

Y no en tu Propio corazón, será tu alma desolada.

En vano alzas tus ojos a la cruz del Gólgota,

Excepto que sea erigida de nuevo en tu corazón.”

En Amoroso Servicio

Centro de Estudios de la Sabiduría Occidental Mexico