Fotosíntesis de la Vida

Esta es la ocasión anual en la que toda la naturaleza lleva a cabo el prodigioso e inspirador ciclo de crecimiento (Primavera). 

Como por arte de magia, la zarza torcida, la vid y el árbol cobran vida majestuosa bajo el mando silencioso del Maestro Constructor.

El drama interior de los elementos se manifiesta ahora ante nosotros en multiplicaciones intocables de colores, tonos, capullos y flores. 

El alma siente que lo que ven los ojos, incluso en todo su resplandeciente esplendor, es sólo una parte infinitesimal de una alquimia de la vida mayor y más profunda.

Nos regocijamos con la vista y fragancia de flores, árboles y arbustos, aunque sabemos que esto es sólo una pequeña parte del proceso de vida visible que tiene lugar en la flora y que nos maravilla. 

¿De dónde surgió este repentino e irresistible impulso de vida en la planta? 

¿Cómo puede esta fuerza construir un producto infinitamente perfecto y magníficamente diseñado que despierte la humilde admiración y la burda imitación de los más grandes artesanos y arquitectos?

Como ocurre con todas las cosas en el universo, debemos contentarnos con ver sólo los efectos de un vasto océano de sabiduría cósmica y fuerza vital. 

Esto es así mientras veamos y sintamos sólo con nuestros ojos y manos físicos. 

A través de nuestros sentidos físicos podemos observar y examinar fríamente prácticamente todo lo que existe en esta tierra, pero es necesario tener un corazón, un alma y una visión espiritual para sentir y disfrutar profunda y místicamente la verdadera esencia de las cosas que vemos. 

Detrás de la manifestación física hay una fuente más grande y exuberante.

La naturaleza visible sigue siendo nuestro mejor instructor. 

Sabemos que para tener una cosecha abundante a final de año debemos tener cuidado con nuestra plantación. 

Vemos los ciclos de la vida y la muerte en flores y semillas: el ejemplo más grande, más simple y más sublime de la inmortalidad de la vida para todos, adultos y niños. 

Vemos que la Ley de Causa y Efecto nos enseña cuando observamos la reacción que existe entre los cuidados que reciben nuestras plantas y los resultados obtenidos en crecimiento y belleza. 

Cuando Cristo Jesús nos aconsejó elocuentemente " mirar los lirios, cómo crecen" , estaba apelando al corazón casto que vive en nosotros.

Entre todos los misterios relacionados con la vida vegetal, el proceso de la fotosíntesis es sin duda el mayor. 

La fotosíntesis, a la luz de la ciencia moderna, es un proceso alquímico, mediante el cual la clorofila -principalmente en las hojas de las plantas- utiliza el dióxido de carbono, la humedad y los rayos solares rojos y violetas para crecer y renovarse, del mismo modo en que liberamos alimentos. en nuestro propio sistema para sostener y ayudar al cuerpo físico a desarrollarse. 

A partir de cosas tan etéricas como la luz, el gas y la humedad, esta humilde vida vegetal compone carbohidratos y otros elementos en estado intermedio - y por si fuera poco, libera a la atmósfera oxígeno, un gas tan necesario para la vida. Sorprendentemente, sólo alrededor del 10% del crecimiento de un árbol proviene del suelo. 

Esto significa que el 90% de su crecimiento proviene de la atmósfera.

A veces un hombre siente que recibe toda su vida de los alimentos que consume. 

En su deseo de tener una vida cómoda, con recursos modernos, ocio y muchas otras actividades, se pierde en el mundo de los efectos. 

Hoy, más que en cualquier otra ocasión, el hombre necesita tomarse un tiempo diario para orar, para comprender que su verdadera vida proviene de una fuente invisible de vida y que lo que hace a través de los alimentos es sólo una simple fracción de lo que sustenta sus atributos físicos. 

Ni siquiera su alimento es tan físico como supone, pues también está sobrecargado de vida etérica y esto es lo que verdaderamente construye el templo que es su cuerpo. 

En sentido literal, dentro de cada persona se produce una gran fotosíntesis de vida, La Luz del Padre, el alimento de la Tierra, los pensamientos de la mente, incluso cada elemento que entra en tu vida diaria se transmuta en lo que eres físicamente, mental, moral y espiritual.

El mensaje de salud que te enviamos es que trates de cuidar el jardín de tu vida con el mismo cuidado y amor que tienes por tus flores; regar el Hombre interior " con agua del manantial perenne de la oración y del servicio"; convertid la Luz del Padre en alegría; cultiva una mente serena, llena de pensamientos de devoción, sabiduría, estudios y gracias, siempre, porque tu única fuente de vida es Dios y siempre que te pongas en armonía con Él y con Sus Leyes, tu salud y armonía estarán aseguradas.

Traducido de Rayos de la Rosa Cruz de mayo de 1957  

En Amoroso Servicio

Centro de Estudios de la Sabiduría Occidental Mexico